
Traducido por Merchita
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com
Con base en las declaraciones del Espíritu Emmanuel, decidimos formatear y publicar en nuestras páginas las enjuiciadas reflexiones históricas sobre el Cristianismo sin Jesús, conforme fueron publicadas en el libro A Camino de la Luz. Haciendo eso, estamos dando la oportunidad a los lectores el conocer un poco mejor a Emmanuel y la famosa Carta del Bispo Strossmayer, leída en el Vaticano en 1870, cuando el decreto de la infalibilidad papal.
Según escribe el mentor de Chico Xavier, en el capítulo titulado IDENTIFICACIÓN DE LA BESTIA APOCALIPTICA, sobre las narrativas del Apocalipsis, leímos que “la bestia podría decir grandezas y blasfemias por 42 meses, acrecentando que su número era 666 (Apoc: XIII, 5 y 18). Examinándose la importancia de los símbolos en aquella época y siguiendo el rumbo cierto de las interpretaciones, podemos tomar cada més como siendo de 30 años, en vez de 30 días, obteniendo de ese modo, un periodo de 1260, años comunes, justamente el periodo comprendido entre 610 y 1870, de nuestra era, cuando el Papado se consolidaba, después del surgimiento, con el emperador Focas, en 607, y el decreto de la inefabilidad papal con Pio IX, en 1870, que señaló la decadencia y la ausencia de autoridad del Vaticano cara a la evolución científica, filosófica y religiosa de la Humanidad.” (1) Con referencia al fantasmagórico numero 666, Emmanuel pronuncia: “ sin referirnos a las interpretaciones con los números griegos, en sus valores, debemos recurrir a los dígitos romanos , en su significación, por ser más divulgados y conocidos explicando que es el Sumo-Pontífice de la iglesia romana quien usa los títulos de "VICARIVS GENERALIS DEI IN TERRIS", "VICARIVS FILII DEI" e "DVX CLERI “, que significan "Vicario general de Dios en la Tierra", "Vicario del Hijo de Dios" y "Príncipe de los clérigos". Bastará al estudioso un pequeño juego de paciencia, sumando los dígitos romanos encontrados en cada título papal a fin de encontrar la misma ecuación de 666, en cada uno de ellos. Véase pues, que el Apocalipsis de Juan tiene singular importancia para los destinos de la Humanidad terrestre.”(2)
Emmanuel aun teje comentarios sobre las PRUEBAS DE LA IGLESIA, recordando que “aproximándose al año de 1870, que señalaría el fracaso de la Iglesia con la declaración de la infalibilidad papal, el Catolicismo experimenta pruebas amargas y dolorosas. Exhaustos de sus imposiciones, todos los pueblos cultos de Europa no vieron en sus instituciones sino escuelas religiosas, limitándoseles las finalidades educativas y controlándoseles el mecanismo de actividades. “(3)
Recuerda los actos espirituales de la "Hace dos mil años" que “comprendiendo que Cristo no tratara tomar posesión de ningún territorio del Globo, los italianos, naturalmente, reclamaran sus derechos en el capítulo de las reivindicaciones, procurando organizar la unidad de Italia sin la tutela del Vaticano. Desde 1859 se estableciera la lucha, que fue por mucho tiempo prolongada en vista de la decisión de Francia, que mantuvo a todo un ejército en roma para garantía del pontífice de la Iglesia. Más la situación de 1870 obligara al pueblo francés a reclamar la presencia de los guardias dcel Vaticano, triunfando las ideas de Cavour y privándose el papa de todos los poderes temporales, restringiéndose su posesión material. Comienza, con Pio IX, la gran lección de la Iglesia. El periodo de las grandes transformaciones estaba iniciado, y ella, que siempre dictara ordenes a los príncipes del mundo, en su sed de dominio, se iría a tornar un instrumento de opresión en las manos de los poderosos. Se observaba un fenómeno interesante: la Iglesia, que nunca se acordara de dar un titulo real a la figura de Cristo, así que vio desmoronarse los tronos del absolutismo con las victorias de la republica y del derecho, construía la imagen de Cristo-Rey para el superior de sus altares.” (4) Emmanuel cita aun que después de las “afirmativas del Silabo y después del famoso discurso del obispo Strossmayer (*) (vean el discurso abajo). En 1870, en el Vaticano, cuando Pio IX decretaba la infalibilidad pontificia”(5), el Clero intenta rehabilitarse a través de encíclicas de cuño social.
Jorge Hessen
http://jorgehessen.net
(*) (Discurso pronunciado en el célebre Concilio de 1870, por el Obispo Strossmayer) (6)
Venerables padres y hermanos:
No sin temor, aunque con una conciencia libre y tranquila, ante Dios que nos juzga, tomo la palabra en esta augusta asamblea.
Preste toda mi atención a los discursos que se pronunciaron en esta sala, y ansió por un rayo de luz que, descendiendo de la cima, ilumine mi inteligencia y me permita votar a los cánones de este Concilio Ecuménico con perfecto conocimiento de causa.
Compenetrado de mi responsabilidad, por la cual Dios me pedirá cuentas, estudié con la más escrupulosa atención a los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento, e interrogué esos venerables monumentos de la Verdad: si el pontífice que preside aquí es verdaderamente el sucesor de San Pedro, Infalible Vicario de Cristo y Doctor de la Iglesia.
Me transporte a los tiempos en que aun no existían el Ultramontanismo y el Galicanismo, en el que la Iglesia tenia por doctores: Pablo, Tiago, y Juan, a los cuales no se les puede negar la autoridad divina, sin poner en dudas lo que la santa Biblia nos enseña, santa Biblia que el Concilio de Trento proclamó con la Regla de la Fe y de la Moral. Abrí esas sagradas paginas y estoy obligado a deciros: nada encontré que sanciones, próxima o remotamente, la opinión de los ultramontanos? Y mayor es mi sorpresa cuando, en aquellos tiempos apostólicos, ¡nada hay que hable del papa sucesor de San Pedro y Vicario de Jesucristo!
¡Vos, Monseñor Manning, diréis que blasfemo, vos, Monseñor Pio, diréis que estoy demente! ¡No, monseñores; no blasfemo, ni he perdido el juicio! He leído todo el Nuevo testamento, declaro, ante Dios y con la mano sobre el crucifijo, que ningún vestigio encontré del papado.
¡No me rechacéis vuestra atención, mis venerables hermanos! con vuestros murmullos e interrupciones, justificáis a los que dicen, como el Padre Jacinto, que este concilio no es libre si así fuera, tened en vista que esta augusta asamblea, que prende la atención de todo el mundo, caerá en el más terrible descredito.
Agradezco a su Excelencia. El Monseñor Dupanloup, la señal de aprobación que me hace con la cabeza; eso me ayuda y me hace proseguir.
Leyendo, pues, los santos libros, no encontré en ellos un solo capitulo, un solo versículo que dé a Pedro el liderazgo sobre los apóstoles.
¡No solo Cristo no dijo nada sobre ese punto, más, al contrario, prometió tronos a todos los apóstoles (Mateo, XIX, 28), sin decir que Pedro seria más elevado que los otros!
¿Qué diremos de su silencio?
La lógica nos enseña a concluir que Cristo nunca pensó, en elevar a Pedro a ser líder del Colegio Apostólico.
Cuando Cristo envió a sus discípulos a conquistar el mundo, a todos – igualmente – dio el poder de ligar y desligar, a todos – igualmente – hizo la promesa del Espíritu Santo.
Dicen las Santas Escrituraras que hasta prohibió a Pedro y a sus colegas el reinar o ejercer señoría (Lucas, XXII, 25 y 26)
Si Pedro fuese elegido Papa Jesús – no diría eso, porque según nuestra tradición, el papado tiene una espada en cada mano, simbolizando los poderes espiritual y temporal.
Aun más: ¿si Pedro fuese papa p jefe de los apóstoles, permitiría que esos sus subordinados lo enviasen, con Juan, a samaria, para anunciar el Evangelio del Hijo de Dios? (Actos, VIII, 14).
¿Qué diríais vosotros, venerables hermanos, si nos permitiésemos, ahora mismo, mandar a Su Santidad Pio IX, que preside aquí, y a Su Eminencia Monseñor Plantier, al patriarca de Constantinopla, para convencerlo de que debe acabar con el Cisma de Oriente?
¡El símil es perfecto, habéis de concordar!
Más tenemos aun una cosa mejor:
Se reunió en Jerusalén un concilio ecuménico para reincidir cuestiones que dividían a los fieles.
¿Quién debía convocarlo? Sin duda Pedro, si fuese papa. ¿Quién debía presidirlo? Por cierto Pedro. ¿Quién debía formular y promulgar a los cánones? ¿Aun Pedro, Pedro no es verdad? Pues bien: ¡Nada de eso sucedió! Pedro asistió al concilio con los demás Apóstoles, bajo la dirección de Tiago! (Actos, XV).
Así me parece que el hijo de Jonas no era el primero, como sustentáis.
Encarando ahora por otro lado, tenemos: en cuanto enseñamos que la iglesia está edificada sobre Pedro, Pablo <8<<
Referência bibliográfica:
(1) Xavier, Francisco Cândido. A Caminho da Luz, ditado pelo espírito Emmanuel, 22 a. edição, pag. 123 Rio de Janeiro, Ed FEB, 1996
(2) idem
(3) Xavier, Francisco Cândido. A Caminho da Luz, ditado pelo espírito Emmanuel, 22 a. edição, pag. 193 Rio de Janeiro, Ed FEB, 1996
(4) idem
(5) Xavier, Francisco Cândido. A Caminho da Luz, ditado pelo espírito Emmanuel, 22 a. edição, pag. 197 Rio de Janeiro, Ed FEB, 1996
(6) Fonte http://www.autoresespiritasclassicos.com/Autores%20Espiritas%20Classicos%20%20Diversos/Cairbar%20Schutel/10/Cairbar%20Schutel%20-%20Cartas%20a%20Esmo.htm
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