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Traducido por: Mercedes Cruz Reyes Madri/Espanha |
Un encuentro entre jóvenes, en un condominio de lujo de Cuiabá, se tornó una tragedia el día 12 de julio de 2020. En aquella tarde, como hacia con frecuencia, Isabel Guimarães, de 14 años, fue à casa de las amigas. Horas después, la joven fue muerta con un tiro en el rostro. La autora del disparo Laura, también de 14 años, relató a la policía que disparó de modo accidental a Isabel.
La adolescente afirmó que se desequilibró, mientras sostenía las dos armas, y disparó. La familia de Isabel no cree esa versión de los hechos. Laura practicaba tiro deportivo desde finales de 2019. Ella participó de dos competiciones y gano una de ellas. (1)
Hoy en día, adolescentes como Laura puede practicar tiro deportivo sin precisar de autorización judicial, gracias al decreto firmado por el actual presidente de Brasil. La familia de Laura, la homicida, integra una categoría que ha crecido en el país, especialmente durante el actual gobierno brasileño: los CAC, los que dicen ser recolectores de armas, francotiradores o cazadores.
El caso nos recordó el fatídico plebiscito ocurrido en Brasil hace 15 años sobre la prohibición de la venta de armas de fuego y municiones. La implicación de tal reclamo culminó en no permitir la entrada en vigencia del artículo 35 del Estatuto de Desarme (Ley 10826, de 23 de diciembre de 2003). Lamentablemente, la mayoría de la población brasileña apoyó la comercialización de armas de fuego, cuando tenían el poder de decidir por su impedimento.
Llama la atención que el resultado del plebiscito reveló la controvertida índole moral de la mayoría de mis compatriotas, contrariando en ese momento un levantamiento realizado por el Instituto Brasmarket, a solicitud del periódico Diario del Grande ABC, demostrando que el 81,6% de la población de la región del ABC de San Pablo estaba en contra de la comercialización de armas.
Es por esas y otras razones que el Espíritu André Luiz nos aconseja “alejarnos del uso de armas homicidas, así como del hábito de menospreciar el tiempo con defensas personales, sea cual sea el proceso en el que se expresen. Porque el fiel servidor de la Doctrina tiene, en la conciencia tranquila, la fortaleza inexpugnable”. (2) La seguridad que ofrecen las armas en el ámbito doméstico es categóricamente falsa, por ejemplo, considerando el potencial de alto riesgo de usar el arma“ accidentalmente ”, que puede causar efectos nocivos irreparables en la vida familiar.
La altísima inversión de recursos económicos en armamento es completamente inútil e innecesaria. Por otro lado, el desarme general será una práctica de eficiencia administrativa sin ningún daño social, ya que habrá desinterés por los conflictos internos y externos por la posibilidad de convivencia amistosa en una comunidad local o global, implementado incluso por una sana competitividad en el trabajo, pero con respeto al semejante.
Las leyes y el orden que se imponen a la sociedad en respuesta a la demanda colectiva son bienvenidas y necesarias, sin embargo, será mejor cuando todos sepan amar y hacer a los demás lo que les gustaría que se les hiciera, respetando sus derechos, especialmente los más fundamentales como el derecho a la vida.
Aunque existen miles de centros espíritas en Brasil, lamentablemente seguimos liderando la lista mundial en casos de muertes producidas con el uso de armas de fuego. A pesar de ello, creemos que en este contexto el Espiritismo es y será siempre el instrumento decisivo por excelencia en la transformación por la pacificación social.
Referências bibliográficas:
(1) Disponível em https://br.noticias.yahoo.com/tiro-em-banheiro-e-amizade-002555064.html acesso 06/09/2020
(2) VIEIRA, Waldo. Conduta Espírita, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2003, cap. 18.
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