EL AUTOPERDON PARA LIBERARSE DE LA CULPA (*) Jorge Hessen

Traducido por: Mercedes Cruz Reyes 

Madri/Espanha

La autoconciencia y el auto perdón son dos virtudes fundamentales para la dilución de la culpa. Sin embargo, es necesario el entrenamiento del auto aceptación amorosa que necesita ser regado por los cinco sentimientos básicos, a saber: autoestima, auto aceptación, autoconfianza, autoestima y auto respeto. Este ejercicio permite nuestro auto renovación por amor y por el amor. Pero mantener el estado de culpabilidad hace todo eso imposible.

Solo el auto perdón nos libera para la rehabilitación frente a la conciencia si asumimos la responsabilidad del error y nos esforzamos reflexivamente por repararlo.

La vida es la oportunidad bien aplicada en el presente, en el aquí y ahora, nunca los fracasos del pasado. Sin embargo, hay quienes viven en conexión con las fallas de ayer, actuando como aquellos que quieren conducir el automóvil simplemente mirando por el espejo retrovisor; seguramente causarán accidentes. No puede permanecer atrapado en las negatividades del pasado, es importante estar al tanto de las oportunidades de cada momento del presente (que es un préstamo divino que se renueva en cada momento).

Olvidar los fracasos del pasado no significa "no recordar", sino resignificarlos. Entonces, aunque parezca que lo hemos olvidado, en realidad dejamos  el recuerdo en la memoria en un plano que no es accesible conscientemente. Es decir, no seguimos meditando sobre lo que ya pasó, pero si lo que se culpa que queda incesantemente rememorando el error cometido.

Cuando nos liberamos de los desechos mentales, acumulados por el estigma culpable, comenzamos la elevación espiritual, y una actividad completamente nueva es favorable para nosotros, abriendo espacios para la salud integral. La basura mental que heredamos se acumula por nuestra falta de conocimiento en los tres niveles de ignorancia: no saber, no sentir y no experimentar la verdad. Son tales ignorancias las que producen los escombros mentales, los fracasos y la fragilidad del Espíritu para superar la propia ignorancia.

Teniendo en cuenta nuestra debilidad, debemos darnos la oportunidad de reparar los males practicados, permitiéndonos siempre ante la conciencia a través del auto perdón, especialmente ante aquellos a quienes dañamos. Esto no significa anular la falla que hemos cometido, sino otorgar la oportunidad de corregir los errores. Por lo tanto, el perdón no se basa en una falsa tolerancia excusable por los errores de uno. Eso sería descuido moral, complicidad e ingenuidad. Más bien, el auto perdón representa la posibilidad de crecimiento mental y moral, proporcionando la dirección correcta de nuevas opciones para el bienestar personal y colectivo.

Es imposible que alguien mejore el comportamiento de la noche a la mañana. Es indispensable el esfuerzo de enriquecimiento moral ininterrumpido.   El auto perdón de uno mismo es un proceso de responsabilidad propia, fruto de la maduración del sentido del intelecto moral. Con la disposición continua de reparar los errores, extendemos las virtudes a través de esfuerzos graduales en el ejercicio del bien, admitiendo que en este procedimiento no seremos "puros" en un abrir y cerrar de ojos, ya que todavía nos equivocaremos muchas veces; pero nunca en las mismas proporciones que antes, porque aprenderemos y creceremos de nuestros errores.

Cuando nos perdonamos a nosotros mismos, aprendemos a pedir perdón a los demás. El coraje de pedir perdón y la capacidad de perdonar son dos mecanismos terapéuticos libertadores de la culpa. También porque la salud mental y del comportamiento impone la liberación de la culpa, utilizando la valiosa contribución del discernimiento capaz de evaluar la calidad de las acciones y permitir la reparación de errores y el estado de gratitud cuando es correcto.

El equilibrio entre la conciencia y el comportamiento tiene un precio: la persistencia en el deber moral como el aguijón de la conciencia y el guardián de la probidad interna. Ante esto, para deshacerse de la culpa, es muy importante el esfuerzo continuado, la paciencia y la perseverancia en el deber de conciencia. No nos consintamos abatirnos el ánimo, hemos de reabastecernos con conexiones íntimas y diálogos con Dios a través de los sentimientos y pensamientos edificantes que podemos perfeccionar bajo cualquier circunstancia.

Hagamos los esfuerzos necesarios para expandir los pensamientos elevados que debemos cultivar en cualquier situación dada. Siempre seremos responsables de los efectos de nuestras acciones. Cosecharemos conforme sembremos. Por lo tanto, hagamos nuestro compromiso de conciencia a través de la invitación amorosa de Jesús. De esta manera, nos mantendremos íntimamente sanos, cumpliendo nuestros deberes plenamente, siempre bajo la responsabilidad de la acción transformadora, sin transferir nuestras propias fallas a terceros.

(*) Texto com base no Projeto Espiritizar contido no link Diretrizes Seguras para Libertar-se da Culpa - Módulo 06