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sábado, 24 de outubro de 2015

UMBANDA Y ESPIRITISMO CRISTIANO EN UNA EVALUACIÓN OPORTUNA (Jorge Hessen)

Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha


Los compañeros me solicitan comentar nuevamente sobre la tendencia Umbandistas en las instituciones espiritas cristianas. , me dijeron que muchos centros “espiritas”, localizados en sierra central, poseen dirigentes, trabajadores y frecuentadores que aún no se deshicieron de los ritos Umbandistas. Son frecuentadores, médiums y adoctrinadores que no consiguen librarse de las entidades de “terraza”. Como si no bastase, hay los que eligen en la institución espirita cristiana “mentores o mentoras” de espíritus impregnados de los atavismos psicológicos de “abuelas sultanas” o “abuelos menganos”, o veneran “ex” “negros (as) viejos(as)” etc., como si tales “entidades” fuesen campeones de la humildad. ¡Nada más inconsistente! Y no se pueden comparar tales “entes” con los sensatos espíritus que se presentan como ¡Los ex-sacerdotes" y "ex-monjas" en el diseño de la Codificación Espírita!


En sentido estricto, estos conminados ““vuestros fulanas”, “vuestros fulanos”, “negros (as) viejos (as)”, “indios”, mestizos y similares, cuando han desencarnado, ya no pertenecen a cualquiera de las distintas razas humanas terrenas. En el Más allá del Túmulo, el espíritu no es amarillo, ni rojo, ni negro, ni blanco, aunque pueda presentar su periespíritu distinciones de alguna raza, edad si aun así se sintiera cara a la limitación moral e intelectual o así se concibiera, como sucedió en una de las reuniones realizadas en la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, en la que Allan Kardec dialogo con un Espíritu de un “viejecito” (Padre Cesar), episodio narrado en la “Revista Espirita” de junio de 1859.

La entidad dijo a Allan Kardec que había desencarnado el 8 de febrero de 1859 con 138 años de edad. Tal hecho [edad] llamó la atención del Codificador, que luego se interesó en obtener, de la Espiritualidad, más informaciones sobre el fallecido. El “viejecito” dijo que había nacido en África y había sido llevado para Luisiana [EUA] cuando tenía apenas 15 años. Se desahogó, exponiendo a todos las amarguras guardadas en su corazón, fruto de los sufrimientos por los que pasara en la Tierra en función del preconcepto de aquella época. Y tamañas eran las heridas que traía en el pecho que llegó a decir a Kardec que no le gustaría volver a la Tierra nuevamente como negro.

¿Será que un “abuelo”, una “abuela”, un negro (a) viejo(a), puede ser mentor (a) espiritual de una casa espirita cristiana? ¡En que pese considerar extrañísima esa situación, tal vez si! Quien sabe pueda una de esas entidades a través de sus palabras y actos mostrar que es digna de ese título, si demostrara conocimientos doctrinarios superiores a los nuestros a fin de orientarnos y manifiesta amor para nosotros ejemplificar. ¡Sin embargo, no! Si evidenciara insuficiente cultura, poca evolución espiritual y mucho apego aun a las sensaciones materiales (exigir los títulos de “abuelo”, “abuela”, negro(a) viejo (a), lenguaje de primaria, argumentos infantiles, raciocinio lento, etc.).

La mayoría absoluta de las comunicaciones de negros-viejos como “mentores espirituales” de una institución genuinamente espirita cristiana, es resultado de la insipiente sugestión mediúmnica, del increíble animismo, o de los trucos psicológicos y de las temerosas mistificaciones. Personalmente no apruebo ni comprendo la manifestación de un “Becerra de Menezes” travestido de viejecito tembloroso con voz de “difunto”. Creo que hay animismo en ese “transe” o vicio psicológico del “intermediario”. 

No desconocemos que hubo, seguramente, espíritus bondadosos que encarnaron entre los negros africanos para inspirar aquel pueblo sufrido, de modo sabio y amoroso, durante su cautiverio. Algunos de ellos, tras la muerte, ciertamente hayan podido regresar a la retaguarda terrena, por amor al propio crecimiento espiritual en el servicio del bien. Mas no fueron numerosos tales espíritus “buenecitos”, “humildes”, por la lógica, fueron raros, porque casi la totalidad de los esclavos eran como nosotros: espíritus de mediana o poquísima elevación.

Hay obsesores (y no son pocos), que fingen esa apariencia y lenguaje (de entes de “escuela”) con el objetivo de iludir y mantener bajo hipnosis a los espíritas ignorantes. Ante esos perspicaces seres del más allá (algunas veces tan solamente producto de la mente del “médium”) procuramos advertirlos, alertarlos para la responsabilidad por sus actos. Si no recibieran nuestras advertencias apelamos al expediente de la austeridad verbal y de la seguridad moral para que se arrenden del local, exorando, por nuestra vez, el amparo de los directores espirituales de la sesión.

En las sesiones mediúmnicos que dirijo hace 4 décadas si ocasionalmente hay manifestación de tales espíritus (“abuelos”, “abuelas”, “negros (as) viejos(as)”, mestizos y afines) si fuera permitida por la espiritualidad directora de la sesión, tales espíritus son orientados adecuadamente. No permitimos cualquier intolerancia o preconcepto contra ellos. Entretanto, analizamos atentamente su naturaleza y el contenido de sus comunicaciones, como hacemos con cualquier espíritu que se manifieste en el grupo. Tales espíritus, para comunicarse mediúmnicamente, no precisan y ni estimulamos el uso de lenguaje bizarro, incomprensible a los médiums y a los participantes de la reunión. 

El buen sentido recomienda que si uno de esos desencarnados insistiera en la apariencia o lenguaje momentáneamente de sus personajes del pasado y desea evidenciar su identidad, la manifestación será admisible, si hubiera quien lo pueda identificar. Caso contrario será una comunicación improductiva. Si tales entidades se presentan con atavismos de la última encarnación (ex-esclavos “viejos o nuevos”, indios etc.) buscamos orientarlos, a fin de liberarse de ese atavismo. Así, buscamos esclarecerlos en cuanto à su real naturaleza de espíritus en evolución. En el adoctrinamiento nos esforzamos para advertirles que ya reencarnaron diversas beses en diferentes condiciones y, por tanto, tienen un patrimonio espiritual más vasto que un simple “viejo” o correlación de una raza sufridora.

De este modo, procuramos revelarles que no precisan quedar fijado en el psiquismo de la existencia que concluye y que en la vida espiritual puede continuar progresando en todos los aspectos, hasta aun mismo en el modo de vestirse y hablar. Hay los que usan sutiles subterfugios, diciendo que se presentan así, porque tal o cual encarnación le fue muy grata por haberle permitido adquirir “virtudes”, especialmente la “humildad” y lo desea ejemplificar. Es Obvio que ese argumento es astuto, pues quien conquistó la virtud de la humildad no precisa trompetear u ostentar gestos de falsas modestias. Por esa razón orientamos a tales “viejecitos” que la humildad no consiste en expresiones verbales y apariencias exteriores ni en actitudes serviles.

Muchas personas suponen que negros-viejos, indios y caboclos sean serviciales, para atender sus pedidos. Otras acreditan que ellos tengan poderes misteriosos, capaces de resolver de modo mágico los problemas de los consultantes. Parecen, también, juzgarlos sobornables, ya que aceptarían actuar a cambio de algún “pagamento” o compensación. En verdad, una evocación por rituales específicos convida y condicionan ciertos espíritus a presentarse como negros-viejos, indios o caboclos. Y algunos espíritus, algunas veces hasta los vecinos, adoptan esa apariencia para que, así, las personas del medio en el que se van a manifestar (“escuela”) acogerán más espontáneamente su presentación y recomendaciones. 

Enfatizamos sin embargo, que si no estimuláramos ese condicionamiento, muchos espíritus dejarían de presentarse como rojos, negros, blancos, viejos, nuevos etc. etc. etc., pasando a comunicarse en su modo propio y natural. Muchos entienden que los “abuelos”, “abuelas”, “caboclos”, “negros-viejos”, son más eficaces. Creen que las protecciones que los Espíritus normales no obtienen los tales mágicos “viejitos” e “indios” lo consiguen. Nada más inexperto!

Sobre el lenguaje de tales entes, observamos que el habla de “negros viejos” no acostumbra a corresponder a los legítimos dialectos africanos o portuguesamente de ellos de épocas remotas. Es más una charla, un enrollo, una confusión de voces sin significado o ligación con lo que los africanos hablaban. A eso clasifico de mistificación. Sobre los tales caboclos es obvio que indios brasileños no podrían jamás denominarse por ejemplo “caboclos 7 flechas” (no tenían noción de los número), no se autodenominarían “flecha ligera”, “nube blanca” etc., como lo hacen los indios norte-americanos, los cuales las academias de Hollywood popularizan en los filme de “Bang Bang”. 

En suma, somos espíritas cristianos y como tales debemos comportarnos y actuar en el día a día, especialmente en las sesiones mediúmnicos. En buena lógica, quien no acoja o no se encaje en los conceptos y prácticas espiritas cristianas precisan procurar diferentes recintos afines, hasta porque ninguna persona es constreñida a ser espírita cristiana.

SEMINÁRIO: Manifestação de fundo umbandista no meio espirita
Parte 1
Parte 2
Parte 3

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