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terça-feira, 17 de março de 2015

EL ESPIRITISMO JAMÁS SERÁ SUPERADO (Jorge Hessen)

Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha


EL  Libro De los Espíritas es originario de la revelación de  los espíritus por medio de la comunicación mediúmnica a través de la “cesta de bico” [1] y posteriormente de la “cesta-pião”.[2] Buscando la mejoría del proceso, Allan Kardec estudio maneras más apropiadas para obtención de informaciones del “más allá del túmulo”. Contando con la colaboración de las médiums Ruth Celine Japhet, Aline Carlotti, Caroline Baudin, Julie Baudin y Ermance Dufaux, que estaban a su disposición, descubrió el mecanismo de la pictografía que consistía en la influencia directa del Espíritu sobre el médium, controlando determinadas zonas cerebrales a través del periespiritu para que la Entidad pudiese controlar  su mano y reproducir la escritura manual.

Henri Sausse, Zeus Wantuil, Ann Blackwell, principales biógrafos de Allan Kardec, afirmaron que la idea de un libro de preguntas y respuestas, también como algunas preguntas, fueron originarias de 50 cuadernos ofrecidos por un grupo de masones, entre ellos Victorien Sardou, Pierre-Paul Didier (y su hijo), Tiedeman-Manthèse, y René Taillandier. Tales personas ya realizaban pesquisas mediúmnicas, sin embargo no conseguirían alcanzar la plena dimensión de ese trabajo, y por eso deliberaron entregar los manuscritos al profesor Rivail, que constató en esos tomos profundas revelaciones que deberían ser divulgadas.

Con efecto, en 18 de abril de 1857, el hijo de Lyon público a 1ª edición de “El Libro de los Espíritus” dividido en tres partes, compuesto de 501 cuestionarios. En 1860, lanzo la 2ª edición, de esa vez enteramente refundido y admirablemente aumentado para 1019 preguntas, divididas en cuatro partes a saber: Causas primarias, Mundo de los espíritus, Leyes morales y Esperanzas y consolaciones. Esta edición fue publicada por el editor Paul Didier y se agotó en apenas 4 meses. De cada parte del Libro de los espíritus, Allan Kardec desarrollo los temas resultando en las  Obras básicas de la Codificación. Observemos lo siguiente: de la primera parte - “Causas primarias” – distribuida en cuatro capítulos y 75 cuestiones, genero la obra La  Génesis. De la segunda parte – “El mundo de los espíritus” – distribuida en once capítulos y 537 preguntas, surgió El Libro de los Médiums. De la tercera parte – “Leyes morales” – distribuida en nueve capítulos y 308 interrogaciones, nació el Evangelio Según el Espiritismo y finalmente de la cuarta parte – “Esperanzas y consolaciones” – distribuida en dos capítulos y  99 preguntas, resulto El  Cielo y el  Inferno o “La Justicia Divina Según el Espiritismo”.

La Codificación Espírita se consubstancio a fin de enfrentar los tumultos provocados por los desórdenes ideológicas del Siglo XIX y germina en el  centro cultural del mundo occidental. Fue publicado por tanto en medio de un torrente de filosofías que inducia al  hombre al  pesimismo, al escepticismo y al nihilismo. Surgió en el  mismo año en que desencarno el controvertido Augusto Conte, mentor del pensamiento positivista, bastante en boga entre la elite intelectual de la época. Surgió en medio de los embates de la dialéctica dividida en ese momento en dos fases en ese – antes y después del filósofo alemán Hegel – contestador de la dialéctica socrática.

Con la desencarnación de Hegel surgieran dos corrientes hegelianas, la ortodoxa (de “directa”) y  la socialista (de “izquierdea”), esta última representada principalmente por Engel y Marx, culminando en el  materialismo histórico. Políticamente, los “derechistas” hegelianos vinculaban el argumento conservador, colocando el Estado como personificación de la ética, apareciendo en el fascismo en  Italia, en el nazi fascismo en  Alemania e integralismo en Brasil.

Los “izquierdistas” sometieron al cristianismo a severas críticas, lideradas por Karl Marx, extendiéndose para la vida social. El 31 de marzo de 1848, cuando el Espíritu del ex vendedor ambulante Charles Rosman señalaba nuevos horizontes en Hysdesville, en los EUA, el impaciente Marx publicaba en Bruselas, por ocasión del Segundo Congreso de la Liga Comunista, el infame “Manifiesto Comunista”, con clamando la unión de los “proletarios” de la Tierra.

El autor  rabioso de "El Capital" sediento de “libertad”, defendía fuertemente la tesis de que la solución de las cuestiones económicas del mundo sería a través del arrogante socialismo “científico”, dando alas para el materialismo y/o comunismo ateo. En su feroz indignación contra la superestructura del cristianismo, Marx vociferaba que  “la religión era el opio del pueblo”, una auténtica emanación del “tío del saco” del capitalismo.

Aun en  aquellos idos de 1859 era lanzado el libro que estaba destinado a abalar los alicientes de la idea del origen biológico del hombre y de los seres de la naturaleza. El británico Charles Darwin entra para la historia con el libro titulado “El origen de la vida por la selección natural de las especies”. Con todo, desde  su lanzamiento, El Libro de los Espíritus permanece inquebrantable. Ya transcurrieron 158 años y el Espiritismo se conserva moderno e insuperable en sus principios.

La  Doctrina de los Espíritus está basada en los principios de la existencia de Dios, de la existencia y sobrevivencia del Espíritu, en las leyes morales, en la reencarnación, en la  pluralidad de los mundos habitados, en la comunicabilidad de los Espíritus. No trata de ocultismos, no prescribe prácticas adivinatorias, no tiene  en sus páginas propuestas sacramentales, ritos, ni liturgias. Es una doctrina de base científica, filosófica y religiosa. Sus argumentos, marchando paso a paso con el progreso, jamáis serán ultrapasados. Si nuevos descubrimientos demostraran estar en un error sobre uno de  sus puntos, el Espiritismo se rendirá modificando ese punto sospechoso. Si uña verdad viniera a ser revelada él la incorporara.

Uno de los signos de vitalidad  del Espiritismo es  su sintonía con el tiempo, y eso se refleja en los grupos académicos de pesquisa sobre los preceptos doctrinarios. En las universidades hay un creciente interés por la literatura espírita, normalmente especialistas del área física cuántica, matemática, psicología, medicina, sociología e historia. El hecho de encontrar estudiosos espíritas entre los doctores de las principales universidades brasileñas es una prueba evidente de que el Espiritismo se afirmó como doctrina en una parcela influente del país.

Aclaraciones:

[1] “cesta de bico” Consiste en adaptar a la  cesta una astilla de madera (15 cm) inclinada. Por un agujero abierto en la  extremidad de esa varilla, o pico, se pasa  un lápiz bastante largo para que su punta asiente en el  papel. Poniendo el médium los dedos en el borde de la cesta, todo el aparato se agita  y el lápiz escribe. Se obtiene así disertaciones de muchas páginas.

[2] “cesta-pião”.Es  una cestita de quince a veinte centímetros de diámetro (de madera o de mimbre). Donde se adapta un lápiz. El movimiento de la cesta no es automático, como en el caso de las mesas giratorias; se torna inteligente. Con ese dispositivo, el lápiz, siempre al llega a la   extremidad de la línea, en la  vuelta al punto de partida para comenzar otra, continua moviéndose circularmente, de suerte que la línea escrita forma una espiral, tornando necesario volver muchas veces el papel para leer lo que está escrito.


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