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sexta-feira, 15 de agosto de 2014

¿EN SU CONCIENCIA QUIEN PUEDE ARROJAR LA PIEDRA? (Jorge Hessen)


Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com

Vivimos una de estas ocasiones poco comunes en las que, a partir de una nueva representación tecnológica, est es, de una nueva relación con la sociedad moderna, un nuevo modelo de humanidad es concebido. Estamos en un estado social en el que el mundo virtual es casi o real, con todo el nos brota como un sueño. Algunos sueñan con cuidado, otros se sumergen en los golpes de los desvaríos oníricos. En todos esos estados hay el peligro de esa situación convertirse en una pesadilla. Ese es el precio que el hombre paga por el avance de la Tecnología de la Información (TI), a pesar de muchos ciudadanos aun no se habrían dado cuenta de que sus actos por las vías virtuales están estableciendo desastres morales de consecuencias imprevisibles. Veamos: la cuestión colocada aquí como inquietante es el doble adulterio ocurrido por las herramientas virtuales, desaguando casi siempre en la vida real.

Una pareja bosnia se está divorciando, después de descubrir que uno atraía al otro en el chat de internet. Detalles: ellos comenzaron la relación virtual usando pseudónimos, y solo descubrieron la verdad cuando combinaron un encuentro con los "los nuevos socios". Sana Klaric, 27, y el marido Adnan, de 32 años, utilizó los seudónimos de "Sweetie" y "Príncipe de la Alegría" en las salas de chat. Se conocieron e iniciaron una relación, confidenciándose mutuamente los problemas que tenían en su casamiento 1

Los dos estaban convencidos de haber finalmente encontrado su alma gemela y resolvieron marcar un encuentro real para conocerse y descubrir la verdad. La esposa dijo que “de repente estaba apasionada, parecía que ella y “el Príncipe Of Joy” [pseudónimo del esposo] estaban atados en un mismo tipo de casamiento infeliz”. “Después se sintió tan atraída”, dijo la esposa. El marido continua sin poder creer en lo que aconteció. “Es difícil pensar que “ “Sweetie” [pseudônimo de la esposa], que escribió cosas tan maravillosas para mi [en internet] , es la misma mujer con quien me case y que, por años, no fue capaz de decirme una sola palabra agradable”. 2

Sin duda estamos ante una insólita ocurrencia completamente edificada sobre las arenas de un casamiento arruinado, de la escapatoria del consorcio por medio de la reciproca infidelidad conyugal y de la auto conmiseración cara al mutuo adulterio. Ante el hecho se busca el “divorcio” para “resolver” la demanda de dos corazones lesionados. Más sabemos que la traición duele en todos los sentidos ya sea virtual o real.

Delante de la deslealtad conyugal, gran contingente de personas exhiben dos fases de reacción: protestas y desespero. La persona se revela, grita, llora, implora por una nueva oportunidad. Ya en la segunda fase, la reacción será muy parecida con la de los pacientes en depresión: falta de voluntad de interactuar socialmente, pérdida de apetito, insomnio y desinterés por cualquier actividad. Obviamente no existe adulterio donde reina el sincero afecto reciproco.

No estamos aquí para lanzar juicio bajo los auspicios de falsos conceptos de superioridad ante los que se encuentran dilacerados en los sentimientos. Sobre el adulterio preferimos recurrir a la sentencia de Cristo que dijo: “aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, 3 Esta sentencia hace de la indulgencia un deber para nosotros porque nadie hay que no necesite, para sí mismo, de la indulgencia. “Ella nos enseña que no debemos juzgar con más severidad a los otros, de la que nos juzgamos a nosotros mismos, ni condenar en otro aquello de que nos absolvemos. Antes de promulgar a alguien una falta, hemos de ver si la misma censura nos pude ser hecha.4

Sobre el dictado, “tire la primera piedra” es “curioso notar que Jesús, en tratándose de faltas y caídas, en los dominios del espíritu, haya elegido aquella de la mujer, el faltas del sexo, para pronunciar su inolvidable sentencia. Todavía, de los milenarios y tristes episodios afectivos que reverberan en la conciencia humana, resta, aun, por herida sangrienta en el organismo de la colectividad, el adulterio que, en el futuro, será clasificado en la patología de la dolencia del alma, extinguiéndose, por fin, con remedio adecuado.”5

El “adulterio aun permanece en la Tierra, como instrumento de prueba y expiación, destinado naturalmente a desaparecer, en la ecuación de los derechos del hombre y de la mujer, que se armonizaran por el mismo peso, en la balanza del progreso y de la vida. Cuando cada criatura sea respetada en su foro íntimo, para que el amor se consagre por vinculo divino, mucho más de alama para alma que de cuerpo para cuerpo, con la dignidad del trabajo y del perfeccionamiento personal luciendo en la presencia de cada una, entonces el concepto de adulterio se habrá distanciado de lo cotidiano, una vez que la comprensión apaciguará el corazón humano y la llamada desventura afectiva no tendrá razón de ser.” 6

El sabio Espíritu Emmanuel ilustra que “en el rol de las defecciones, deserciones, flaquezas y delitos del mundo, los problemas afectivos se muestran de tal modo enclavados en el ser humano que persona alguna de la Tierra haya escapado, en el conjunto de existencias consecutivas, a los llamados “errores del amor”,7

“Quien no haya sufrido trances difíciles, en las áreas del corazón, en el periodo de la reencarnación en que se encuentre, investigue las propias inclinaciones y deseos en el campo intimo, y, en su conciencia, verificará que no se halla ausente del enmarañado de conflictos, que renacen del acervo de luchas sexuales de la Humanidad.” 8

Nos hallamos muy lejos de la pureza del corazón, por eso mismo, si alguien nos parece caer, bajo engaños del sentimiento, no critiquemos, en vez de eso silenciemos y oremos en su beneficio. Ninguno de nosotros consigue conocerse tan exactamente hasta el punto de saber hoy cual es la dimensión de la experiencia afectiva que nos espera en el futuro. Somos incapaces de examinar las conciencias ajenas y cada uno de nosotros, ante la Sabiduría Divina, es un caso particular, en materia de amor, reclamando comprensión.
Jorge Hessen


Referências bibliográficas:

1 Disponível em http://metro.co.uk/ acesso 12/08/2014

2 Disponível em http://tecnologia.terra.com.br/interna/0,,OI1920421-EI4802,00.html acessado em 12/08/2014

3 João 8:7

4 Kardec, Allan. Evangelho Segundo o Espiritismo, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1977,item 13, do Cap. X,

5 Xavier, Francisco Cândido. Sexo e Vida , ditado pelo espirito Emmanuel, RJ: Ed FEB, 2001

6 idem

7 idem

8 idem

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