Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com
El legado de la tolerancia doctrinaria no se debe manifestar en la forma de omisión ante los injertos conceptuales e ideas anómalas que algunos compañeros intentan imponer en las instituciones doctrinarias en nombre de la militancia política. Principalmente en las proximidades de las disputas para las elecciones polito-partidarias, en las que surgen aquí y allá discusiones sobre si el espirita debe o no candidatarse a algún cargo electivo.
En verdad, la Doctrina de los Espíritus no estimula el encajamiento para funciones en las estructuras político-partidarias. Y no ajusta en su tribuna el servicio de la propaganda partidaria de cualquier candidato. La tarea urgente del espirita es la transformación de su comportamiento individual, para la lucha por el ideal del bien, en nombre del Evangelio. Actuando así, los espiritas no están ajenos a las cuestiones políticas; se engañan quienes piensan lo contrario. Los espiritas incorruptibles, fieles a la familia, a la sociedad y a los compromisos morales, son, integralmente, ciudadanos activos, que ejercen el derecho y obligación (depende del punto de vista) de votar: sin embargo, sin vínculos con los absurdos contenidos ideológicos-partidarios.
Si algún compañero estuviera vinculado a cualquier partido político, si desea concurrir como candidato a un cargo electivo, obviamente tiene total libertad de hacerlo, más si que actué bien lejos de los ambientes espiritas, de modo que no camufle, dentro de la Institución Espirita, disfrazada intención, visando conquistar votos de los frecuentadores. El exceso de cautela en ese caso es recomendable; no es cuestión de preconceptos; es hasta una cuestión de lógica, pues discutir asuntos de política humana, es inadmisible traer, para las huestes espiritas, el partidarismo, la ideología (de “derecha”, “izquierda”, “centro”, “Ambas” etc. etc. etc.) Por cuanto, como ciudadano, cada espirita tiene el derecho y libre albedrio para militar en el universo fragmentado de las ideologías político-partidarias, más no tiene el derecho de confundir las cosas. no olvidemos que el Espiritismo no es un fragmento de la política mundana , y tampoco se envuelve con grupos políticos sectarios, que utilizan medios contradictorios con los fines de poder.
Como vimos, por razones obvias, repetimos, es imperioso distinguir el interés del valor inocuo de la política humana de la excelsa política de Jesús – la “Verdadera luz que ilumina a todo hombre”. (1) Cuando trabajamos por la erradicación de la miseria y de la exclusión social, estamos adoptando la política” “de Aquel que es desde el principio”. (2) La política del verdadero espirita es a favor del ser humano y de su crecimiento espiritual. El espirita consciente nos e somete y ni se omite ante el poder político, y ni tampoco asume el lugar de “oposición” o de “situación”. Hasta porque “el discípulo sincero del Evangelio no necesita respirar el clima de la política administrativa del mundo para cumplir el ministerio que le es cometido. El Gobernador de la Tierra, entre nosotros, para atender a los objetivos de la política y del amor, representó, ante todo, los intereses de Dios junto al corazón humano, sin necesidad de reglamentos y decretos, aunque respetable. "(3)
Bezerra e Eurípides
El primer capítulo del Estatuto de la “SOCIEDAD PARISIENSE DE ESTUDIOS DE LOS ESPIRITAS” establece la siguiente PROHIBICIÓN (¡eso mismo PROHIBICIÓN): “LAS CUESTIONES POLITICAS, DE CONTROVERSIA RELIGIOSA Y DE ECONOMIA SOCIALEN ELLA [S.P.E.E.] SON PROHIBIDAS”. Por tanto, es imparcial razón, es inaceptable utilizar alguien la tribuna espirita para la propaganda político-partidaria. De la misma forma, es situación deprimente un espirita utilizar tribunas electorales a fin de implorar votos, valiéndose demagógicamente de sofismas y simulacros de “modestia”, “pobreza”, “humildad”, “altruismo”, “tolerancia”, exaltando sus inigualables “virtudes” y colosales obras de “caridad”. Aconsejamos a tales imponderables, espiritas, mendigadores de votos, que se aparten del espiritismo y opten por otro credo, a fin de que sea asegurado el movimiento espirita a la no contaminación de esa infecciosa política de intereses mezquinos y personales.
Algunos defensores de la politización en las casas espiritistas evocan Bezerra de Menezes y Eurípides Barsanulfo a fin de justificar sus razonamientos. La carrera política de Bezerra de Menezes se inició en 1861, cuando fue elegido concejal municipal por el Partido Liberal. Fue reelegido para el periodo de 1864 – 1868 y se eligió Diputado General en 1867. Nuevamente fue elegido concejal en 1873. Ocupó el cargo de presidente de la Cámara, que actualmente corresponde al de prefecto de Río de Janeiro, de julio de 1878 a enero 1881. En esa época, la intensificación de la lucha abolicionista tuvo a adhesión de Bezerra, que uso de extremada prudencia en el trato del asunto. Entretanto, el día 16 de agosto de 1886, el público de dos mil personas que llenaba la habitación de honor de la Guardia Vieja, en Río de Janeiro, oyó, silencioso y atónito, al famoso médico y político anunciar su conversión al Espiritismo. A partir de ahí, no se envolvió con el partidarismo político.
Mientras tanto Eurípides Barsanulfo, fue, sin duda alguna, un respetable representante político de su comunidad. Se tornó secretario de la Hermandad de San Vicente de Paula, habiendo participado activamente de la fundación del periódico “Gaceta de Sacramento” y del “Liceo Sacramentino”. Luego se vio ascendido a la posición natural de líder, por su segura orientación en cuanto a los valores verdaderos de la vida. A través de informaciones prestadas por uno de sus tíos, tomó conocimiento de la existencia de los fenómenos espiritas y de las obras de la Codificación Espirita. Ante los hechos, volvió completamente sus actividades para la nueva Doctrina, pesquisando por todos los medios y maneras, hasta deshacer totalmente sus dudas. A partir de ahí, el partidarismo político dejó de ser parte integrante de las ansias del joven minero.
No tenemos necesidad de representantes políticos en los parlamentos humanos.
Por fuertes razones, es necesario que hagamos profunda distinción entre Espiritismo y política partidaria. Somos “políticos” desde que nacemos y vivimos en sociedad; si, ¿Y qué? La Doctrina Espirita no podrá, jamás, ser vehículo de especulación de las ambiciones particulares en ese campo. Si el mundo gira en función de políticas económicas, administrativas y sociales, no hay como tolerar militancia política dentro de las huestes espiritas. No se sustentan las tesis simplistas de que solo con nuestra participación efectiva en los procesos políticos a nuestro alcance, ayudaremos a mejorar el mundo. Eso solo es tonterías ideológicas.
No hay que confundir la política terrena, con la política del “Hijo del Altísimo”. (4) Cada situación en su dimensión correcta. La Política partidaria, pertenece a los políticos, mientras que la practica espirita es actividad para los espiritas cristianos. El argumento de que los parlamentarios se sirven, con el pretexto de “defender” los postulados de la Doctrina, o alentar el prestigio Social para las huestes espiritas, o, aun, ser una “luz” entre los legisladores, es argumento astuto, deshonesto. “NO TENEMOS NECESIDAD ABSOLUTA DE REPRESENTANTES OFICIALES DEL ESPIRITISMO EN SECTOR ALGUNO DE LA POLITICA HUMANA “. (5)
Los legítimos estudioso espiritas se acercan a la comprensión de vivir naturalmente impregnados del buen sentido y humildad. Entienden que “la misión de la doctrina es consolar e instruir, en Jesús, para que todos movilicen sus posibilidades divinas en el camino de la vida. Cambiarla por un lugar en el banquete de los Estados es invertir el valor de las enseñanzas, porque todas las organizaciones humanas son pasajeras cara a la necesidad de renovación de todas las formulas del hombre en la ley del progreso universal”.(6)
Una vez más, afianzamos que no se sustentan las tesis inútiles de que solo con nuestra participación efectiva en los procesos políticos a nuestro alcance ayudaremos a “mejorar” Brasil. No olvidamos que “El Rey de los Siglos” (7) medito mucho para la mejora de la criatura en sí. No nos consta que el “Hijo de Dios” (8) hubiese abierto cualquier proceso político-partidario contra o a favor del poder constituido en aquella época. Por tanto, nuestra conducta apolítica (partidaria) no debe ser encarada como conformismo; todo lo contrario, esa actitud es sinónima de paciencia operosa, que trabaja siempre para mejorar las situaciones y cooperar con aquellos que reciben la responsabilidad de la administración de nuestros intereses públicos.
Es acertado recordar que, nuestros imperceptibles consentimientos, vamos des caracterizando el programa de la Tercera Revelación. A titulo de tolerancia, diversas veces cerramos los ojos para la politización en las casas espiritas; entretanto la experiencia demuestra que, algunas veces, es presumible hasta cerrar un ojo, sin embargo nunca los dos. Considerando que nuestro mundo es la morada de la opinión, es natural que presentemos para los compañeros militantes políticos desacuerdos sobre ese tema. Es inadmisible sin embargo, teniendo en vista la propia orientación de la Doctrina Espirita, es el clima de injunciones que se coloca, no raro, envolviendo a los que confunden la intensidad con la agresividad, o la defensa de la verdad con la inflexibilidad.
Estamos investidos de compromisos más inmediatos, en vez de sumergirnos en el mundo de la política saturada por equívocos deplorables. Por eso, no debemos buscar una posición de destaque, para nosotros mismos, en las administraciones transitorias de la Tierra. Si fuéramos convocados por las circunstancias, debemos aceptarlas, no por honra a la Doctrina que profesamos, más si como experiencia compleja, donde todo suceso es siempre muy difícil.” El espirita sincero debe comprender que la iluminación de una conciencia es como si fuera la iluminación de un mundo, resaltándose que la tarea del evangelio, junto a las almas encarnadas en la Tierra, es la más importante de todas, visto a constituir una realización definitiva y real. La misión de la doctrina es consolar e instruir, en Jesús, para que todos movilicen sus posibilidades divinas en el camino de la vida. Cambiarla por un lugar en el banquete de los Estados es invertir el valor de las enseñanzas, porque todas las organizaciones humanas son pasajeras cara a la necesidad de renovación de todas las formulas del hombre en la ley del progreso universal.” (9)
Conclusión:
Si fuese una necesidad educada para la tolerancia reciproca, para el respeto a la autoridad, para el trabajo persistente, sin conflictos entre servidores y gobierno, empresarios y trabajadores, en la que las personas se uniesen para comprender la necesidad de los valores espirituales en la vida de cada uno o de cada grupo social, seriamos un país venturoso y pacifico. Muchos podemos admirar la política en cuanto a ciencia, en cuanto a principios, en cuanto a filosofía, más si definitivamente no precisamos envolvernos en partidarismos políticos. Pensemos ser justos, en luchar por nuestra acción voluntaria ante la Sociedad, sea en acción profesional, sea en la acción de ciudadanía, sin cambiar nuestra dignidad por politicismos o conveniencias personales.
Referências bibliográficas:
1 João 1:9
2 1 João 2:13
3 Xavier, Francisco Cândido. Vinha de Luz, ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999, cap. 59
4 Lc 1.32
5 VIEIRA, Waldo. Conduta Espírita, Ditado pelo Espírito André Luiz, Rio de janeiro: FEB, 2001, Cap. 10
6 Xavier, Francisco Cândido. O Consolador, ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1984, pergunta 60
7 1Tm 1.17
8 Mt 2.15
9 Xavier, Francisco Cândido. O Consolador, ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1984, pergunta 60.
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