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segunda-feira, 24 de junho de 2013

SE DICE QUE: “CADA PUEBLO TIENE EL GOBIERNO QUE MERECE” ¿SERÁ CIERTO ESE ADAGIO?



Traducido por Merchita
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com

Bancaremos en estos comentarios algunos complementos fatuos a propósito de la denuncia del periódico New York Post sobre las familias ricas novayorquinas que sobornan a personas portadoras de deficiencia a fin de pasarse por sus parientes, mirando esquivarse de las largas filas en el parque de diversiones de Disney (1), en Orlando, en Florida. “El periódico acusa a arduos miembros de grupos familiares americanos que permanecen en lo máximo un minuto para tener acceso a las atracciones del parque, mientras las otras personas esperan más de 2 horas.” (2) Infelizmente la deficiencia moral abraza a la corrupción de costumbres, a la falta de carácter individual o colectivo, a la falta de solidaridad social, a la indiferencia por la suerte ajena o por los intereses públicos.

Sin tender a especulaciones impropias sobre la insinuación del New York Post, afirmamos que cualquier semejanza con hechos y personas en Brasil no es mera coincidencia. Ni es preciso hacer un esfuerzo descomunal de raciocinio a fin de identificar semejanzas cabales. Habituamos aquilatar negativamente asaltantes estafadores, homicidas, encarcelados o ex delincuentes en general. ¿Sin embargo, será que fuera de las prisiones hay superávit de ciudadanos honestos? ¿Cuántas veces compramos productos de origen dudoso para evitar impuestos? ¿Cuántas veces devolvemos el cambio que el cajero del supermercado nos dio de más? ¿Cuántos mecánicos de automóviles, técnicos de frigoríficos, de televisión, de lavadoras, de ordenadores, engañan para cobrar más caro?

¿Cuántas veces estacionamos en el vado del anciano o deficiente sin ser un anciano o deficiente? ¿Cuántos usan su autoridad para anular multas de transito? ¿Cuántos beben y embriagados conducen en las carreteras? No asombra que administradores se apropien de las verbas públicas, y que empresarios despidan a los empleados para tener el máximo lucro.

En que pese a la angustia colectiva de la población brasileña, envuelta actualmente por el manto de la conturbación, de la ausencia de justicia social, de la descreencia en las instituciones del estado, es urgente la promoción de una reforma de base moral generalizada. Es menester tornar un cambio visceral en la cultura de la deshonestidad. Un cambio de comportamiento en la base de la masa popular que acostumbradamente elige a sus representantes a costa de negociar el propio voto, de los legisladores que comercializan la honradez a fin de aprobar leyes ilegitimas, de los jueces, descomprometidos con las voces de los justos y de los (ir) responsables del (des) gobierno de la administración estatal.

En ese fatídico escenario es imperioso que se restablezcan los valores de la ética, de la solidaridad, del amor y que se revitalice la reputación y el carácter de cada ciudadano. Hasta porque la escasez de ética, sobretodo gubernamental que ahora vigora en el País, está fundada en valores (creados), y desaparece a través de una ética coherente de prevalecer, el saber: el cinismo ideológico de las “autoridades” autoritarias que administran la nación, la poca humanidad y las mentiras consentidas, el enriquecimiento ilegitimo de algunos carismáticos líderes políticos.

Con los escándalos divulgados por la prensa, se constata un entrelazamiento creciente y preocupante de la administración pública con las actividades delictuosas, mediante un sistemático proceso de presiones, chantajes, tráfico de influencia, intimidaciones y putrefacciones morales, con la práctica del soborno y de la propina, de entre otras travesuras morales inimaginables. “La violencia urbana es reflejo natural de los que administran gabinetes lujosos y desvían los valores que pertenecen al pueblo; que elaboran leyes injustas, que apenas los favorecen; que aplastan a los menos afortunados, utilizándose de medidas especiales, de excepción, que los anulan; que exigen sumisión de las masas para que consigan lo que les pertenece por derecho… produciendo la basura moral y los desconciertos psicológicos, psíquicos, espirituales”.(3)

En esa inestable conjuntura, el ciudadano de bien no puede conservarse en la inercia. Precisa reivindicar y luchar por el rechazo de la deshonestidad a través del uso del voto consciente y los ejemplos de decoro. No puede jamás esmorecer el ideal del bien. Precisa oponerse a la institucionalización del mal que se hace a través de la arbitrariedad administrativa, de la inversión de los valores morales.

Hay lo que desean hacer del país la “casa de la madre Juana”, una “tierra de nadie”. En las actuales movilizaciones populares asistimos atónitos a los vándalos devastar con salvajería los patrimonios públicos y privados. Son seres dementes, contrarios a la urbanidad, que acreditan no haber leyes para regular sus sañas criminales. El País carga una historia promiscua. La práctica de saqueo se ha repetido a lo largo de los siglos en las orillas de la Cruz del Sur. Eso inspiró al Patriarca de la Independencia (José Bonifacio), reencarnado como Ruiz Barbosa (según el Espíritu Humberto de Campos) , para lanzar el clamor de indignación al deparar con todas las trapacerías cometidas: “De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en las manos de los malos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto;” (4)

Las estadísticas consagran a Brasil el liderazgo del ranking de los Países campeones mundiales en corrupción, haciendo asociación a determinados Países africanos en estado primitivo. ¿Qué tipo de ambición exorbitante y estúpida está en la base de la deficiencia de carácter capaz de olvidar todos los escrúpulos para con la conciencia y lanzarse tan sagazmente en el cofre del Estado? no somos el primero, el único o ultimo en anunciar ese sequito de vicios, con todo la prensa, frecuentemente, noticia y expone tales hechos francamente execrables con gran repercusión.

Cumple al ciudadano de bien afirmar la primacía de la ética en la inspección de la administración pública, por ser la instancia fundadora del valor de los preceptos de la gobernabilidad: el interés propietario de la población. Y los gobernantes precisan “asegurar el ejercicio de los derechos sociales e individuales, la libertad, la seguridad, el bienestar, el desenvolvimiento, la igualdad y la justicia como valores supremos de una sociedad fraterna, pluralista y sin preconceptos, fundada en la harmonía social y comprometida, en el orden interno e internacional, con la solución pacifica de las controversias.” (5) Hasta porque la Carta Magna del País consigna que “todo el poder emana del pueblo, que lo ejerce por medio de representantes electos o directamente en los términos de la Constitución”. (6)

A titulo de rigor, ser incorruptible requiere dignidad y sobriedad. Ser honesto demanda disciplina moral y ética, afán para abatir las malas tendencias, diligencia para no consentir desmoronarse en la perdición delas trampas.que en esos instantes históricos por los cuales estamos pasando en Brasil, se restablecen los valores de la Ética Cristiana y que se revitalice el mundo de la honestidad. Hasta por una cuestión muy clara, “ No hay más lugar en la cultura moderna para el absurdo de arbitrarios gobiernos, ni de la aplicación de los recursos que son arrancados del pueblo para extravagancias disfrazadas de necesarias, mientras la educación, la salud, el trabajo son escasos o colocados en el plano inferior”. (7)

¿Muchos se interrogan en lo intimo de la conciencia: Habrá futuro promisor para una sociedad estructurada así como la nuestra?¡Pensamos que si! Considerando por el lado, digamos más transcendentemente de la cuestión, para apurar la estructura social de este País, la tesis de Humberto de Campo, contenida en el libro “Brasil corazón del Mundo y Patria del Evangelio”, asegura un norte de esperanza para todos nosotros. Creo que en la “Patria del Evangelio “están siendo programadas reencarnaciones de almas nobles y sabias, y ese hecho nos apunta para un futuro menos conturbado para las futuras generaciones de brasileños.

La prudencia continua siendo nuestra mejor consejera. Por cuestión de conciencia ética, sabemos que un autentico espirita tiene que ser fiel a los principios que la Doctrina de los Espíritus impone y tener noción de que la honestidad es practica obligatoria para todo ser humano, sobre todo para un cristiano. ¿O será que debemos reivindicar pedestales en los panteones terrenos por ejecutar dignamente aquello que es nuestra obligación hacer? 

Referências bibliográficas:
(1) A Disney permite que visitantes em cadeira de rodas ou que se locomovam com veículos motorizados tenham acesso direto às atrações, junto com até seis membros de sua família. Mas o sistema, que foi implantado para benefício de pessoas com deficiência, está sendo comercializado de forma ilegal.
(3) FRANCO, Divaldo P. "Amor, imbatível amor". Pelo Espírito Joanna de Ângelis, 6ª ed. Salvador, BA: LEAL, 2000, p. 84
(5) Constituição da República Federativa do Brasil /1988, Preâmbulo
(6) Idem Art. 1º, Parágrafo único
(7) Franco Divaldo. Jornal A Tarde, de Salvador/Bahia, (http://atarde.uol.com.br/opiniao/materias/1512342-clamor-social-o-climax-e-a-indiferenca-dos-governantes). Acesso em 23/06/13

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