Traducido por Merchita
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com
Toda fuerza arrebatada de afecto que voluntariamente lanzamos a algún médium u orador, no evitamos emprender un amplio duelo de sentimentalismo. Más urge que “huyamos del condenable sistema de adoración reciproca, en donde la falsa ternura opera la ceguera del sentimiento”. (1) En el actual Movimiento espirita viene surgiendo, en varios lugares, confesiones de cariño exagerado, endiosamiento, adulación indigesta, confites interminables, solicitudes y vacantes, disputas por las fotografías al lado de médiums famosos etc.
Se adopta asustadoramente el hábito de los dirigentes incautos de elogiar y exaltar a médiums y oradores en público. Esas pompas y grandilocuencias observadas alrededor de algunos ilustres espiritas, es la repetición de los hechos del cristianismo sin Cristo. Infelizmente, sobresale la división emocional de descomponer, específicamente a oradores del campo espirita, en un personaje de semidios. Conozco compañeros que habitúan alardear de que son amigos “íntimos” de esos espiritas semidioses, como si ese hecho abonase credencial especial a ellos. ¿Será que ser “amigo” de un médium divinizado los tornan superiores? A rigor “crear ídolos humanos es peor que levantar estatuas destinadas a la adoración”. (2) Quien se encuentra en este círculo afectuoso pasa a olvidar las adecuadas obligaciones básicas de crecimiento para el Creador y para el Maestro Jesús.
Percibimos el fanatismo, la fascinación, irritabilidad, exaltación, arrebato maníaco exagerado sometimiento ideológico, especialmente en el área de la psicología.los deseos embarazosos suscitados en la fantasía delirante tonifican, fortalecen y levantan el culto crónico del “EGO”. Con sus mentes frenéticas, introducen tales médiums imprudentes, al endiosamiento de algunos oradores y forjan pedestales a los dirigentes personalistas.
Es imprescindible no elogiar (adular) a los dirigentes, médiums y oradores que estén actuando de conformidad con nuestras conveniencias, para no crearles obstáculos en el camino ennoblecedor, aunque constituya un deber prestarles asistencia y cariño para que se agigante más en las buenas obras. Hasta porque la adulación es toxico en formato verbal. Por esa razón, no olvidemos “aun cuando provenga de círculos bien intencionados, urge rechazar el toxico de la lisonja, pues en el rastro del orgullo, sigue la ruina.” (3)
Kardec advertía: “Las facultades de que gozan los médiums atraen los elogios de los hombres, las alabanzas y las adulaciones: Es su tropiezo” (4) Es inquietante la lisonja de médiums en las huestes espiritas. “Combatamos los ídolos falsos que amenazan el Espiritismo cristiano”. (5) La Biblia, el Torah y el Corán son particularmente taxativos en cuanto a la idolatría, comparándola con alguno de los peores crímenes e iniquidades concebibles. Por tanto “es imprescindible evitar la idolatría en todas las circunstancias. Sus manifestaciones siempre representaron serios peligros para la vida espiritual.”(6)
Desde que nos adentramos en los portales de las enseñanzas kardecianas aprendemos que el elogio (aunque sea bien intencionado) nos enternece e ilusiona. “las creencias antiguas permanecen repletas de cultos exteriores y de ídolos muertos. El Consolador enviado al mundo, en la venerable misión espiritista, vigiará contra ese venenoso proceso de parálisis del alma”. (7) Deslizarse para el despeñadero amenazador de la práctica del endiosamiento a los médiums y oradores espiritas es una práctica enteramente adversa a los principios libertadores del Espiritismo.
“Aquí y allá, surgen erupciones de adoración que es imprescindible combatir. No más imágenes en los círculos humanos, ni instrumentos físicos supuestamente santificados para ceremonias convencionales, más si entidades amigas y médiums terrenos que la inconsciencia ajena va entronizando, inadvertidamente, en el altar frágil de honras fantasiosas. Es necesario reconocer que ahí tenemos un peligro sutil, a través del cual, innumerables trabajadores han resbalado para el despeñadero de la inutilidad”. (8)
La conciencia cristiana susurra que nunca cederíamos campo a la vanidad si no viviésemos reclamando el deletéreo coctel de adulación a nuestro egocentrismo enfermizo. Invariablemente quedamos sumisos a las injunciones sociales cuando buscamos aprobación (adulaciones) de los otros, “cuando permanecemos en la posición de permanentes esclavos y pendientes del aplauso hipócrita y del barniz, de la lisonja condicionándonos a vivir sin usufruir la libertad de conciencia, sometiéndonos a ser manipulados por los juicios y opiniones ajenas.”(9)
El espirita que escuadrone probar la humildad es alguien transparente que modera ser continuamente autentico. No vive tras de los confetes, no perturba y ni es difícil en el relacionamiento con el prójimo. No cultiva en su corazón, cualquier empeño infeliz de superioridad y cobranza, embuste y concurrencia, prevención y arrogancia.
El espirita leal, a Cristo se percibe como una persona común como cualquier otra. Exhibe sus emociones y conceptos con sensatez y prudencia y su fidelidad de sentimientos es imagen fulgente de la buena fe, que produce su carácter incorruptible.
Jorge Hessen
http://jorgehessen.net
Referências bibliográficas:
(1) Xavier, Francisco Cândido. Missionário da Luz, ditado pelo Espírito André Luiz, capítulo 20 , “Adeus”, Rio de Janeiro: Editora FEB, 2000
(2) Xavier, Francisco Cândido. Pão Nosso, ditado pelo Espírito Emmanuel, capítulo 150 , “É o mesmo”, Rio de Janeiro: Editora FEB,
(3) Xavier, Francisco Cândido. Missionário da Luz, ditado pelo Espírito André Luiz, capítulo 20 , “Adeus”, Rio de Janeiro: Editora FEB, 2000
(4) Kardec, Allan. O Livro dos Médiuns, cap. XXXI, item XII, “Sobre os Médiuns” , pág. 410, São Paulo: Editora LAKE, 1997
(5) Xavier, Francisco Cândido. Pão Nosso, ditado pelo Espírito Emmanuel, capítulo 52 ,“Perigos sutis” , Rio de Janeiro: Editora FEB, 1997
(6) Idem
(7) idem
(8) idem
(9) Xavier, Francisco Cândido. Saudação do Natal – Mensagem “Trilogia da vida”, ditado pelo espírito Cornélio Pires , SP: Editora CEU, 1996
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