
Las relaciones familiares deberían ser, por encima de todo, de orden ético. Más se observa en ellas un deterioro profundo y una compleja faja de desestabilidades morales, que nos importa examinar bajo la lupa doctrinaria. Los nuevos modelos de relacionamientos dieron origen a familias diferentes del padrón tradicional. En los idos de los años 80, más del 70% de las familias eran nucleares. Hoy, menos de la mitad es así.
Hay una deterioración de la institución familiar. De esta manera, es casi imposible actualmente la formación de un árbol genealógico de la familia moderna, puesto que ella está bajo los guantes de los deterioros domésticos, reflejos de las separaciones, divorcios, nuevos casamientos, medio-hermanos, agregados, etc. está muy difícil la definición para el termino familia considerando las nuevas formas de relacionamientos afectivos. Eso porque entre el enamoro, el noviazgo y el casamiento hay innumerables posibilidades de relacionamiento que ni siquiera constan en el diccionario.
La estructura familiar tiene sus matrices en la esfera espiritual. En sus vínculos, se juntan todos aquellos que se comprometieron, en el Más Allá, para desenvolver en la Tierra una tarea constructiva de fraternidad real y definitiva. Precisamos “mejorar, sin desanimo, los contactos directos e indirectos con los padres, hermanos, tíos, primos y demás parientes en las lides del mundo para que la vida no venga a cobrarnos nuevas y más enérgicas experiencias en próximas encarnaciones. El cumplimiento del deber, creado por nosotros mismos, es ley del mundo interior al que no podremos huir.”(1)
La velocidad de esos cambios comporta mentales ha estremecido las estructuras fundamentales de la familia tradicional. Todavía, la familia nuclear aun es considerada por muchos como la ideal. Y no obstante sabemos que la familia clásica puede crear malhechores, y un casal en segundo casamiento puede resultar muy bueno en la educación de los hijos.
El casamiento (unión permanente de dos seres), no es contrario a la Ley de la Naturaleza, muy por el contrario. En la Codificación, los Benefactores espirituales fueron categóricos al afirmar que “es progreso en la marcha de la Humanidad.”(2) Ahora, el casamiento implica en un régimen de vivencia por el cual dos criaturas se confían una a la otra, en el campo de la asistencia mutua.
Por esa razón, el Espíritu Emmanuel explica: “esa unión refleja las Leyes Divinas que permiten sea dado un esposo para una esposa, un compañero para una compañera, un corazón para otro corazón y viceversa, en la creación y desenvolvimiento de valores para la vida”.(3) La familia es la célula-mater del organismo social. ¿Cual seria, para la sociedad, “el resultado del relajamiento de los lazos familiares, sino el agravamiento del egoísmo?”(4)
La familia, para determinadas religiones y sociedades, es algo indisoluble. Tiempo atrás, la manutención de esas familias era solamente para mantener apariencias de respeto y felicidad. Hoy, se observan familias deshaciéndose por trivialidades. ¿Qué es lo ideal? ¿La familia de “porta-retratos” o la familia que se disuelve en la primera “tempestad moral”?
Creemos que el Centro espirita puede dimensionar los servicios de soporte a la familia actual, más no de forma aislada. Debe integrar sus acciones con otras instituciones, tanto de carácter religioso como social, en la búsqueda de lo mejor calidad del atendimiento individual y colectivo, naturalmente, sin perder su identidad doctrinaria, más si, objetivando el rescate de orden moral, que debe alentar la familia como espacio de convivencia. En el clan familiar de tiempos más antiguos, sin duda, se encontraba un espacio de convivencia mayor entre sus miembros, sin embargo no se está discutiendo su “calidad”. En la actual agrupación familiar, por el contrario, y a pesar de las menores dificultades materiales, se encuentra un espacio menor de convivencia.
Reflexionemos con Emmanuel lo siguiente: “ante la lucha doméstica, debemos revestirnos de paciencia, amor, comprensión, devoción, buen ánimo y humildad, a fin de aprender a vencer, en la lucha doméstica.”(5)
Jorge Hessen
Bibliografia:
(1) Vieira, Waldo. Conduta Espírita. Ditado pelo Espírito André Luiz. 21a edição. Rio de Janeiro, RJ: FEB, 1998
(2) Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999, item n°. 695
(3) Xavier, Francisco Cândido. Vida e Sexo, ditado pelo espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1972
(4) Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999, item n°. 775
(5) Xavier, Francisco Cândido e Vieira , Waldo.Leis de Amor, São Paulo: FEESP, 1981
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