A LUZ NA MENTE

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terça-feira, 15 de dezembro de 2009

¿FANTOCHES DE LA ILUSIÓN, BUEN SENTIDO O SOMOS “DUEÑOS DE LA VERDAD”?



Traducido por: Merchita
E-mail:
merchita926@ya.com


Infelizmente, los Centros Espiritas están repletos de expresiones y practicas vacías de sentido, oriundas por la falta de conocimiento de las recomendaciones básicas del Espiritismo. Muchas Instituciones Espiritas mantienen practicas, y/u discusiones estériles en torno a temas como: niños índigo; Chico es o no es Kardec? Umbandismo, Ramatismo, apometria, cromoterapias, y tantos otros enfados "ismos" y "pías", empujados escalera abajo en el cuerpo doctrinario. Hay mediums que confían, ciegamente, en los efectos de las pomadas "cura todo", como si esa engañosa practica les fuese a traer algún beneficio. Por relevantes razones, debemos estar atentos a las impertinencias de esos visionarios, propagadores de placebos "bentos". Otros, por la apometria, creen revolucionar el universo de la "cura espiritual", más, bien es verdad, la cura de las obsesiones no se consigue por un simple toque de mágica apometria, como hacen los ilusionistas con una varita de privilegio. La Desobsesión no ocurre de un momento para otro, pues, casi siempre, es un tratamiento que depende de un largo plazo. Por tanto, no tan rápido como suele acreditar algunos incautos apometristas de servicio.
El legitimo Centro espirita no promete la cura a quien la procura. La Doctrina Espirita afirma que la "cura" de una influencia espiritual (obsesión) o dolencia física depende de una serie de factores, entre los cuales la modificación moral del enfermo, su necesidad de disciplina mental, sus problemas relacionados con encarnaciones anteriores y, sobretodo, si hay o no la concesión divina para la solución de la dificultad.
El sufrimiento es, siempre, la consecuencia de actos que contrarían las Leyes de Dios. Es el periodo necesario para que el Espíritu, encarnado o desencarnado, considere sobre su naturaleza intima y decida por donde y cuando reparar las faltas cometidas, pues Nuestro Eterno Padre respeta nuestra singularidad. Ya que el sufrimiento compulsorio es una imposición del Divino Creador, cuando el Espíritu, deliberadamente, persiste en el error o insiste en el mal, y Él es el Único que sabe cómo actuar, para el bien del hijo rebelde, y hasta cuando deba, el, sufrir.
El Centro Espírita es un pronto socorro para los necesitados de amparo y esclarecimiento, sea a través de la evangelización, de las oraciones, de los tratamientos espirituales, o sea, por las orientaciones morales y materiales. La Casa Espirita ofrece las bendiciones del pase, que es un método, tradicionalmente, eficaz para transmitir fluidos magnéticos y espirituales, por las manos de los mediums sobre la frente de aquellos que se encuentran moral y físicamente, descompensados, fortaleciéndoles el cuerpo físico y el tejido espiritual, ósea, el periespíritu. Es evidente que el pase no podrá, en tiempo alguno, ser aplicado con movimientos bruscos, utilizando objetos, bocanadas de humo del cigarro o de rajadura de dedos, canticos extraños, toque directo en el cuerpo del paciente, y, mucho menos, aun, estando incorporado y, psicofonicamente, verbalizando "aconsejando" para el receptor. Eso no es práctica recomendable por los Orientadores Espirituales.
Hay cofrades que insisten en usar trajes especiales en el Centro. Cabe alertarlos de que el Espiritismo no adopta paramentos especiales para ejercerlo y lo que dignifica al trabajador espirita es la pureza de intenciones. La Doctrina Espirita no adopta adornos, amuletos, collares, ropas blancas ""significando el bien") o ropas negras o rojas ("significando el mal"). Los trabajadores conscientes de la realidad Espirita visten ropas normales, de forma simple, hasta porque, la discreción debe hacer parte de los que trabajan para Cristo.
Hay mediums que se arrodillan ante imágenes sagradas y de determinadas personas; manteniéndose genuflexos y besan la mano de los responsables de la Casa Espirita, como forma de reverenciarlos; se bendicen; se sientan en el suelo; hacen señales cabalísticas; y otros, por increíble que parezca, profieren palabras esquisitas (mantras) para evocar a los Espíritus. La Casa Espirita seria no comparte imágenes de Santos o personalidades del movimiento espirita; amuletos de la suerte; figuras que apartan o atraen a malos Espíritus; inciensos, oraciones cantadas, velas y otros quejados alienantes. Como si no bastase, hay, aun, conferenciantes que promueven, desde las tribunas, verdaderos shows de la propia imagen, mise- en-escena, protagonizada, esa, por los ilustres oradores que no abren mano de la ridícula imposición del "Dr." antes del nombre. Hay instituciones Espíritas que cobran tasas para el ingreso en los congresos, simposio, seminarios, teniendo, como meta, el fomento de querellas doctrinarias.
La cuestión es: ¿Cómo evitar esos disparates? ¿Cómo actuar, con tolerancia cristiana, ante los Centros mal orientados, con dirigentes perturbados, con mediums obsesados, con oradores "Show-men"? ¿en fin, como actuar, ante los espiritas ciegos, que quieren guiar a otros ciegos?
Para los lideres "templados poco entusiasmados", es interesante la práctica del "lavado de manos" del "liberalismo" "laissez aller", "Laissez passer". Sin embargo, los Benefactores espirituales dicen lo contrario y nos advierten que cabe, a nosotros, la obligación intransferible de defender las enseñanzas de Allan Kardec, sea, OBVIAMENTE, por el ejemplo diario del amor fraterno, sea por el coraje del debate elevado.
La Casa Espirita que se orienta por las enseñanzas de los Espíritus superiores no realiza prácticas bizarras, pues ellas nada tienen que ver con la Doctrina codificada por Allan Kardec. El Espiritismo enseña, tan solamente, la moralización del individuo , y el Proyecto Espirita es desprovisto de aparatos exteriores. Sus propuestas terapéuticas, como las de Jesús, se fundamentan en la instrucción moral y en la reposición de energías y fluidos espirituales, sea por la fluidificación del agua, sea por la imposición de las manos a través del pase, más siempre es, fundamentalmente, por los pensamientos elevados.
Los Centros que practican las terapias o rituales aquí denunciados, tienen libertad para hacerlo, sin embargo, no deberían denominarse "Espiritas". El buen sentido susurra para que sus estatutos sean alterados, INMEDIATAMENTE. Hasta porque, es por causa de las Casas Espiritas mal dirigidas que existe una confusión muy grande respecto a lo que es en si la Doctrina espirita o Espiritismo. Los que están fuera del movimiento, y no conocen la Doctrina Espirita, creen que "el Espiritismo es cosa del diablo"; que "comunicación con los muertos es pecado"; que el "si el espirita no cree en Dios, mucho menos en Jesucristo"; que el "espirita no ora"; que " "el espirita hace macumba, sacrifica animales, tiene rituales"; que "los espiritas son lunáticos, locos y desequilibrados"; y, aun, afirman que "si alguien entra en esa "cosa" el Espiritismo, jamás podrán salir". Eso, porque, esas personas no saben que las palabras, "espirita y espiritismo", fueron creadas en 1857, en Francia, por el Codificador de la Doctrina Espirita, Allan Kardec.
Sabemos que, para algunos cofrades "bonzinhos poco entusiastas" (el!?),, el tema que abordamos, aquí, resuena como algo oscuro, subjetivo, más vale recordarles que cualquier escritor sensato no se coloca como imprescindible, y muchísimo menos, aun, intenta imponer su idea, y ni, tampoco, considera su punto de vista el más acertado, debiendo ser aceptado por todos, esperando adhesiones sin cuestionamientos. Lo principal y no está demás afirmar, aquí, para los lectores, que no somos dueños de la verdad. Que nuestra opinión es, apenas, un punto de vista personal, fruto de diuturno estudio de las obras brasileña y resultante de observación personal de los hechos, lo que, obviamente, difiere de la experiencia de los otros, que-sabemos-no puede ser desconsiderada en el contexto. Si alguien insiste en las practicas inocuas, aquí descritas, con certeza, no está bien informado sobre lo que es el Espiritismo.
Los Códigos Evangélicos nos imponen la obligatoria fraternidad para con los adeptos equivocados, lo que no equivale a decir que debamos omitirnos en cuanto a la oportuna amonestación, para que la Casa Espirita no se transforme en una academia de fantoches de los disturbios psíquicos.


 
Jorge Hessen
http://jorgehessen.net
jorgehessen@gmail.com

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