Traducido por: Merchita
E-mail: merchita926@ya.com
Es innegable la fuerza avasalladora del progreso, sea en el campo tecnológico, en el debate académico, en la filosofía, etc. las experiencias de la genética sobre los clonajes, células tronco, los avances en la cibernética, los viajes espaciales, el dominio de los rayos láser, de las fibras ópticas, de los superconductores, de los microchips, no nos conducirán a lugar alguno si no fueran determinados rumbos cristianos en las conquistas tecnológicas. En ese proscenio, amargamos los contrastes de la supremacía tecnológica, al mismo tiempo en que tenemos, aun, que convivir (¿o sobrevivir?) con la dengue hemorrágica, la fiebre amarilla, la gripe suina, la tuberculosis, el Sida, y con todos los tipos de estupefacientes (cocaína, heroína, skanc, ecstasy, el crack, etc.)
Según datos de la UNICEF, el 55% de las muertes de criaturas en el mundo está asociado a la desnutrición, el hambre que debilita lentamente. Hay escenas, en la prensa, que nos entristecen profundamente, cuando los buitres y las criaturas disputan las sobras que encuentran en los terraplenes sanitarios. Como si no bastase, la Organización Mundial de la Salud, OMS, estima que existen 100 millones de criaturas viviendo en las calles del mundo subdesarrollado o en desenvolvimiento, de las cuales 10 millones viven en Brasil.
“El Hambre ya castiga a más de un billón” (1) informa el Correo Basiliense de este mes. La ONU señaliza que la falta de alimentos atendió nivel inédito. En el tétrico escenario terrestre, hay una estúpida realidad de falta de comida, principalmente, en siete países, donde viven el 65 % de los hambrientos: India, China; República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Paquistán y Etiopia. Una tragedia que ya alcanza un billón doscientas millones de personas en todo el planeta, y gana contornos aun más nefastos cuando la ayuda alimentaria atiende su más bajo nivel, en dos décadas (muchos países ricos han cortado el financiamiento a la asistencia alimentaria). La alerta fue dada por la norteamericana Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentación de la Organización de las Naciones Unidas (PMA)
Informa el periódico que el hambre impone elecciones radicales en la República Democrática del Congo (ex - Zaire). En algunas familias, si el padres y dos hijos comen hoy, mañana quedan sin alimentarse para dar lugar a la mujer y a las otras criaturas. Cerca del 10% de la población de Quenia (3,8 millones de personas) precisan, con urgencia, asistencia alimentaria. Allí, para aliviar el hambre, muchos comen raíces, pequeños insectos y, algunas veces, la carne de animales encontrados muertos, y muchos comen carne de perros, vendidas por carniceros.
Investigadores proyectan un drástico cuadro de hambre generalizada, por la escasez de comida, para el año 2050, cuando seremos 9,2 billones de personas encarnadas. Actualmente, han ganado un nuevo respiro, en el ambiente intra-académico, el banco de los neomalthusianos. Había cerca de 1,5 billones de encarnados en la época de Kardec y se estima que llegaremos, por lo menos, a 11 billones, de aquí a cien años.
Muchos creen que la matriz de la cuestión es el exceso de habitantes, viviendo en un medio ambiente bastante degradado. Todos los absurdos de las teorías sociales provienen de la ignorancia de los hombres, relativamente a la necesidad de su cristianización. Nunca tuvimos tanta capacidad de proporcionar bienestar, casa, educación y alimentos a todos, sin embargo nunca tuvimos tantos desabrigados, hambrientos y, principalmente, carentes de educación. Vivimos en un momento de transición que, tal vez, no sean encontradas las soluciones ideales para el problema del hambre y, quizá, para otros, igualmente, cruciales, más, tenemos que luchar, estoicamente, para encontrar las mejores alternativas posibles.
Hasta porque, se constata, hoy, que, a cada cinco segundos, (eso mismo, cinco segundos) muere una criatura en la Tierra a causa de problemas provocados por la carencia de calorías y proteínas mínimas de sobrevivencia. Es dramático que la humanidad, en medio a estupendos progresos, como la capacidad de escavar el suelo de otro planeta en busca de vida, sea, aun, asombrada por el fantasma del hambre. En el 2015, la población mundial tendrá cerca de 600 millones de bocas, más, para alimentar. La pobreza, la miseria, la guerra, la ignorancia, como otras calamidades colectivas, son enfermedades del organismo social, debido a la situación de prueba de casi la generalidad de sus miembros.
Paradoxalmente, pregonamos la paz, fabricando los cañones homicidas; pretendemos solucionar los problemas sociales, intensificando la construcción de las cadenas y prostíbulos. “Ese progreso es el de la razón sin fe, donde los hombres se pierden en la lucha sin gloria y sin fin”. (2) Entre 55 a 90 millones de personas pasaron a la condición de extremada pobreza, aun en este año del 2009, debido a la recesión mundial resultante de la crisis financiera internacional. Como vimos por encima, más de un billón están sufriendo hambre crónica en todo el mundo. Según pesquisas, en Brasil, 53,9 millones de brasileños son pobres; eso significa que cuatro, de cada diez brasileños, viven en la miseria absoluta. Entre las 130 naciones que meden la distribución de la renta, Brasil es el penúltimo colocado; solo gana el de Sierra Leona. Equivale al 31,7% de la población. 21,9 millones de esa población son muy pobres, el 12,9% de los brasileños. Como si no bastase con tanta hambre mundial, cerca del 30% de los alimentos producidos en Brasil van a parar a la basura, sin cualquier forma de aprovechamiento. ¡Eso mismo! LIXO. Esa es la conclusión de un estudio realizado por la Asociación Plato Lleno que visa combatir, al mismo tiempo, el hambre y el desperdicio de los alimentos en los centros urbanos. El proceso de pérdida de productos tiene inicio luego después de la cosecha, en la zona rural. Muchos alimentos son encajetados sin cuidado y en recipientes no apropiados.
Tal vez estemos viviendo ahora, en la Tierra, según Emmanuel “un crepúsculo, en el cual sucederá profunda noche; y al siglo compete la misión final de esos acontecimientos espantosos. Revisando los cuadros de la Historia del mundo, sentimos un frio cortante en este crepúsculo doloroso de la civilización occidental. Recordemos la misericordia del Padre y hagamos nuestras oraciones. La noche no tarda y, en la importancia de sus sombras compactas, no nos olvidemos de Jesús, cuya misericordia infinita, como siempre, será la claridad inmortal de la alborada futura, hecha de paz, de fraternidad y de redención.” (3)
Para amenizar la “noche que no tarda” recordemos lo que el Maestro dijo: “Entonces preguntarle a los justos: ¿Señor, cuando fue que te vimos con hambre y te dimos de comer, o cuando sed y te dimos de beber? – ¿Cuando fue que te vimos sin techo y te hospedamos; o desnudo y te vestimos? – ¿y cuando fue que te supimos enfermo o preso y fuimos a visitarte? El Rey les respondió: En verdad os digo, todas las veces que hicisteis eso con uno de estos más pequeños de mis hermanos, fue a mi a quien lo hicisteis.”(4)
La felicidad no puede existir, mientras que, la faz del orbe, porque, en su generalidad, “las criaturas humanas se encuentran intoxicadas y no saben contemplar la grandeza de los paisajes exteriores que las rodean en el planeta.” (5) Sin embargo, recordemos, que el mensaje de Cristo es el único elixir poderoso, el más seguro para la redención social, que habrá de penetrar en todas las conciencias humanas, sobretodo, en la de los políticos y gobernantes, a fin de que puedan incluir “Compasión social” en sus pautas y agendas de trabajo, en nombre del amor preconizado por El.
Jorge Hessen
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