Traducido por: Merchita
E-mail: merchita926@ya.com
Una niña de seis años, que sufría de albanismo, fue encontrada muerta con sus miembros cortados en Burundi. (1) Es un caso más de asesinato, probablemente motivado por rituales de hechiceros. Según esa creencia, los órganos de las personas con ese desorden genético son usados para hacer pociones mágicas, a fin de garantizar la juventud, la riqueza y el poder en las personas que en ella creen. Estamos ante la condición, extremamente, primitivas del ser humano que cultiva tales creencias.
Históricamente, cuando el hombre era, físicamente, parecido con los primates, sus manifestaciones de religiosidad eran las más bizarras, hasta que, transcurridos los años, en el misterio de los siglos, surgen los primeros organizadores del pensamiento religioso que, de acuerdo con la mentalidad general, no conseguirán escapar de las concepciones de ferocidad, que caracterizaban aquellos seres EGRESOS del egoísmo animalesco de la irracionalidad. El hombre fue llevado a creer que los sacrificios humanos podrían agradar a Dios, primeramente, por no comprender a Dios como siendo fuente de bodad. Los pueblos primitivos y politeístas adoraban a los dioses a través de ofrendas, cultos, rituales que, generalmente, comportaban sacrificios de animales o de seres humanos. Como nos esclarece la cuestión 669, de El Libro de los Espíritus, "En los pueblos primitivos, la matria sobrepuja al espíritu; ellos se entregan a los instintos del animal salvaje. Por eso es que, en general, son crueles; es que en ellos el sentido moral aun no se haya desenvuelto. En segundo lugar, es natural que los hombres primitivos acreditasen tener una criatura animada mucho más valor, a los ojos de Dios, que un cuerpo material. Fue esto lo que los llevó a sacrificar, primero animales y, más tarde, hombres." (2) De conformidad con la falsa creencia que poseían, pensaban que el valor del sacrificio era proporcional a la importancia de la víctima.
Nos vino a la memoria triste recuerdo cuando, en el mes de Octubre de 1890, fue promulgado el Código Penal de la República, que, maliciosamente, asocia la práctica del Espiritismo a los rituales de magia y adivinaciones. El texto decía lo siguiente, en el Articulo 157: "Es un crimen practicar el Espiritismo, la magia y sus sortilegios, usar de talismanes y cartomancia (…), inculcar curas de molestias (…) y subyugar la credulidad pública. Pena: prisión celular de uno a seis meses y multa de 100 a 500 $. Los espiritas reclamaron con Campos Sales, Ministro de Justicia de la época, más no se adelanto nada. El relator del Código, Juan Bautista Pinheiro, se limito a decir que el texto se refería a la práctica del "bajo" Espiritismo, como si existiesen dos Espiritismos. En verdad, los republicanos utilizaron a los espiritas como bodes expiatorios para disminuir la oposición católica al nuevo régimen, causada por el arrastramiento entre la Iglesia y el Estado. Como consecuencia del Código, varios compañeros fueron fueron presos en 1891, en Rio de Janeiro. Preocupado con posibles focos de de resistencia al régimen, el Gobierno autorizó a la policía a invadir reuniones y residencias procurando opositores. Para evitar confusiones, muchos centros decidieron cerrar, temporalmente.
Algunos adeptos del cristianismo contemporáneo, por ignorancia, aun consideran el Espiritismo como doctrina de prácticas demoniacas. ¿Sera que el Espiritismo, que hoy se expande en Brasil y en el mundo, es la continuación de la necromancia y del ocultismo practicados por los pueblos antiguos? Lamentablemente, para tales cristianos, el Espiritismo es asociado a la brujería, a la magia, a la brujería, etc. Fenómenos mediúmnicos en sus múltiples variaciones, de la eficacia del pase y del agua fluidificada, etc., son explicados como obra de Satanás (para los protestantes) o del inconsciente (para "psicólogos" y/o católicos).
El intercambio con los espíritus, en el Espiritismo, es realizado por razones nobles que objetivan el consuelo de quien se depara con la desencarnación de un ente querido; el auxilio al espíritu en estado de sufrimiento, en el más allá; el estudio de la dinámica de la vida, en la dimensión espiritual, y no para satisfacción de los intereses personales como "adivinaciones" que pueden estar sujetas a los partidos de espíritus burlones.
El objetivo de estudio de la Doctrina Espirita es, justamente, tornar lo sobrenatural u oculto en natural y conocido, dando fin a las supersticiones y supersticiones. Por tanto, no se trata de una doctrina ocultista y, por consecuencia, primitiva. Aun así, muchos insisten en asociar el Espiritismo, a las supersticiones. En las prácticas del Espiritismo, conforme las enseñanzas de Kardec y sus seguidores, no se hacen sacrificios humanos, no se interrogan astros, adivinos y magos para informarse de cualquier "revelación"; no se usan objetos, medallas, talismanes, formulas sacramentales, y no se escogen lugares lúgubres y horarios específicos para atraer o apartar a los Espíritus.
¿A propósito, hay alguna cosa de verdadero en los pactos con los malos Espíritus? No hay pacto con los malos Espíritus. Hay, sin embargo, personas que simpatizan más con los malos Espíritus y piden a ellos que practiquen el mal, quedando, entonces, obligado a servir, después, a esos Espíritus, porque estos también precisan de su auxilio. En eso, apenas, es en lo que consiste el pacto. Es como explican los Benefactores: por ejemplo- "quieres atormentar a tu vecino y no sabes cómo hacerlo; llamas entonces a los Espíritus inferiores que, como tu, solo quieren el mal; y para ayudarte quieren ellos también que los sirvas en sus malos designios. Más de eso no se sigue que tu vecino no pueda libarse de ellos, por una conjuración contraria o por su propia voluntad". (3)
En el trecho encima citado, el Benefactor espiritual demuestra, de manera muy clara, que es posible que una criatura pueda evocar a los malos Espíritus para ayudarla a causar el mal a otra persona. No hay pactos, hay formación de vínculos de simpatía. Es la Ley de la Sintonía. La respuesta esclarece, aun, que este acto puede ser realizado por una secuencia de procedimientos conocidos como conjuración. Va más lejos, diciendo que la persona, atendida por el maleficio, se pueda librar de él, por una voluntad poderosa o por una conjuración contraria a aquella que fue usada para hacerlo. (4)
En cuanto a asociar el Espiritismo a la magia y a la brujería, es importante esclarezcamos que, en todas las épocas, ha habido personas médiums por naturaleza o inconscientes que, por producir fenómenos insólitos y no comprendidos, son cualificadas de brujos o hechiceros y acusadas de tener pacto con Satanás. Sin embargo, basta comparar el poder atribuido a los brujos con la facultad de los médiums propiamente dichos, para establecerse la diferencia. De este modo, lejos de resucitar la brujería, el Espiritismo la destruye definitivamente, despojándola de su pretendido poder sobrenatural, de sus formulas, despechos, amuletos y talismanes, reduciendo en sus debidas proporciones los fenómenos posibles y que, en verdad, no ultrapasan el ámbito de las leyes naturales. Eso, porque, "el Espiritismo es, al mismo tiempo, una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia practica, el consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros y los espíritus; como ciencia practica, el consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros los espíritus; como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que dimanan de esas mismas relaciones. (5)
Que todos sepan, de una vez por todas, que el Espiritismo es una doctrina, extremamente, serio y réprobo, a los falsos devotos y excesos de fanatismo. No es, pues, ni lógico, ni razonable, imputar al Espiritismo, en general, los abusos que hasta ella misma condena, o las faltas de aquellos que no comprenden. Antes de formular una acusación, es preciso ver si ella es justa. El Espiritismo solo hace el bien y es poderoso instrumento de moralización. Por tanto, diremos: "La censura de la Iglesia cae sobre los charlatanes, los exploradores, las practicas de magia y de brujería; en eso ella tiene razón. Cuando la critica religiosa y cética filtra los abusos y estigmatiza el charlatanismo, no hace mejor con eso que resaltar la pureza de su doctrina, que ayuda, así, a desembarazarse de las malas escorias; en eso, facilita nuestra tarea. Su error está en confundir el bien y el mal, por ignorancia en la mayoría, por la mala fe en algunos; más la distinción que ella no hace, otros la hacen. En todos los casos, su censura , a la cual todo espirita sincero se asocia en el limite de lo que se aplica al mal, no puede atender a la Doctrina", (6) hasta porque la Doctrina Espirita es, genuinamente, cristiana.
Jorge Hessen
E-Mail: jorgehessen@gmail.com
Site: http://jorgehessen.net
FONTES:
1)Burundi es un pequeño país interior de la región de los gran Lagos africanos.
(2)Kardec, Allan. El Libro de los Espíritus, RJ: Ed. FEB, 1999, cuestión 669
(3)ídem cuestión 549 -
(4)ídem cuestión 553-a (5)Kardec,
Allan. Lo que es el Espiritismo, RJ: Ed. FEB, 1992
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