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Kardec pregunta a los Espíritus si "Puede el hombre gozar de la completa felicidad en la Tierra." Los Benefactores responden: "No, por eso la vida le fue dada como prueba p expiación. De el, sin embargo, depende la suavización de sus males y el ser tan feliz como le sea posible en la Tierra." [1]
Experimentamos momentos decisivos a cada instante de la vida. No podemos esperar otro clima de lucha, ni otro lugar de batalla, sino aquel con el cual nos enfrentamos, resultado de nuestras realizaciones del presente y del pasado. "El problema de la felicidad personal nunca será resuelto por la fuga del proceso reparador". [2] Los dolores dejan marcas, sin embargo, recordemos que "¡el luchador que no trae cicatriz de la batalla, al recibir cualquier condecoración externa, no e victorioso!" [3] Por tanto, el sufrir también compone las líneas de la carrera humana, la felicidad es una resultante de la victoria en la refriega.
No podemos olvidar que la Tierra es un mundo de expiaciones y de pruebas. Por eso, la felicidad total no se encuentra aquí en el Planeta, más si en mundos más evolucionados. En nuestro orbe la felicidad es relativa, casualmente dice el ítem 20, capitulo V (Bienaventurados los afligidos), "El Evangelio según el Espiritismo". [4]
La felicidad reside en la paz de la conciencia tranquila del deber cumplido y, amando indistintamente al prójimo, sin cualquier expectativa de recompensa por el bien practicado, estaremos cumpliendo el importante e inolvidable mandamiento de Jesucristo: "Amaos los unos a los otros, como yo os ame". [5] Cuando esta máxima sea cumplida, ciertamente la Tierra estará transformada y, consecuentemente, usufructuaremos la felicidad de un mundo mejor.
La felicidad depende, exclusivamente, de cada criatura. Brota de su intimidad, depende de su interior, como enseño el Dulce Maestro galileo: "el reino de los cielos está dentro de vosotros." [6] Por tanto, la verdadera felicidad reside en la conquista de los tesoros imperecederos del alma.
Estableciendo, conforme Eclesiastés, que la verdadera "felicidad no es de este mundo" [7], Jesús preconizó que el hombre debe vivir en el mundo sin pertenecer a el, facultándole el auto descubrimiento para superar el instinto y sublimarlo con las conquistas de la razón, con el fin de planear con las alas de la ángelitud.
La felicidad se expresa en el bien que se hace al prójimo. Cuando el "yo" egoísta de cada ser aya cedido lugar al amor por su semejante, iremos a presenciar una comunidad equilibrada, armónica y feliz. "La alegría de hacer feliz es la felicidad en forma de alegría". [8]
En Grecia clásica, el filosofo Epicuro procuró demostrar que la sabiduría es verdaderamente, la llave de la felicidad. Antes de el, Diógenes, denominado "El Cínico", establecía que el hombre debe desdeñar todas las leyes, excepto las de la Naturaleza, viviendo de acuerdo con la propia conciencia y con el total desprecio por las convenciones humanas y sociales. Entre los pensadores griegos, Sócrates, considerado el padre de la ciencia moral, en su dialéctica expresión , no raro de forma irónica, combatía los males que los hombres fomentan para gozar de los beneficios inmediatos, objetivando, con esa actitud de recta conducta, el bien general, la felicidad comunitaria.
Para la filosofía el Dulce Critelli, "confundir la felicidad con el deseo es un error heredado del estoicismo y del epicureismo, las primeras escuelas filosóficas a pensar en la moral de forma individual. Desde entonces, muchas personas acreditan que la felicidad está en la satisfacción del placer. Por eso, la ropa de lujo, la cirugía plástica y el coche del año son tan valorizados. Antes, admirábamos a las personas honradas y generosas"[9] 2No es feliz el hombre con poseer o dejar de poseer, más si por la forma como posee o como encara la falta de posesión." [10]
Según Juana de Angelis, "después de la Segunda Guerra Mundial el existencialismo recondujo al hombre a la caverna, haciéndolo sumergirse en los subterráneos de las grandes metrópolis y allí entregándose a la fuga de la conciencia y de la razón por el placer, en una actitud de desconsideración por la vida, alucinado por el gozo inmediato". [11]
"El estado actual de evolución espiritual media del ser humano no le garantiza ausencia total de sentimientos de odio, envidia, rencor, egoísmo y con actitudes compatibles con esos sentimientos."[12]
En una sociedad donde el hombre fuese consciente de la voluntad de Dios, esto es, de la practica del bien, no habría violencia, drogas, secuestros, prostitución, poligamia, traición, envidia, racismo, enemistades, tristeza, hambre, ganancia y guerras; y más, no encontraremos personas deambulando por las calles, embriagadas, sucias, cabellos enredados, ropas sucias, contando cosas inmundas o mendigando, en razón de caídas morales.
Sabemos que los psiquiatras, psicoanalistas y psicólogos consiguen, por sus servicios, significativas remuneraciones, porque están con sus agendas llenas, atendiendo pacientes que, en su gran mayoría, sufren del "mal del siglo" : la depresión. Existe, la disposición de los profesionales autorizados, una infinidad de comprimidos como, por ejemplo: las pastillas para el adelgazamiento, las del sueño soníferos, calmantes, (ansiolíticos), excitantes, etc. Propagan esas drogas como si ellas fuesen la solución para todos los males. Para el psiquiatra Roberto Shinyashiki, lo importante es oír a la propia conciencia en vez de buscar los aplausos de los otros." [13]… Astrólogos, esotéricos y embusteros de toda suerte, también se enriquecen a costa de la ingenuidad ajena, fomentando la ilusión de una formula mágica para la felicidad. Se olvidan de que gran parte de las angustias humanas tiene, como causa, la falta de religiosidad.
"La depresión es algunas veces más frecuente, hoy, que en 1960. Ella también ataca cada vez más temprano. Asegura que lo que aconteció fue un exceso de confianza en los atajos que prometen la felicidad inmediata: drogas, consumismo y sexo casual, entre otros ejemplos. Todo eso es fruto del narcisismo. Y el narcisismo puede llevar a la depresión. Preocuparse demás consigo mismo solo nos hace intensificar las tendencias depresivas. Los profesionales de auto ayuda viven pregonando que todo el mundo debe entrar en contacto con sus sentimientos". Ahora, hay límite para eso. Tal vez fuésemos más felices si nos preocupásemos mas con el otro". [14]
Creemos que las teorías actuales sobre el bienestar en Psicología y Economía están, aun, por desear. Urge que nuevas propuestas teóricas interpreten la felicidad en términos de valores más duraderos. Tales datos comprobaran la asertiva de los Espíritus y del Evangelio de que los bienes materiales no traen la felicidad. La felicidad no e resultante de privilegios biogenéticas y de personalidad, ni aun mismo puede ser adquirida por la obtención de un bien de consumo.
Disfrutamos de una realidad tecnológica que, en un pasado reciente, era imposible imaginarnos, excepto en los filmes de ficción. Me acerado del inicio de la década de los 70, cuando no había como pensar en el horno microondas, aparatos de videocasete, teléfonos celulares, microcomputadoras, cartones magnéticos, y, principalmente, Internet. No en tanto, actualmente, son recursos comunes.
Los programas de televisión, de naturaleza dudosa, se tornaron los preceptores de nuestros hijos. Las novelas imponen la moda, invierten los valores éticos de la vida real, alteran las conciencias, transforman cabezas, y cambian culturas. Folhetins instiga mucha alegría ruidosa, incontables expresiones festivas, exhibición de gozos, más muy poca armonía en los telespectadores.
Creemos que los pequeños sacrificios en familia forman la base de la felicidad en el hogar. El profesor de la Universidad de Virginia (EUA), Jonathan Haid, en su libro "The Appiñes Hipótesis" escribió: "La familia y los amigos son más relevantes que el dinero y la belleza. Una condición que nos torna felices es la capacidad de relacionarnos y establecer lazos con los demás.
Tener un principio religioso propicia no apenas el vivir más tiempo, más si como sentirse más feliz que los obstinados agnósticos y ateos. "La religión da la esperanza de que todo va a mejorar, aun mismo que sea después de la muerte. Ella conforta" [16], explica el cuentista de la religión Frank Usarski, de la PUC de San Paulo autor del best-seller "El caso es ser feliz."
El Espiritismo nos da soporte moral y otras diversas motivaciones, revelándonos la inmortalidad, la reencarnación y la ley de causa y efecto. Nos explica que la felicidad es posible y que se encuentra en el día a día por el esfuerzo continuado, fortaleciéndonos para la lucha contra nuestras tendencias inferiores.
Desenvolvamos, pues, el habito de colocar la espiritualidad en nuestra vida. Aprendamos a observar el mundo por la óptica del espíritu y seamos felices, comprendiendo la vida como un don de Dios.
E-Mail: jorgehessen@gmail.com
Site: http://jorgehessen.net
FONTES:
[1] idem
[2] Xavier Francisco Cândido. Fonte Viva, Ditado pelo Espírito Emmanuel, RJ: Ed. FEB,
[3] Franco, Divaldo Pereira. Compromissos Iluminativos – Ditado pelo Espírito Bezerra de Menezes Ba: Ed Leal, 2004
[4] Kardec, Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, RJ: Ed FEB , 2003, item 20, Cap V
[5] (Jo 15, 12).
[6] (Lucas 17:20-21).
[7] (Ec 6:1-5)
[8] Franco, Divaldo Pereira. Estudos Espíritas – Ditado pelo Espírito Joanna de Ângelis , RJ: ED FEB, 1971
[9] Cf. Istoé on line (13/09/2006) in Segredos da Felicidade
[10] Franco, Divaldo Pereira. Estudos Espíritas – Ditado pelo Espírito Joanna de Ângelis, RJ: ED FEB, 1971
[11] idem
[12] Fonte: Jornal Mundo Espírita – Jan/1998/artigo de Nilson Ricetti Xavier Nazareno
[13] idem
[14] Martin Seligman, de 61 anos, professor da Universidade da Pensilvânia, nos Estados Unidos e também ex-presidente da Associação Americana de Psicologia
[15] idem
[16] idem
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