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sábado, 9 de abril de 2016

LOS DONES DE LA “BRUJERÍA” (¡MEDIUMNIDAD¡) Jorge Hessen


Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha

Una niña de seis años, que sufría de albinismo, fue encontrada muerta y con sus miembros cortados en Burundi, en África. He ahí un caso de asesinato, según la autoridad policial local, motivado por rituales de brujería. Se cree que los órganos de las personas con ese desorden genético son usados para hacer pociones mágicas, a fin de garantizar la juventud, la riqueza y el   poder a las personas que en ello creen. Estamos ante una condición extremamente, primitiva del ser humano que cultiva tales creencias.

Anja Ringgren Lovén, activista dinamarquesa, fue la responsable por salvar Hope, un chaval  africano de Nigeria de dos años que fue abandonado por la familia bajo el estigma de ser la encarnación de un “brujo” (médium!). Después de pasar ocho meses morando en la calle, Hope fue rescatado por Ringgren y, poco a poco, se recuperó de un avanzado estado de desnutrición. La  dinamarquesa hizo un magnífico servicio de socorro, sin duda, mas analicemos la cuestión por el  punto de vista del sortilegio tan  temido por diversas familias africanas.

En la Edad Medía, eran santos y santas, cuando se afinaban a la cartilla religiosa de la época, o entonces, brujos y brujas, eran enviados a la hoguera o a la orca, cuando no se ajustaban a los pre-conceptos del tiempo en que nacieron. El Papa Juan XXII, en 1326, autorizó la persecución a las brujas bajo el disfraz de herejía. El Concilio de Basilia (1431-1449) apelaba a la supresión de todos los males que parecían arruinar a la Iglesia. En 1484 el Papa Inocencio VIII promulgo la bula Summis anhelos de afecto, confirmando la existencia de la brujería. En el mismo año fue lanzado el libro Malleus Maleficarum, por los inquisidores Heinrich Kraemer y James Sprenger. Con 28 ediciones, ese balumoso manual se tornó una especie de biblia para la caza de las brujas. Con todo, Benedict Capzov, un fanático luterano, fue responsable por la muerte de aproximadamente 20.000 "brujas", apoyándose en la “ley” del Éxodo (22,18); “No dejarás vivir a la bruja”.

En Brasil, en el mes de octubre de 1890, fue promulgado el Código Penal de la República, que, maliciosamente, asocia a la práctica del Espiritismo a los rituales de magia y adivinaciones. El texto decía lo siguiente, en el Artículo 157: "Es un crimen practicar el Espiritismo, la magia y sus sortilegios, usar de talismanes y cartomancia (...), inculcar curas de molestias (...) y subyugar la credulidad pública. Pena: prisión celular de 1 a 6 meses y multa de 100 a 500 $". Los espíritas reclamaron con Campos Sales, Ministro de Justicia de la época, mas nada se consiguió. El relator del Código, Juan Batista Pinheiro, se limitó a decir que el texto se refería a la práctica del "bajo" Espiritismo, como si existiesen dos Espiritismos.

En verdad, los republicanos utilizaron a los espiritas como bodes expiatorios para disminuir a la oposición católica al nuevo régimen, causada por el poco entendimiento  entre la Iglesia y el Estado. Como consecuencia del Código, varios compañeros fueron presos en 1891, en Rio de Janeiro. Preocupado con posibles focos de resistencia al régimen, el Gobierno autorizó a la  policía a invadir reuniones y residencias  procurando   opositores. Para evitar confusiones, muchos centros decidieron cerrar, temporalmente. 

Pablo de Tarso escribió a los corintios, “Acerca de los dones espirituales, no quiero, hermanos, que seáis ignorantes. Vosotros bien sabéis que erais gentíos, llevados a los ídolos mudos, conforme erais guiados. Por tanto, os quiero hacer comprender que nadie que habla  por el Espíritu de Dios dice: Jesús es anatema, y nadie  puede decir  que Jesús es el Señor sino por el  Espíritu Santo.

Ahora, hay diversidad de dones, más el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, más el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, más es el    mismo Dios el que opera todo en todos. Mas la manifestación del Espíritu es dada a cada uno, para lo que sea útil. Porque a uno por el Espíritu es dada la palabra de la sabiduría; y  a otro, por el  mismo Espíritu, la palabra de la ciencia; y a otro, la fe; y a otro, los dones de curar; y a otro la operación de maravillas; y a otro la profecía; y a otro el don de discernir los Espíritus; y a otro la variedad de lenguas; y a otro, la interpretación de las lenguas.” [1]

Actualmente hay médiums tenidos como (¡“brujos”!) de todos los matices, en largas expresiones, a saber: psicógrafos, clarividentes, clariaudientes , curadores, poliglotas, psicofoníco, materializadores, intuitivos etc. Pablo de Tarso fue admirable médium de clarividencia y clariaudencia, pue a las puertas de Damasco, por el motivo de su encuentro personal con Jesús. Todavía, no podemos olvidar que los subyugados – los enfermos mentales y los obsesionados de todos los grados – que pululaban por los caminos de los tiempos apostólicos, eran también médiums (¡“brujos”!).

Referência:
[1]           I Cor., 12:1 a 11

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