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domingo, 19 de abril de 2015

AMAR ENSEGUIDA INSTRUIR SEGÚN PROCLAMA LA LEY (Jorge Hessen)

Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha

EL sentimiento y la sabiduría son las dos alas con las que el alma se elevará para la perfección infinita. El Espíritu de Verdad advierte: "Espíritas: amaos, es la primera enseñanza; instruíos, es la segunda".[1] Tal pensamiento ha sido ampliamente divulgado en las huestes espíritas. La primera enseñanza es clara, reforzando la base cristiana del Espiritismo. Es la reproducción de las palabras de Cristo, "Este es mi mandamiento: Amaos unos a los otros, como yo os amo". [2] EL segundo nos amplía la capacidad de raciocinio, por eso debemos estudiar incesantemente a fin de amarnos con grandeza y libertad.


Con el amor y la instrucción alcanzamos el avance moral e adelantamiento intelectual, ambos son imprescindibles para nuestro progreso, siendo importante, con todo, ponderar la superioridad del primero sobre el segundo, por cuanto el aspecto intelectual sin la moral puede ofrecer numerosa perspectivas de caídas, en la repetición de las experiencias, en cuanto que el avance moral jamás será excesivo, representando el núcleo más importante de las energías evolutivas.

El Espiritismo posee todas las verdades del Cristianismo, que en él se encierra. Los Benefactores reafirman la inmortalidad entronizando a Jesús como el vencedor del Mal ". [3] Obviamente, si el Espiritismo perdiera su sentido cristiano, el permanecerá una bella doctrina de confirmación científica, a semejanza de la metapsíquica y de la parapsicología, sin el amplio contenido moral que fue la base esencial de la propuesta del Codificador.

Sí, es importante amarnos para unirnos en el sentimiento que funde los corazones, y nos instruye para que conozcamos la verdad, y caneciendo la verdad nos unamos aún más en el amor que instrumentaliza el conocimiento, y aparta el orgullo y el egoísmo. La instrucción disipa el error y nos muestra el objetivo de la probación humana. El Espiritismo dispone de recursos para la edificación del templo de la educación, de modo para esclarecer recalques, neurosis, contratiempos que surgen desde los primeros instantes de la vida física por los procesos reencarnatórios. La instrucción moral por la educación encuentra en el Espiritismo ensañamientos preciosos.

Para instruirnos es necesario “consagrarnos diariamente algunos minutos a la lectura de obras edificantes, olvidando los libros de naturaleza inferior, y prefiriendo, por encima de todo, los que, por alimento de la propia alma, versan temas fundamentales de la Doctrina Espírita.” [4] Entretanto, precisamos estudiar inicialmente las obras básicas del Espiritismo. Si, estudiar para aprender. Aprender para trabajar. Trabajar para servir mejor.

La base del amor incondicional se encuentra en Jesucristo. El amor es un sentimiento de diversos significados. Entre ellos, encontramos la siguiente definición: es una fuerza tendente a aproximar y a unir, en una relación fraterna a todos los seres humanos. Kardec dice que Sócrates fue precursor del Evangelio y el primer hombre para darnos una imagen de ese tipo de amor. Por transgredir las ordenes de los dioses griegos e implorar abrir la mente de los jóvenes, fue compelido a beber el veneno letal. Aun así, no huyo de sus ideas en la búsqueda del bien común. Se valía del convencimiento y de la razón para alcanzar alguna cosa. Mahatma Gandhi, en esta misma dirección, confronto el poderío del talón británico sin emplear el discurso de la violencia y Martin Luther King, otro exponente del apelo a la no-violencia, siguió los dictámenes de la razón cristiana.

La instrucción, basada en la pedagogía de Jesús, prepondera la afinidad recíproca entre el educador y el principiante. El maestro no se coloca como el “sabe-todo”, por tener conciencia de que el Espíritu, criado simple e ignorante, no tiene edad. La faja etaria de la edad física es apenas un momento particular en su largo camino evolutivo. Tuve alumnos que eran para mi legítimos catedráticos. La finalidad de la instrucción es divulgarlos principios espíritas, para que más personas puedan entrar en contacto con los conceptos que libertan consciencias.

Para que podamos instruirnos con esmero necesitamos insistir sobre las Obras Fundamentales del Espiritismo, igualmente citadas como libros de la “Codificación” Espírita. Son los cinco libros publicados por Allan Kardec, entre 1857 e 1868, a saber: “El Libro de los Espíritus” [Carta Magna del Espiritismo]-1857 ; “El Libro de los Médiums” [examen experimental e investigativo, teórico-metodológica para comprensión de los fenómenos mediúmnicos]-1861; “El Evangelio Según el Espiritismo” [el más completo código de moral de la Humanidad]- 1864; “El Cielo y el Inferno” [estudia la transcendental Justicia Divina]- 1865 y “La Génesis” [examina formación de los mundos y de la creación de los seres animados e inanimados, los supuestos milagros y las profecías]- 1868.

Amando y estudiando conseguiremos auto evaluarnos , averiguando quien somos, de donde “venimos y para donde iremos tras la desencarnación, a fin de nos convencernos del valor de nuestra propia personalidad y nos dediquemos a nuestra propia elevación.”[5] Y el medio práctico más eficaz que tenemos de mejorarnos en esta vida y de resistir a la atracción del mal, hace 2500 años “un sabio de la antigüedad nos la enseño: :"Conócete a ti mismo". [6]

Si no realizamos un buceo en nuestro mundo íntimo, para superar las pasiones, armonizar con los adversarios, nos perderemos en el tumulto externo que nos cerca. El Evangelio nos habla del amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo. Este auto amor es esencial para comprender la família, para los términos paciencia. Para no imponer, tan solo exponer; instruir por el ejemplo y comprender que no pocas veces la família es un desafío en el mapa de la reencarnación. Estamos ante una propuesta que debemos dignificar por el ejemplo. La serenidad es solamente nos vendrá cuando consiguiéramos un auto encuentro para conseguir el ENCUENTRO con Jesús. Está en el Evangelio: ¿de que no adelanta saber mucho, conquistar todo el mundo y arruinar el alma? Nuestra inquietud de modificar a los otros, hacer a los otros “felices”, sin estar feliz, es una ficción, es inútil.
Es posible estar bien instruido doctrinariamente y totalmente obsesado, en recurrencia de un trastorno moral causado por la rigidez mental, dogmatismo, preconceptos, prepotencia, vanidad etc. Muchas veces “la saturación de conocimientos impide el uso libre de la razón: satisfechos con la abundancia de informaciones, descansamos tranquilos en la ignorancia de nosotros mismos". [7] No afirmamos, con eso, que la acumulación de conocimientos doctrinarios sea inútil. Es obvio que no! La instrucción es materia-prima para el raciocinio y soporte para el amor.

Amar, si, amar incondicionalmente; Instruir, si, y siempre, lo, fundamentalmente amar y enseguida instruir, aprender! Conforme proclama la Ley; Es un principio Divino; Es una regla universal! Lógicamente, si así aprendemos como teoría, así también deberá ser hecho en el ejercicio del bien mayor. Sino, estaremos propagando ilusiones y eso no es Cristianismo y mucho menos Espiritismo.


Referências bibliográficas:


[1] Kardec, Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, cap. VI, item 5, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999


[2] Jo 14:12


[3] Kardec, Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo, cap. VI, item 5, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999


[4] Xavier, Francisco, Cândido e Viera Waldo. Conduta Espírita, ditado pelo espirito André Luiz, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2000


[5] Pereira, Yvone A. Memorias de um suicida, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1977


[6] Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 1999 perg. 919.


[7] Xavier, Francisco, Cândido. Nos Domínios da Mediunidade , ditado pelo espirito André Luiz, Rio de Janeiro: Ed. FEB, 2001", cap.5

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