Madri/Espanha
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Investigadores sitúan al “Amor” como un subproducto oriundo de la reacción química regida por el cerebro. En el procesamiento biológico se refiere a la feniletilamina (1) producida por el organismo, en la medida en que surge una atracción sexual absorbente. Para Hellen Fischer, estudiosa del asunto, el romanticismo tiende a desaparecer en poco tiempo. Hellen cree que existe otra sustancia relacionada al “Amor”: la Oxitecina que “sensibiliza los nervios en las contriciones musculares, sin embargo el efecto de esas sustancias es poco duradero, resultando en el enfriamiento afectivo y en las separaciones entre los casados, razón de gran número de divorcios”. (2)
En esa dirección deambula Barbará Fredrickson, directora del Laboratorio de Emociones Positivas y Psicofisiológica de la Universidad de la Carolina del Norte, en Chapel Hill (EUA), que sugiere un nuevo concepto sobre el Amor, basado en la disposición biológica. Para ella la idea del amor eterno es un mito y una imposibilidad fisiológica, pues el “amor” es fugaz. Se trata tan solamente de “micro momentos de resonancia de positividad”. Barbará destaca tres protagonistas-llave en el micro escenario de amor. El primero es el cerebro, o, más precisamente, los neuronios-espejos. El segundo es la Oxitecina, producida en el hipotálamo, para ella harmonio vinculado al “amor” y al “afecto”. El tercero es el nervio vago, que liga al cerebro al resto del cuerpo, y en especial al corazón –eso torna a la persona más amorosa y aumenta sus conexiones positivas. (3)
El diccionarista Aurelio Buarque define el Amor como un sentimiento que predispone a alguien a desear el bien de otro, o de alguna cosa. Puede ser un sentimiento tierno o ardiente de una persona por otra, y que engloba tambien atracción física, o aun inclinación o apego profundo a algún valor o a alguna cosa que proporcione placer, entusiasmo, pasión”. (4) ¿Sobre qué tipo de “amor2 tales especialistas están haciendo lecciones?
¿Será posible comparar el Amor con el mosaico de las sensaciones fisiológicas del ser humano? Metafóricamente podemos hasta citar el amor conyugal, amor materno, amor filial o fraterno, amor a la patria, a la raza, a la humanidad, como refracciones, rayos refractados del amor divino, que abraza, que penetra a todos los seres, y se difunde en ellos, hace reventar y descubrir mil formas variadas, mil esplendidas florescencias de amor.
No se puede, sin embargo, definir Amor como si fuese la abrasadora pasión que provoca los deseos carnales. Esto no pasa de ser una imagen de un grosero simulacro del Amor. En los días de hoy, se habla se escribe mucho sobre sexo, sensualismo, erotismo, raramente sobre el (Amor) no se deja descifrar académicamente, repeliendo toda tentativa de definición científica.
El Amor verdadero va mucho más allá del cientifismo, del romanticismo y del erotismo. Aunque absorbidos por la condición animalizada, psicólogos y filósofos hasta hoy se interesan por estudiar, casi que exclusivamente, esa forma lirica y dramática de la pasión entre dos criaturas. El Psicoanálisis, a principios de la teoría freudiana, colocó el problema del “Amor” en la dimensión patológico. En verdad, Freud hubo de entrar en el estudio y en la investigación del “Amor” por los sótanos de la psicopatología. El aspecto patológico es el más drástico del “Amor” y lo que más toca al interés humano.
A lo opuesto del Amor, la pasión es exclusivista, egoísta, dominadora; es predominantemente deseo. Un sentimiento que impone el secuestro de la conciencia del otro, desenvolviendo una forma posesiva, en que brota el celo y la voluntad de dominio integral de la persona “amada”. El Amor es más fuerte que el deseo, más poderoso que el odio.
El vacio conceptual se debe a la dificultad de manifestación del Amor en la forma de solidaridad y fraternidad en el mundo contemporáneo. La ampliación de los centros urbanos cuño la “la era de la alineación”; el síndrome de la multitud solitaria, de las adhesiones afectivas frágiles. Las personas están lado a lado, más sus relaciones son de contigüidad y brutal desconfianza. La presente generación, amputada de mayores deseos espirituales, intrínsecamente hedonista, sensual y consumista, confiriendo a si misma las más elevadas adquisiciones de carácter práctico en la provincia de la razón produjo los más extensos desequilibrios en los cursos evolutivos del planeta, con su imperdonable almacenamiento del Amor.
Allan Kardec, comentando la cuestión 938 de El Libro de los Espíritus, certifica: “la naturaleza dio al hombre la necesidad de amar y de ser amado. Uno de los mayores gozos que le son concedidos en la Tierra es el de encontrar corazones que con el suyo simpaticen. Ella te da, también, los primeros frutos de la felicidad que le espera en el mundo perfecto de los espíritus, donde todo es amor y bondad. De ese gozo está excluido el egoísta.” (5) El apóstol de los gentíos, escribiendo a los filipenses, enseñó que “el Amor debe crecer, cada vez más, a fin de que el aprendiz pueda aprobar las cosas que son excelentes”. (6) Si atendiéramos el consejo apostólico creceremos en valores espirituales para la eternidad, más si rumbeamos por atajos escurridizos, “nuestro Amor será simplemente querer y tan solamente como el “querer” es posible desfigurar, impensadamente los más bellos cuadros de la vida”. (7)
León Denis descifro: “el Amor, profundo como el mar, infinito como el cielo, abraza a todas las criaturas. Dios es su foco. Así como el Sol se proyecta, sin exclusiones, sobre todas las cosas y enriquece a la naturaleza entera, así tambien el Amor divino vivifica a todas las almas; sus rayos penetran a través de las tinieblas de nuestro egoísmo, van a iluminar con trémulas claridades a los recónditos de cada corazón humano.” (8)
El Convertido de Damasco anotó junto a los corintios que “el Amor es paciente, el Amor es bondadoso. No envidia, no se vanagloria, no se enorgullece. No maltrata, no procura sus intereses, no se irá fácilmente, no guarda rencor. El Amor no se alegra con la injusticia, más si se alegra con la verdad. Todo sufre, todo cree, todo espera, todo soporta.” (9)
El Amor, en fin, resume la doctrina de Jesús toda entera, visto que ese es el amor por excelencia, y los sentimientos elevados a la altura del progreso hecho. El punto delicado del sentimiento es el Amor no el Amor en el sentido vulgar del término, más si ese sol interior que condensa y reúne en su ardiente foco todas las aspiraciones y todas las revelaciones sobrehumanas”. (10)
Jorge Hessen
Notas e referências bibliográficas:
(1) Líquido oleoso, incolor, redutor enérgico, uso como reagente
[fórm.: C6H8N2]
(2) Fischer , Helen.
The Anatomy of Love, New York: Norton,1992
(3) Disponível em
http://revistaplaneta.terra.com.br/secao/comportamento/o-amor-nao-e-eterno
acesso em 01/03/2014
(4) Ferreira Aurélio Buarque de Holanda. Dicionário Aurélio da
língua portuguesa, 5ª. Edição, Editora Positivo, 2010
(5) Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed. FEB
ed. 2002, questão 983-a
(6) Filipenses 1:9-11
(7) Xavier, Francisco Cândido. Fonte Viva, Cap 91, Problemas do
amor, RJ: Ed FEB, 1999
(8) Denis, Léon. O Problema do Ser do Destino e da Dor, RJ: Ed FEB,
2000
(9) 1 Coríntios 13:4-7
(10 ) Allan Kardec. Da obra: O Evangelho Segundo o Espiritismo.
Lázaro. (Paris, 1862.) 112a edição. Livro eletrônico gratuito em
http://www.febrasil.org. Federação Espírita Brasileira, 1996.
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