Traducido por Merchita
Madri/Espanha
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Merchita |
Anotamos también la influencia de otras fuerzas ocultas para explicar como el Führer, un individuo obsesado, excéntrico, desequilibrado mental en alto grado, llegó al comando de Alemania, en pleno corazón de Europa. ¿Cómo se explicaría, sin esa intervención masiva de obsesores [encarnados y desencarnados], que un joven fracasado, sin éxito, pobre, abandonado a su suerte, rechazado por la sociedad, hubiese conseguido montar el más tenebroso instrumento de opresión que el mundo haya conocido?
Sus altisonantes revelaciones (provenidas de las tinieblas) ayudaban a cimentar la dependencia carismática entre el y el pueblo obsesado. Hitler era un médium pervertido, totalmente subyugado por falanges encarnadas y de más allá de la tumba. Por más irracionales que fuesen sus ordenes, siempre hubo alguien dispuesto a cumplirlas. Emanaba un tipo de magnetismo tan extraño e hipnotizador que las personas acreditaban en cualquier cosa que pronunciase. Transmitía mensajes exóticos, prometía que el Tercer Reich sería un reinado de 1000 años de abundancia, poder y felicidad. Era una marioneta de los genios de las tinieblas que ofrecía no opciones de libre albedrio, más si una tentadora visión milenarista, ilusoria, vana, irracional y esclavizadora.
En el libro Mein Kampf, de su autoría (mancomunado con las sombras), Adolfo Hitler divide a los seres humanos en categorías con base en la apariencia física, estableciendo órdenes superiores e inferiores. En el topo de la cualificación está el hombre germánico con su piel clara, cabellos rubios y ojos azules (ariano). Afirmaba que el ariano es la forma suprema de la raza humana. su filosofía de ningún modo acreditaba en la igualdad de razas, por eso era obligado a promover la elevación del más fuerte y exigir la subordinación de los más débiles. Esa idea sería compartida en diferentes grados por millones de alemanes y habitantes de países ocupados, que permanecieron en silencio o participaron del sistema.
El poder carismático, conforme explica Marx Weber, dependiente de las cualidades inherentes a un individuo y reposa en una calidad excéntrica y arbitraria. Por eso el carácter duradero, excéntrico e individualista de poder carismático debe ser regulado si se desea establecer un sistema más estable dentro de una comunidad. La intransigencia obsesiva ostentada por reformadores sociales que se juzgan iluminados por la gracia divina, y que por eso piensan poseer un conjunto de cualidades en el liderazgo político, tenidas como excepcionales o sobrenaturales, llevan al fanatismo popular.
Aquellos que dicen tener el poder de carisma son a los que Jesús llamó falsos profetas (médiums de las sombras).la historia demuestra eso. La obsesión ha sido la enfermedad de todos los siglos. El inicio del aparecimiento de los fenómenos mediúmnicos despotricados es el efecto natural de la mayor incidencia de los Espíritus malignos sobre los hombres. Hitler construyo para sí la imagen de ser el elegido, en el sentido teológico de la palabra. La insistencia de él en poseer un poder y un misterio casi del otro mundo tenía un gran apelo, lo que le dio la sensación de ser de hecho el salvador.
La mediúmnidad luminosa fue un magnifico elemento en las vidas de Francisco de Asís, Mahatma Gandhi e Chico Xavier, más la mediúmnidad tenebrosa por otro lado surgió a las complejidades del psiquismo de Adolfo Hitler, un frecuentador del grupo mediúmnico de Tullis, en el inicio del siglo XX, en Berlín. El sabía muy bien de su condición de instrumento de los invisibles. “En una entrevista a la prensa, documentó claramente ese pensamiento al decir: “me muevo como un sonámbulo, tal como me ordena la Providencia”. Había en el súbitas y tempestuosas cambios de actitud. Desde una placidez fría y meditativa, explotaba, de repente, en cólera, pronunciando, alucinadamente, un torrente de palabras, con emoción e impacto, especialmente cuando la conversación se deslizaba por los temas políticos e raciales.” (1)
La sociedad precisa estar atenta a esas investidas, pues es muy precisa la técnica de la infiltración, de las tinieblas. El lobo adhiere al rebaño bajo la piel del manso cordero; el no puede decir que viene a destruir, ni puede presentarse como enemigo; ha de aparecer con un gesto seductor, actitud de salvador, héroe, con un deseo de servir hasta la muerte, sin restricciones.
La sugestión pos – hipnótica ha sido hasta hoy muy bien aplicada por obsesores altamente entrenados en la técnica de la manipulación de la mente humana individual y colectiva. Hitler entro para la Historia como la encarnación de la maldad, el inventor del holocausto, el marco de uno de los regímenes más aterrador ya experimentados por la humanidad. Su personalidad ha ofrecido inexorable fuente de implicaciones para los más variados abordajes temáticos.
Muchas veces, esos representantes de las tinieblas no tienen ciencia exacta de que estan sirviendo de utensilios a los entes siniestros de las sombras. Creemos que Adolfo Hitler y varios de sus secuaces desempeñaran terrible papel en la táctica general de fundación del reino de las tinieblas en la Tierra, en un trabajo colosal que, obviamente, tiene la marca pujante del Anticristo, conforme mencionó el apóstol Juan (2).
Jorge Hessen
http://aluznamente.com.br
Notas:
(1) Texto de Hermínio C. Miranda publicado no Reformador de Marzo de 1976.
(2) 1João2:18
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