Traducido por Merchita
Madri/Espanha
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Merchita |
EL Amor del Todopoderoso sustenta nuestras vidas y las estructuras del Universo. Acordémonos de lo que expone Emmanuel: “para que sepamos agradecer los talentos de la vida, abrazando el propio deber como siendo la expresión de Su Divina Voluntad y encontraremos verdadera fuerzas en nuestra fe, para erguirnos en la oscuridad y de los problemas de la Tierra para la ruta de la luz. “(1) ¡Sí! La Ruta de la luz porque el Altísimo es uno de los principios más ascentrales e inexorables del patrimonio cultural de la humanidad.
A lo largo de los milenios, Dios ha sido objeto sicosomático entre la fe y la razón, del miedo o del amor; todavía para el Creador se conducen atenciones humanas, no solo para afirmar Su existencia, como para denegar-Lo. Voltaire decía que “si Dios no existiese, entonces sería necesario inventarlo (…) hasta porque creo en el Dios que creo los hombres, y no en el Dios que los hombres crearon.”(2)
René Descartes, en esencia de su vigilia racionalista, expone a Dios a través de la razón. Blaise Pascal, por otro lado, nos habla que solo podemos reconocer a Dios a través de la Fe. la división entre fe y razón siempre existió a lo largo del proceso histórico. Comprender al Omnipotente por la razón es una actitud substancialmente filosófica, mientras que aceptar al Todopoderoso por la fe, es una actitud predominantemente religiosa.
Para nosotros, los espiritas, “Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas.” (3) Recusamos la fe ciega y defendemos, con contextos, la fe razonada, conduciendo a las personas a no creer, simplemente por tener una creencia cualquiera, más si, a saber, porque creen en algo. Una de las básicas cuestiones espiritas es demostrar científica y filosóficamente la existencia de Dios.
Por eso, encontramos a Dios en nuestros pensamientos más íntimos. Quiera seamos crédulos, quiera seamos agnósticos, estamos continuamente procurando transcender rumbo a metas cada vez más desafiadoras. En Dios no hay bifurcaciones. Dios es ABSOLUTO, es Infinito, es Omnipotente, es Omnisciente, es Único. El filosofo Baruch Spinoza pronunció cierta vez que no necesitamos orar en los santuarios pétreos, lúgubres y oscuros erigidos por las manos humanas que creemos ser Su Morada. Hasta porque la casa del Altisimo está en las montañas, en los bosques, en los ríos, en los lagos, en los mares. Ahí es donde El está y expresa su amor por la humanidad. Dios no está en los libros. Que adelanta leer supuestas escrituras sagradas si no sabemos leer Sus Leyes en un amanecer, en una puesta de Sol, en un paisaje, en la mirada de los amigos, en los ojos de los niños. ¡No encontraremos a Dios en ningún libro! Por esas y otras razones, Albert Einstein, cuando fue interrogado en si creía en Dios, respondió: “Creo en el Dios de Spinoza, que se revela por sí mismo en la harmonía de todo lo que existe, y no en el Dios teológico”. (4)
Amemos por el encanto de amar, aun mismo que nos dañemos, habrá valido la pena. Aprendamos a participar del amor. ,¿más como podemos descomponerlo? Comencemos mirando en el fondo de los ojos de nuestro hijo (independientemente de la edad) y digamos: ¡Yo lo amo! Hagamos lo mismo con nuestro compañero, con nuestros padres, abuelos, hermanos.
La Bondad de Dios es reflejada por la Ley de la exuberancia de la vida. ¿Más que es la vida? bien, la vida es un arquitecto admirable, que crece en profundos subacuáticas castillos hechos de algas y de coral. La vida es un formidable escultor, que construye cada hoja y talla ridículos contornos jamás repetidos en cualquier otra flor u hoja encontrada en la Tierra. La vida es un químico sublime, que confiere a cada fruta su sabor peculiar e inconfundible, y a través de las raíces incrustadas en los suelos consigue convertir agua en azúcar y madeira. La vida es un perfume primoroso que transforma el humo en fragancia.
Por eso hay los que agradecen al Creador convirtiendo la infecundidad de la tierra en sosegado, tranquilo y alegre jardín; plantan y recogen e idealizan millones de bosques de flores. Otros componen melodías, improvisan poemas, crean leyes barrer las calles, construir casas. Y siempre cuando trabajamos bajo la inspiración de Dios, el cielo, la tierra y el aire se enriquecen de sublimado éxtasis, todo se expande y se alegra el Universo. Océanos musicalizan sus aguas en el “flujo y reflujo” de las mareas, las cascadas surgen de las altitudes pulverizando montañas majestuosas en el silencio y noble gigantismo de las montañas; los soberbios arboles se curvan en suave reverencia a los pies de las plantas delicadas y a los casi imperceptibles arbustos tenues, abarcando el altar de la naturaleza, exaltando la Grandiosa Creación.
¡Por eso mismo! La vida está en el aire, en la tierra, en el mar, en las montañas, en las flores, en las estrellas.la vida está en el protoplasma, en una gota gelatinosa invisible a nuestros ojos, que en la cabeza de un alfiler comportaría un millón de gotitas. Si por acaso toda la vida – animal, vegetal, humana – desapareciese de la faz de la Tierra y quedase un solo protoplasma y un rayo de Sol, el heliotropismo restablecería la vida a través de la ley de la cissiparidade, y esa única gota se multiplicaría sucesivamente, y en breve estarían los campos reverdecidos, los mares y ríos poblados, la Tierra poblada, en la miseria de algunos millones de años penas.
Nuestra comprensión de Dios cambia en la misma proporción en que nuestra percepción sobre la vida se amplia. Es una tarea espinosa, cuando el limitado intenta alcanzar al ilimitado, o el finito entender al Infinito. De la mega estructura de los astros ala infra estructura subatómica, todo está sumergido en la sustancia viva de la mente del Creador de la vida. por tanto, guardémonos en Dios y exoremos al Maestro galileo, Su Venerado Emisario, para que nos acuda en la absorción de los efluvios del amor y de la bendición de la Paz. Arrodillémonos, en espíritu, para rogar a los Benefactores Espirituales nos permitan la desesperanza, en cara del des amor de algunos, a fin de que podamos, en el último instante del testimonio, ver, sentir, besar la cara Augusta del Señor, reflejada, en el curso de los milenios, en la Vida y en la Obra de Jesucristo.
Referências bibliográficas:
1 Xavier, Francisco Cândido e Vieira, Waldo. O espírito da verdade, ditado por Espíritos diversos, Cap. 19– Guarda-te em Deus (Emmanuel), Rio de Janeiro: Editora FEB, 1962
2 Disponível em http://pt.wikiquote.org/wiki/Voltaire, acessado em 24/02/2013
3 Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Editora FEB, 2001, perg 1
4 Citado em Golgher, I. O Universo Físico e humano e Albert Einstein, B.H: Oficina de Livros, 1991, p. 304
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