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sexta-feira, 16 de setembro de 2011

“ESPIRITISMO” SIN KARDEC ES ACADEMIA DE FANTOCHES DE LA ILUSIÓN


Traducido por Merchita

E-mail: merchitacruz@gmail.com


El crecimiento del movimiento espirita ha generado circunstancias deprimentes para la concepción espirita. Es una situación “comprensible” , considerando nuestros diferentes estados de entendimiento , más eso no significa que debemos contemporizar y dejar las redes sueltas para las fanfarronerías doctrinarias. Por lo menos, creemos ser bastante importante a los adictos del anti espiritismo, a través de la contestación corajosa, distante de la tediosa falsa humildad.

Cuando no identificamos en las prácticas espiritas la lucidez y la coherencia Kardeciana no podemos considerar que eso es positivo bajo la ilusión de que todos somos aprendices u que esa fase es necesaria para la madurez de todos. Para tales espiritas calientes el debate por un espiritismo más simple resuena de forma subjetiva. Tales lideres omisos (queda por encima del muro) se retraen basados en la contemporizadora actitud de que todo es natural porque los estados de entendimiento y madurez igualmente son desiguales y que todos los desvíos doctrinarios ofrecen oportunidades de aprendizaje y madurez. ¡Eso es risible!

El Espiritismo nos traza una nueva orden religiosa que precisa ser reservada. La Tercera Revelación es la respuesta de los Cielos a las interrogaciones de la criatura afligida en la Tierra, conduciéndola al encuentro de Dios. Creemos que preservarla de la presunción de los reformadores obsesados y de las propuestas ligeras de los que ignoran, y apenas forman parte de los grupos donde es presentada, constituye deber de todos lidimo estudiosos de Kardec.

Defender y proponer debate sobre la coherencia doctrinaria, evidentemente no puede ser la férrea defensa de los postulados espiritas, sin la mayor observancia de las normas evangélicas; ni exigir la rígida igualdad de comportamientos; sin la debida consideración a los niveles diferenciados de evolución en la que estemos. Todo exceso de rigor en la defensa doctrinaria puede llevar a serios errores, si nos enredáramos por las veredas de la intolerancia, pues redundaran en disensión inadmisible, cara a los dispositivos de la fraternidad. Todavía, el espolio de la tolerancia no es hacernos omisos ante los injertos conceptuales y practicas anómalas que intentan imponer en el seno del Movimiento Espirita.

En esa lucha no estaremos solos, aunque sepamos que “el discípulo de la verdad y del amor, en el mundo, es alguna cosa de Jesús y de Dios, y la masa vulgar no le perdona tal condición, sobre cargándolos de pesadas amarguras, porque sus sentimientos no son análogos a aquellos que la conducen a incoherencias y desatinos. (grife) Todos los que siguieron a Jesús fueron obligados a identificar el destino con la señal del martirio. Los que no se desprenden de la Tierra, crucificados por los dolores públicos, se retiran al desamparo, amargados por los oprobios humanos, calumniados, humillados, encarcelados, heridos. ¡Raros triunfaron conservando la serenidad y el amor inmaculado, hasta el fin!(1)…

Recordemos que si abrazamos la Doctrina de los Espíritus, por ideal, no podemos huir de rendirle fidelidad. No hesitemos, pues, cuando la situación se impone, y estemos alerta sobre la lealtad que debemos a Kardec y a Jesús. Es importante no olvidemos de que con imperceptibles consentimientos estaremos des caracterizando el proyecto de la Tercera Revelación. Es imperioso resguardar el Espiritismo conforme lo heredamos de Kardec, manteniéndole la luz de los postulados, la transparencia de sus contenidos, no admitiendo que se le aloje acres cismo nocivo, que apenas irá a confundir a los invigilantes y a los neófitos.

Existen innumerables practicas no ajustadas con el cerne doctrinario que es imperioso sean condenadas a la exhaustación, en las bases de la decencia cristiana, sin cualquier mancha por las intransigencias. La Casa Espirita equilibrada no comporta imágenes de Santos o personalidades del movimiento espirita; amuletos de la suerte; objetos que apartan o atraen malos Espíritus; inciensos; oraciones cantadas, velas y otros asemejados alienantes. Una cosa es cierta, los Centros Espiritas reflejan la índole y conciencia doctrinaria de sus dirigentes. Infelizmente, las Casas Espiritas están repletas de modismos y practicas vacías del buen sentido, oriundos de la falta de conocimiento de las recomendaciones básicas del Espiritismo.

Muchas Instituciones Espiritas mantienen practicas y discusiones estériles en torno de nauseantes temas tales como: “Niños índigo”, “Chico es la reencarnación de Kardec”, “ubaldismos”, “ramatismos”, “apometrias”, “cromoterapia”, “cristal terapia” y tantos otros indigestos “"ismos" y los "sumideros" infligidas en el cuerpo de doctrina. Cofrades que utilizan la tribuna para generar votos para cargos políticos, u para imitar a ilustres tribunos, o hacer shows de oratoria (muchas veces para vender sus CD´s, DVD´s, libros al final de la “Charla”). Como si no bastase, hay, aun conferenciantes que promueven, desde la tribuna, peculiares espectáculos de la propia imagen, puesta en escena, protagonizada por los briosos expositores, que no abren mano de la burlesca imposición del titulo “Dr.” Antes del nombre. Hay Instituciones Espiritas que cobran tasas para el ingreso en los congresos, simposio, seminarios teniendo como metas, el fomento de querellas doctrinarias o espectaculares palestras.

EL Centro Espirita tiene que funcionar como si fuese una escuela o fidedigno hospital espiritual, tal como un refrigerio a favor de las almas en desaliño, y jamás un reducto de competiciones, de terapias ilusorias, de pasarela de vanidades. Tiene que estar preparado para recibir un contingente cada vez mayor de personas perdidas en el atolladero de sus propias imperfecciones, y que están en los valles sombríos de la ignorancia. Debe ser una universidad del espíritu y pronto-socorro para los necesitados de amparo y esclarecimiento, sea a través de la evangelización, de las oraciones, de los tratamientos espirituales, o sea, por las orientaciones morales y materiales.

La cuestión es: ¿Cómo evitar esos disparates? ¿Cómo actuar, con tolerancia cristiana, como actuar, delante de los espiritas ciegos, que quieren guiar a otros ciegos?

Para los lideres “ardientes vecinos”, es interesante la práctica del “lavado de manos” para no incomodarse. Los Códigos Evangélicos nos imponen la obligatoria fraternidad para con los adeptos equivocados, lo que no equivale a decir que debemos omitirnos en cuanto a la oportuna amonestación, para que la Casa espirita no se transforme en academia de benefactores de los disturbios psíquicos.

En verdad, de la cobertura de los preceptos espiritas y del buen empleo de los principios doctrinarios en el ecuacionamiento de los enigmas existenciales del ser, del destino, del dolor y del sufrimiento, el espirita cristiano desenvuelva una fe equilibrada, apoyada en la razón clarificada por el conocimiento, modificando la índole humana de adoración, tornándose libre de cualquier acondicionamientos místicos, fetichistas, idólatras y supersticiosos, señalando para el auto conocimiento, la simplicidad, la sensatez y la plenitud del ser.


Jorge Hessen

http://jorgehessen.net


Referência bibliográfica:

(1) Xavier, Francisco Cândido. Renúncia, ditado pelo espírito Emmanuel, Rio de Janeiro: Ed. FEB 1997, Cap. 1

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