
Merchita
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¿Los hombres prehistóricos tenían una conciencia íntima?
“Pesquisidores de la Universidad de York descubrieron que el hombre Neanderthal
nutria un gran sentimiento de compasión. La conclusión advino a través de las
evidencias arqueológicas y de la observación sobre el modo como las emociones
emergieron en nuestros antepasados hace seis millones de años, cuando el
ascentral común de los hombres y de los chimpancés vivencia el despertar de los
primeros sentimientos. Para los arqueólogos, cerca de 1,8 millones de años
atrás, el Hombre erectus integró el sentimiento de compasión con el pensamiento
racional a través de acciones como cuidar de los enfermos y dedicar atención
especial a los muertos, demostrando luto y deseo de suavizar el sufrimiento
ajeno.”(1)
Creemos que las sepulturas datadas de la era paleolítica
comprueban ya haber en aquel periodo una creencia en la vida después de la
muerte y en el poder o influencia de los as centrales sobre la vida cotidiana
del clan familiar. Los integrantes del clan se obligaban a practicar ritos en
homenaje a sus muertos por el temor a la represalias o por el deseo de
obtener beneficios, o aun por considerarlos seres divinizados. Cuestión
instigante es como el primate se torno homínido. La respuesta es aun una
incógnita. Nunca fue encontrado el “hilo perdido”, la especie biológica que
represente esa transición. “Se puede decir que, bajo la influencia y por efecto
de la actividad intelectual de los espíritus más adelantados [que los
antropoides], el envoltorio se modifico, se embelleció en las particularidades,
conservando la forma general del conjunto. Mejorados los cuerpos, por la
procreación, se dio origen a una especie nueva, que poco a poco se aparto del
tipo primitivo, a la proporción que el Espíritu progreso.”(2)
Allan Kardec explica que “desconocemos el origen y el modo
de creación de los Espíritus; apenas sabemos que ellos son creados simples e
ignorantes, esto es, sin ciencia y sin conocimiento, sin embargo perfectibles y
con igual aptitud para todo adquirir y todo conocer.”(3) El Espíritu André Luiz
argumenta que, “para alcanzar la edad de la razón, con el titulo de hombre,
dotado de raciocinio y discernimiento, el ser automatizado en sus impulsos, en
el camino para el reino angélico, dependió nada menos que un billón y medio de
años.”(4) Muchas de las transformaciones que se verifican en el “homo”
fueron promovidas en sus estructuras periespirituales, entre una existencia y
otra (o sea, en el plano espiritual). Los Espíritus constructores bajo la
supervisión de Cristo, retocaban, en veces sucesivas, las formas
periespiritico, y estas alteraciones crearían el campo magnético para las
futuras mutaciones.
Experiencias múltiples, en el patrimonio genético para las
futuras mutaciones. Experiencias múltiples, en el patrimonio genético de
nuestros antepasados, coordenadas por genéticistas siderales, fueron modelando
aquellas formas que deberían persistir hasta los tiempos actuales. La selección
natural se incumbiría de hacer desaparecer las formas primitivas inaptas. Conforme
afirma Emmanuel, actualmente la ciencia procura legítimos antepasados de las
criaturas humanas en esa inmensa extensión de arena de la evolución anímica.
“En el periodo terciario (5), bajo la orientación de las esferas espirituales
se notaban algunas razas de antropoides, en el Plioceno inferior [de 5,3
millones a 1,6 millones de años]. Esos antropoides, antepasados del hombre
terrestre, y los ascendentes de los simios que aun existen en el mundo,
tuvieron su evolución en puntos convergentes, y de ahí los parentescos
serológicos, entre el organismo del hombre moderno y del chimpancé de la
actualidad.” (6)
Para el autor de “Renuncia”, no hubo propiamente una “caída
de árboles” en el inicio de la evolución humana. “Las fuerzas espirituales que
dirigen los fenómenos terrestres, bajo la orientación de Cristo, establecieron,
en la época de la gran maleabilidad de los elementos materiales, un lenguaje
definitivo para todas las especies, dentro de las cuales el principio
espiritual encontraría el proceso de su acrisolamiento, en marcha para la
racionalidad.”(7)
Los antropoides de las cavernas se esparcieron entonces a
los grupos por la superficie del globo, en curso vagaroso de los siglos,
sufriendo las influencias del medio y formando los pródromos de las razas
futuras en sus tipos diversificados; la realidad sin embargo, es que las
entidades espirituales auxiliarían al hombre de sílex, imprimiéndole nuevas
expresiones biológicas. Los milenios corrieron su toldo de experiencias
drásticas sobre la frente de esos seres de “brazos alongados y de pelos densos,
hasta que un día las huestes de lo invisible operaron una definitiva transición
en el cuerpo periespiritual preexistente de los hombres, surgen los primeros
salvajes de complicación mejorada, teniendo la elegancia de los tiempos por
venir.”(8) Elucida el Espíritu Emmanuel que “hace muchos milenios, uno de
los orbes de Capela (9), que guarda muchas afinidades con el globo terrestre,
atendiera la culminación de uno de sus extraordinarios ciclos evolutivos.
Algunos millones de
Espíritus rebeldes existieron allá, en el camino de la evolución general,
dificultando la consolidación de las penosas conquistas de aquellos pueblos
llenos de piedad y virtudes, más una acción de saneamiento general los alejaría
de aquella humanidad, que hiciera justicia a la concordia perpetua, para la
edificación de sus elevados trabajos.”(10) Las grandes comunidades
espirituales, directoras del Cosmos, “deliberan, entonces, localizar aquellas
entidades, que se tornan pertinaces en el crimen, aquí en la Tierra distantes,
las grandes conquistas del corazón, en el dolor y en el trabajo penosos de su
ambiente, las grandes conquistas del corazón e impulsando, simultáneamente, el
progreso de sus hermanos inferiores. Aquellos seres angustiados y afligidos
serian desterrados en al faz oscura del planeta terrestre; andarían
despreciados en la noche de los milenios de la nostalgia y de la amargura;
reencarnarían en el seno de las razas ignorantes y primitivas, para recordar el
paraíso perdido en el cielo lejano. "(11)
La Naturaleza aun era, para los trabajadores de la
espiritualidad, un campo vasto de experiencias infinitas; tanto así que, “si
las observaciones del modelismo fuesen transferidas a aquellos milenios
distantes, no se encontraría ninguna ecuación definitiva en sus estudios de
biología. La moderna genética no podría fijar, como hoy, las expresiones de los
“genes”, por cuanto, en el laboratorio de las fuerzas invisibles, las células
aun sufrían largos procesos de acrisolamiento, imprimiéndoseles elementos del
astral, consolidándoseles las expresiones definitivas, con vistas a las
organizaciones del porvenir.”(12) Apuestan los arqueólogos que la brecha
de 500 mil y 40 mil años, el sentimiento evolucionó y los primeros seres
humanos, como el Homo heidelbergensis y el Neandertal, ya demostraban
compromiso con el bienestar de los otros, lo que puede ser comprobado a través
de una adolescencia larga y la dependencia en cazar juntos. Creemos que “no
somos creaciones milagrosas, destinadas al adorno de un paraíso de cartón.
Somos hijos de Dios y herederos de los siglos, conquistando valores, de
experiencia, de milenio a milenio.”(13)
Con la conquista de la razón, aparece el raciocinio, la
lucidez, el libre albedrio, y el pensamiento continúo. “Hasta entonces, el
progreso tenía una orientación centrípeta [de fuera para dentro]; el ser crecía
por la fuerza de las cosas, ya que no tenía conciencia de su realidad, ni
tampoco libertad de elegir. Al entrar en el reino hominal, el principio
inteligente –ahora sin, Espíritu –está apto para dirigir su vida, para
conquistar sus valores por el esfuerzo propio, para iniciar una evolución de
orientación centrifuga [de dentro para fuera](14] Más la conquista de la
inteligencia es apenas el primer paso que el espíritu va a dar en su estado en
el reino hominal. “El inició en la valerosa lucha para conquistar los valores
superiores del alma: la responsabilidad, la sensibilidad, la sublimación de las
emociones, en fin, todos los acondicionamientos que permitieron al Espíritu
alzarse a la comunidad de los Seres Angélicos.” (15)
Los sueños premonitorios, las visiones de espíritus, la
audición de la voz de los muertos, inclusive en los fenómenos de la voz directa
– y la materialización de Espíritus, fueron hechos concretos, que llevaron al
hombre primitivo a la creencia en la continuación de la vida después de la
muerte. Directamente de los médiums neandertales surgieron los feiticeiros, as
centrales de los sacerdotes de todas las religiones.(16) Según un
principio sofista atribuido a Protagoras – “El hombre es la medida de todas las
cosas.” Más una medida por así decir afectiva, sin el control de la razón. Por
eso Herculano Pires afirma que “es por el sentimiento, y no por el raciocinio,
que el hombre primitivo humaniza el mundo.”(17)
Por lo tanto, quedan ratificadas las tesis científicas sobre
el hombre pre-historico que integro el sentimiento de compasión en la síntesis
del pensamiento racional a través de acciones efectivas para el otro semejante.
Jorge Hessen
http://jorgehessen.net
Jorge Hessen
http://jorgehessen.net
Referências bibliográficas:
(1) Publicado na Revista Galileu disponível no site
(2) Kardec, Allan. A Gênese", Rio de
Janeiro: Ed. FEB, 1997 cap.11, a "Hipótese sobre a origem do corpo
humano":
(3) Kardec, Allan. Obras Póstumas, Rio de Janeiro:
Ed. FEB, 1999, § 3.o, 1a. Parte
(4) Xavier, Francisco Cândido. Evolução em Dois Mundos,
ditado pelo Espírito André Luiz, Rio de Janeiro; Ed. FEB, 1994
(5) As designações terciário e quaternário são
resquícios de uma nomenclatura geológica anterior, quando eram usadas para
distinguir rochas mais recentes de outras, mais antigas, classificadas então
como primárias e secundárias. O terciário subdivide-se em cinco épocas:
paleoceno (de 66,4 a 57,8 milhões de anos), eoceno (de 57,8 a 36,6 milhões de
anos), oligoceno (de 36,6 a 23,7 milhões de anos), mioceno (de 23,7 a 5,3
milhões de anos) e plioceno (de 5,3 milhões a 1,6 milhão de anos). O período
quaternário subdivide-se, por sua vez, em pleistoceno (de 1,6 milhão a dez mil
anos) e holoceno ou atual (os últimos dez mil anos).
(6) Xavier, Francisco Cândido. A Caminho da luz, ditado
pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro; Ed. FEB, 1991
(7) Idem
(8) Idem
(9) Capela é magnífico Sol inúmeras vezes maior
que o nosso Sol. Dista da Terra cerca de 45 anos-luz. Conhecida desde a mais
remota antiguidade, Capela é uma estrela gasosa, segundo afirma o célebre
astrônomo e físico inglês Arthur Stanley Eddington , e de matéria tão fluídica
que sua densidade pode ser confundida com a do ar que respiramos.
(10) ______, Francisco Cândido. A Caminho da Luz,
ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro; Ed. FEB, 1991
(11) Idem
(12) Idem
(13) Idem
(14) Idem
(15) Xavier, Francisco Cândido e Vieira Waldo. Evolução
em Dois Mundos, ditado pelo Espírito Emmanuel, Rio de Janeiro; Ed.
FEB, 1994
(16) Djalma Argollo Estudos da Mediunidade antes da
Codificação Kardequiana <http://www.espirito.org.br/portal/artigos/diversos/mediunidade/mediunidade-antes-da-codificacao.html >
(17) PIRES J. HERCULANO. O ESPÍRITO E O TEMPO,
Introdução Antropológica ao Espiritismo, São Paulo: Edicel, 1979, 3 a edição
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