
Taducido por Merchita
merchitacruz@gmail.com
El Viejo Testamento narra que los hebreos pasaron por en medio del Mar Rojo con el suelo seco, con una pared de agua a cada lado, mientras un fuerte viento soplaba del este. La gran controversia que persiste hasta hoy sobre esa travesía es el escenario del acontecimiento, el cual no fue posible determinar con más claridad. Inclusive, se afirma que la fuga de Egipto por el Mar Rojo seria menos verosímil que por el Mar de los Juncos. ¿Por qué? Es muy sencillo: buscamos a la Biblia Jerusalém1, 21 (veintiuno) informar a los pasajes de cruce, y en 16 (dieciséis) veces dice que fue en el Mar de los Juncos y en 5 (cinco) veces que fue en el Mar Rojo. Hay algo en esos informes encontrados que está mal explicado.
Hay quien afirma que el lugar de la travesía fue el mismo Mar Rojo, exactamente en la extensión norte del Golfo de Suez, al sur del actual puerto. Tal vez en la región pantanosa y de lagunas, atravesada hoy por el canal de Suez. Más hay estudiosos alegando que la localización de esa tal porción del mar es bastante incierta. Actualmente es imposible determinar con exactitud el lugar y el modo de cómo ocurrió el insólito episodio bíblico. En ese caso, es muy problemático establecer una relación razonable entre lo que existe de posibilidad histórica y que sea fruto de reelaboraciones épica.
Carl Drews – do Centro Nacional de Pesquisas Atmosféricas, principal autor del estudio sobre la supuesta travesía, publicado en el site de la Public Library of Science – y el oceanógrafo Weiqing Han – de la Universidad del Colorado – acreditan haber descubierto el punto exacto donde Moisés habría “dividido” las aguas del Mar Rojo. Hace 3ooo años. Según los investigadores, cuando el viento sopla en la localidad considerada, un viento de 100 km/h, soplando durante 12 horas, habría sido capaz de empujar el agua en hasta dos metros de profundidad, por cerca de cuatro horas – tiempo suficiente para que Moisés y su pueblo atravesasen para la libertad. Con todo, Drews e Weiqing no consiguió explicar como todo aquel pueblo se desplazaría por el sitio bajo un viento de 100km/h.
Si la hipótesis posee base científica, no se puede inferir sea verdadera otra hipótesis que le es contraria. No hay argumento que se pueda sobreponer a la autoridad de los hechos. Con todo, en ese caso, a pesar del episodio impresionar, importa investigar si realmente aconteció, sea como relatado por los investigadores americanos, o por el Viejo Testamento, que consigna apenas una indicación difusa.
Hay contradicciones detalles históricos sobre el hecho. Observamos que el Viejo Texto afirma que Moisés extendió la mano sobre el mar, mientras el historiador Flavio Josefo afirma que “Moisés toco el mar con su vara maravillosa y en el mismo instante él se dividió, para dejar a los hebreos pasar libremente, atravesándolo a pie de tierra seca o bis, como si estuviera caminando sobre tierra firme. "2. Así que tenemos dos versiones del mismo hecho
Para el Espíritu Emmanuel, “en la trayectoria del pueblo israelita, se verifica que el Antiguo Testamento es un repositorio de conocimientos secretos, de los iniciados del pueblo judío, y que solamente los grandes maestros de este pueblo podrían interpretarlo fielmente, en las épocas más remotas.”3 Lo que nos falta, en verdad, es un conocimiento más primoreado de la Biblia, que nos posibilite descubrir lo que ella mantiene velado.
De cualquier modo, si hubo esa travesía, esa solo pudo haber ocurrido dentro de las leyes naturales. El espirita jamás endiosaría los argumentos que intentan entronizar la travesía bajo un fenómeno sobrenatural. (“milagrosamente”), contrariando la ciencia, el buen sentido y la fe racional. Sabemos también que en la Biblia “la alegría ocupa considerable espacio, ocultando bajo el velo sublimes verdades, que se patentan, ya que se ha reducido a la esencia del pensamiento, que pronto desaparece por lo absurdo. "4.
El Espiritismo resalta a cada paso la importancia de lor textos del Viejo Testamento. La Doctrina no viene, pues, a destruir la base de cualquier religión, como algunos lo suponen, más si, al contrario, viene a legitimarlas, sancionarlas por pruebas irrecusables. “Más como es llegado el tiempo de no emplear un lenguaje figurado, ellos (los espíritus) se expresan sin alegoría y dan a las cosas un sentido claro y preciso que no pueda estar sujeto a ninguna interpretación falsa. Esto es porque, dentro de algún tiempo, tendremos a más personas sinceramente religiosas y creyentes que las que no tenemos hoy.”5
Creemos ser importante un estudio serio que contribuya para un conocimiento nuevo cara a las verdades veladas inseridas en el Viejo Testamento. La Biblia está repleta de narrativas que trazan, a través de los símbolos, verdades y revelaciones sorprendentes, tanto como pasajes y hechos que endosan y comprueban los fenómenos mediúmnicos en sus variados aspectos, a través de los profetas, que era en verdad médiums.
Por las razones expuestas, y por prudencia es “en sentido relativo, que “[el espirita] debe interpretar así los textos sagrados. “6
Jorge Hessen
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