
Traducido por: Merchita
E-mail: merchitacruz@gmail.com
¿Qué es la solidaridad? Para los egoístas la palabra reverbera perturbadora. Incomoda porque su verdadero significado impone movilización de recursos a favor del prójimo. Se fundamenta en valores que no conseguimos cuantificar. ¿Más, que es ser solidario? Es sentir la necesidad intima de participar, es querer ir más allá, es percibir que la alegría de dar es indiscutiblemente superior a la de recibir; es extender la mano al prójimo sin mirar su raza, genero de condición, cuenta bancaria. La internalización del sentimiento solidario nos torna efectivamente mejores personas. La solidarización es el “sentimiento de identificación con los problemas de otro, lo que lleva a la persona a ayudarse mutuamente.” (1). Es una manera de asistencia moral y espiritual que se concede a alguien, sea por simpatía, piedad o sentido de justicia. En el sentido de lazo de unión fraternal que une a las personas, por el hecho de ser semejantes, llamamos de solidaridad humana. Es compromiso por el cual nos sentimos obligados unos en relación a los otros, o sea, es la interdependencia y la reciprocidad.
Infelizmente vivimos en un ambiente social de quimeras postergadas, de sueños frustrados, de mentes cansadas, en una sociedad de maculas morales, de “mentes vacías” y atascadas en las futilidades hodiernas, aisladas en el cipoal de “ego” congelado. Vivimos completamente sumergidos en la vida egocéntrica, que nos remete irreversiblemente a la soledad. El Espíritu Emmanuel resalta que “la técnica de la producción económica, avanzó en todos los sectores, seleccionando el algodón y el trigo para intensificar las cosechas, para los ojos que contemplan el paisaje mundial, jamás se verifico entre los encarnados tamaña escasez de pan y vestuario. Se mejoran las teorías sociales de solidaridad y nunca hubo tanta discordia”(2)
Los males que afligen a
La recomendación de Cristo “Que os améis unos a los otros como yo os ame”(6) nos asegura el régimen de la verdadera solidaridad y garantiza la confianza y el entendimiento reciproco entre los hombres. La solidaridad en la vida social es como el aire para el avión.
El avión a pesar de toda la tecnología, si no tuviera aire el no podría volar. La práctica de ese sentimiento vivifica y fecunda los gérmenes que en el existen, en estado latente, en los corazones humanos.
Es imprescindible que nos demos, a través del sudor de la colaboración y del esfuerzo espontaneo en la solidaridad, para entender, substancialmente, nuestras obligaciones primarias, frente a Cristo (7).
Ante las responsabilidades resultantes de la conciencia doctrinaria, que nos impone superar la temática de vulgaridad e inmediatismo ante el comportamiento humano, en larga mayoría, la máxima solidaridad se presenta como derrotero bendecido de una acción consciente, capaz de esclarecer y edificar los corazones, con la fuerza irresistible del ejemplo.
Jorge Hessen
FUENTES:
(1) Véase Caldas Diccionario Aulete
(2) Javier, Cándido Francisco. "Fuente viva", dictada por el Emmanuel Santo, Río de Janeiro: Ed. febrero, 1992
(3) Allan Kardec. El Evangelio según el Espiritismo, Río de Janeiro: Ed febrero de 2001, Capítulo XV
4) Kardec, Allan. El Libro de los Espíritus, Río de Janeiro: Ed. febrero de 2000, la pregunta 799
(5) gues idem.
(6) Juan 15:12
(7) Javier, Cándido Francisco. "Fuente viva", dictada por el Emmanuel Santo, Río de Janeiro: Ed. febrero, 1992
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