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segunda-feira, 28 de setembro de 2009

CATASTROFISMOS (10.08.06)


Traducido por: Merchita
E-mail: merchita926@telefonica.net


Según Emmanuel, "que algunos años antes de terminar el primer siglo, después del advenimiento del Evangelio, ya las fuerzas espirituales operaban un análisis de la situación amargada del mundo, cara a lo por venir. Jesús llama a los espacios a Espíritu Juan, que desde una caverna en la isla de Patmos, el apóstol atónito y afligido, comprende el lenguaje simbólico de lo invisible. Le recomienda Jesús entregue sus conocimientos al planeta como advertencia a todas las naciones y a todos los pueblos de l Tierra" (1) y el viejo evangelista narra sus visiones repletas de alegorías y misterios y transmite a sus discípulos las advertencias extraordinarias del Apocalipsis.

Todos los hechos posteriores a Juan están allí (libro Apocalipsis) previstos, para la historia de la humanidad. Las guerras, las naciones futuras, el mercantilismo y las luchas ideológicas de la civilización están allí, pormenorizadamente, previstos.

Muchos otros profetas, de relativa importancia, sucedieron a Juan, más ninguno fue, hasta nuestros días, más importante que el medico francés Michel de Notre Dame, internacionalmente, conocido, por Nostradamus. Este se impuso en el concepto del mundo occidental, por el elevado índice de aciertos de sus previsiones, 400 años antes de haber ocurrido.

Esclarece Kardec: "la forma empleada hasta ahora en las predicciones hace de ellas verdaderos enigmas, las más de las veces indescifrables. Hoy, las circunstancias son otras: las predicciones nada tienen de místicas. Son antes advertencias que predicciones propiamente dichas. La humanidad contemporánea también cuenta sus profetas. Más de un escritor, poeta, literario, historiador o filosofo ha trazado en sus escritos, la marcha futura de acontecimientos a cuya realización ahora asistimos."(2)

En ese contexto, debemos reconocer que es preocupante el surgimiento de sectas y cultos que prenuncian catástrofes, que se multiplican mundo fuera, neurotizados por esa expectativa frenética de una "nueva era". Más allá, el argumento del fin de los tiempos es una especialidad de algunos mediums desatentos, que propagan catástrofes naturales (terremotos, huracanes, epidemias, etc.), esos mediums que, inclusive, tienen sites en Internet y siguen alucinados a las señales de la "hora final".

No son raros, en varias partes del mundo, los grupos de personas fanáticas que abandonan empleo, familia, a la espera del "gran final" y crean sectas extrañísimas. Solo EN Francia, según la Revista Isto É: "hay cerca de 200 de ellas, con 300mil adeptos". El Japón, varios, "gurís" prevén el final del mundo (3) En los Estados Unidos, asómbrense, 55 millones de americanos creen que falta poco para "acabar el mundo". Para nuestros hermanos americanos, los huracanes, que han destruido la región central del país, son ángeles enviados para punir a los hombres, anunciando el Apocalipsis. Eso, porque son países industrializados, poderosos, lo que, teóricamente, nos remite a la suposición de ser pueblos más adelantados intelectualmente.

En los días actuales, ni precisamos tener el don de la premonición para anticiparnos a la visión del escenario terrestre para en breve. Basta analizar el destronamiento que el hombre moderno ha operado en la naturaleza, por la desenfrenada ambición. La exploración de la energía nuclear aun no es asunto total del control humano. El arrasamiento insano, la corrupción del hogar, el vigor de la expansión del consumo de drogas, la canalización del comportamiento sexual, sea a través de las revista, el periódico, televisión, cine, teatro, videocasete, TV, computador, etc., igualmente, escapan a la racionalidad del hombre. Hay también, en ese contexto, un preocupante vaticinio sobre la drástica reducción de la reserva del agua potable, para de aquí a cuatro décadas en la Tierra. Acerca de eso, sabemos que algunas potencias económicas quieren internacionalizar la Amazonia, por una simple razón: cerca de 35% de precipitación de la lluvia en el Planeta ocurre en aquella área, llevando a la región a poseer la mayor reserva hídrica terrestre. A propósito, sabemos que muchos especialistas prevén conflictos mundiales, teniendo como causa la ocurrida por la aptitud y control del líquido vital.

La práctica de los códigos evangélicos es la condición transferible que determinará la gran transformación social, política y económica del porvenir. En ese vestigio, habrá de ser el final del mundo viejo, de ese mundo regido por la desmesurada ambición, por la corrupción, por el aniquilamiento de los preceptos éticos, por el orgullo, por el egoísmo y por la incredulidad.

Creemos que la Tierra no habrá de transformarse por medio de un cataclismo que destruya de súbito una generación. La actual sociedad desaparecerá, gradualmente, y la nueva le sucederá sin derogación de las leyes naturales, conforme preceptúa el Espiritismo.

"Todo se procesará exteriormente, como acontece, con la única, más capital diferencia de que una parte de los Espíritus que encarnaban en la Tierra no volverán a encarnar más. En cada criatura que nazca, en vez de un espíritu atrasado e inclinado al mal, que antes encarnaba en ella, vendrá un Espíritu más adelantado y propenso al bien."(4) Por más difícil que sea el proceso de selección final de los valores morales de la sociedad, no podemos olvidar que Jesús es el Señor de la Vida. Sus enseñanzas no pasaron jamás ni pasaran. En esa perspectiva, sepamos que en Sus manos reposan los destinos de la Tierra.

Jorge Hessen
E-Mail: jorgehessen@gmail.com

Site: http://jorgehessen.net


FONTES:
(1) Emmanuel, "A Caminho da Luz", psicografia de Chico Xavier, Cap. 25, FEB/1981-RJ.
(2) Kardec, Allan "A Gênese", Cap. XVI, item 17, 16ª ed., FEB/a973-RJ.
(3) Revista, "Isto É", de 4 de agosto de 1999.
(4) Kardec, Allan, "A Gênese", Cap. XVIII, item 27, 16ª ed., FEB/1973-RJ

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