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terça-feira, 26 de abril de 2011

CASTRACIÓN QUÍMICA UN DEBATE ESPIRITA SOBRE EL CRIMEN SEXUAL








Traducido por Merchita
E-mail: merchitacruz@gmail.com

Violencia sexual, aunque sea un tema potencialmente complejo, polémico y nefasto, no hay como ignorarlo en el contexto de nuestra situación en la tierra. Desde 2007, transmitía en el Congreso Nacional un proyecto de ley para acrecentar el Código Penal Brasileño la pena de “castración química” a los reos condenados que cometieran crímenes de estupro c y corrupción de menores. Algunos especialistas del área de la psiquiatría esposan la tesis de que los impulsos sexuales anormales (estupro y pedofilia) son debidos a problemas en la formación de carácter del ofensor, traumas de la infancia, formas de educación. Otros defienden la tesis de ser la causa enfermedades mentales o psicopatías, llamadas de parafilias. Sea cual sea la causa, de tiempo en tiempo la prensa proporciona gran espacio a los defensores de la punición, sea a través de la extracción de los órganos sexuales del individuo, de la mutilación o la castración química.

Sediscute la búsqueda de una formula penal para aquellos que cometen crímenes contra la libertad sexual, especialmente los practicados contras niños y los que envuelven motivaciones de orden sexual contra ellos. En Brasil, el pilar del derecho penal tiene matrices en el derecho canónico, de esta manera el crimen se confunde con la noción de “pecado”.

Para algunos juristas, nuestro sistema represivo es inspirado en el modelo impuesto por la Santa Inquisición, en el cual los castigos corporales y la tortura eran utilizados diariamente. (1) Verdad o no, es lo que afirman esos juristas. ¿Considerando que violencia y abuso sexual, principalmente contra niños y adolescentes, atienden proporciones alarmantes en nuestro país, seria la castración química una posible solución para el problema?

La castración para los ex delincuentes (2), especialmente para los abusadores de niños, es tema controvertido que ha estado en boga en la prensa mundial con mucha frecuencia y larga repercusión. El debate existe a causa del estupro y, principalmente, de la pedofilia (que ha ganado proporciones gigantescas después del año 2000, con el escándalo causado por la noticia del envolvimiento de clérigos pertenecientes a la Iglesia de Roma y, más recientemente, diversos casos en Italia, también envolviendo a miembros de la Iglesia). Como si no bastase, se suma a eso el hecho de que Internet (3) se transformó en vehículo para la difusión de filmes y fotos conteniendo material que registra conductas que son tenidas como perjudiciales para los niños.

Más allá del discurso sobre tan propagada pérdida del control sobre la violencia urbana, observamos que está tomando cuerpo el grito de aquellos que defienden la represión de determinados crímenes de forma considerada brutal en el clamor de que “algo precisa ser hecho” y que “los fines justifican los medios”. (4)

Existen profesionales ligados al área de la neuroquímica que defienden la tesis de que el problema [crimen sexual] es químico debido a la cantidad de hormonas masculinas por encima de lo normal en el organismo de esos ofensores, en especial la testosterona. Hay juristas que pregonan el tratamiento con una alternativa voluntaria para el condenado. (5) La castración química es un tratamiento reversible y utilizado en los Estados Unidos (Texas, California; Montana), Italia, Portugal, Dinamarca, Suecia, Alemania, Gran Bretaña y Polonia. 

El Ambulatorio de Trastornos de Sexualidad de la Facultad de Medicina de ABC, en San André, aplica hace años la contestada inyección de hormonas femeninas que disminuye el deseo sexual de pedófilos y solo es usada cuando el paciente solicita y asigna un termino de consentimiento. (6) El servicio surgió en el 2003 y atiende pacientes con diagnostico de pedofilia – considerado un disturbio psiquiátrico. El procedimiento envuelve la administración de hormonas supresoras de la testosterona, cuyo objetivo es frenar el deseo sexual.

La primera propuesta de la castración química surgió en los EUA y seria realizada con la inyección de una sustancia que destruiría las válvulas que controlan la entrada y salida de la sangre en los cuerpos cavernosos del órgano sexual masculino, bloqueando su función eréctil. Actualmente, la castración química, “mejor aceptada” es la realizada con la aplicación del medicamento Depo-Provera (acetato de medroxyprogesterona) que inhibe la producción de testosterona.

Investigadores y otros defensores de la castración exhiben estadísticas que apuntan: reducción de la reincidencia del crimen del 75% para el 2% de entre aquellos que fueron sometidos al “tratamiento”. En Brasil solo es permitida la castración química, hecha por medio del medicamento acetato de ciproterona, también usado para el tratamiento del cáncer de próstata. La discusión gira en torno de definirse la castración química es una pena cruel o si es solamente un tratamiento médico, sin mayores gravedades físicas para los pedófilos, que con la medida perdieron apenas el libido, con gran posibilidad de no volver más a delinquir, pues sin el deseo sexual no hay porque la realización del repugnante acto.

Es evidente que la castración química no resuelve el problema del crimen ni del criminal, pues existen otros medios para el delincuente practicar el hecho, el usa de otras fuerzas porque el desequilibrio para el mal está en la mente y no en los órganos sexuales. La aplicación de la pena de [castración] pune al criminal, más no mejora al hombre espiritual y puede hasta conducirlo al estado de rebeldía y del deseo de la venganza. Abusadores de niños se han comprometido más allá de sus rasgos psicológicos de la perversidad; el deseo erótico sale de la fantasía y parte para la práctica violenta. El criminal sexual precisa de tratamiento para su mente atolondrada a través de una reeducación socio-educativa en el sistema de la prisión a fin de que pueda ser conducido de vuelta al equilibrio y a la normalidad con el pasar del tiempo, después del cumplimiento de la pena por el crimen cometido.

Siendo un alma descontrolada, y al mismo tiempo un criminal, no puede quedar impune. Con todo, precisa de tratamiento psíquico y espiritual. No defendemos la castración química, porque según creemos, no pasa de un paliativo, aunque sea para algunos peor que la pena de muerte. Por esas razones, somos favorables a un tratamiento psiquiátrico asociado a un tratamiento espiritual.

¡Si! Cabe reflexionar, a la luz de la Doctrina Espirita, sobre los crimines y sobre la ley. El mandamiento mayor de la ley divina incluye la caridad para con los criminales, por más difícil que pueda parecer tener este sentimiento ante la barbarie. Ante la Ley de Dios somos todos hermanos, por más que repugne a algunos la idea. El criminal es alguien que aun no se conciencio de esa Ley, que no reconoce la paternidad divina y por tanto no ve en el otro a un hermano. Nosotros, que ya tenemos esos valores, sabemos que el es, también, un hijo de Dios, aunque extraviado del bien, que precisa de nuestro apoyo, de nuestro amor.


¿Más como amar a un criminal, a un enemigo de la sociedad? Teniendo por él, el sentimiento descrito por Kardec cuando habla del amor a los enemigos: amar a los enemigos no es, por tanto, tenerles un afecto que no está en la naturaleza, visto que el contacto de un enemigo nos hace latir el corazón de modo muy diferente de su latir, al contactar con un amigo. Amar a los enemigos es no guardarles odio, ni rencor, ni deseos de venganza; es perdonarles, sin pensamiento oculto y sin condiciones, el mal que nos causen; es no oponer ningún obstáculo a la reconciliación con ellos; es desearles el bien y no el mal; es experimentar jubilo, en vez de pesar, con el bien que les advenga; es socorrerlos; si se presenta la ocasión; es abstenerse, quiera sea por palabras, quiera sea por actos de todo lo que pueda perjudicarlos; es finalmente, retribuirles siempre el mal con el bien, sin la intención de humillarlos. Quien así procede, se prende a las condiciones del mandamiento: Amad a vuestros enemigos. (7)

Jorge Hessen
http://jorgehessen.net


Referencias: 

(1) Heide, Márcio Pecego. La castración química 
para los delincuentes sexuales y el caso brasileño. Jus 
Navigandi, Teresina, 12 años n. 1400, 2 de mayo de 2007. 
Disponible en: 
Consultado: 21 
De abril 2011. 
(2) Agentes de hacer comentarios sobre los crímenes de lesa 
la libertad sexual, en los que los abusadores de menores o 
pedófilos es una especie. 
(3) Internet es responsable de la asignatura está en 
medios de comunicación, ha sido una plétora de 
acontecimientos relacionados con los pedófilos, es un simple intercambio 
imágenes, películas comerciales con actos sexuales 
participación de los niños, el contacto y preparación de los niños 
a través de las salas de chat, blogs, etc. aun 
secuestro y la esclavitud sexual engendrado con 
El empleo de este medio 
(4) ______ _______, Pecego. La castración química 
para los delincuentes sexuales y el caso brasileño. Jus 
Navigandi, Teresina, 12 años n. 1400, 2 de mayo de 2007. 
Disponible en: 
. Consultado: 21 
De abril 2011. 
(5) Según el fiscal Alexander 
Aguiar, profesor de Derecho Penal y Procesal Penal 
Universidade Paulista (UNIP) y autor de "El 
castración "Derecha" química del condenado " 
(6) Disponible en 
El 29 de junio de 2010. 
(7) Kardec, Allan. El Evangelio según el 
Espiritismo, Capítulo XII, del artículo 3, Río de Janeiro: Ed febrero 
2000


Um comentário:

  1. Discúlpame Jorge pero no puedo mas que ver tu artículo y tengo que decirte que la pedofilia y el estupro no son “impulsos sexuales anormales”. Mas bien son “poco comunes”, ya que la mayoría de la gente tiene un tipo de atracción adultófila. Sino empieza a visitar psicólogos o psiquiatras serios y ellos no podrán decirte que es una enfermedad. En todo caso escribe simplemente que no te agrada que existan este tipo de atracciones y entonces no estarás mintiendo.

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