
Traducido por: Merchita
merchitacruz@gmail.com
La vida y el universo son magníficos misterios. Dadiva de Dios, que no podemos, ni vamos, a comprender de manera tan simple. Hace dos mil años, Jesús proclamo que “hay muchas moradas en la Casa de mi Padre”. (1) Actualmente no es difícil que comprendamos que Dios creó Su Casa (el Universo), en cuya morada están los incontables planetas. La cuestión fundamental es: ¿Nosotros estamos solos en el Universo? Los astrónomos afirman que están próximos a responder esa cuestión que siempre persiguió la humanidad, desde el inicio de la civilización.
El director del observatorio astronómico del Vaticano (2), padre José Gabriel Funes, afirmó que Dios puede haber creado seres inteligentes en otros planetas, del mismo modo como creo el Universo y los hombres. “Eso no contradice nuestra fe, porque no podemos colocar limites a la libertad creadora de Dios”, acrecentó Funes, en la entrevista al periódico L´Osservatore Romano, órgano oficial de prensa de Santa Sé”. (3)
Una de las ramas científicas que más han crecido, desde los años 50, haciendo audaces pesquisas, ampliando mucho el acervo de sus conocimientos, es la Astronomía. De ella derivan, o con ella intervienen, la Astrofísica, la Astro química, la Exobiología (estudio de la posibilidad de vida fuera de la Tierra). Simón “Pete” Worden, astrónomo, que lidera el Centro de Pesquisas Ames de la NASA, afirma que nosotros [en la Tierra] no estamos solos, pues hay mucha vida [por el Universo]. Desde 1995, la Astronomía registró el descubrimiento de 400 nuevos planetas, pertenecientes a otros sistemas planetarios, mucho más allá de este del cual formamos parte. En la conferencia anual de la Sociedad Astronómica Norteamericana, en cada descubrimiento, envolviendo los planetas de fuera de nuestro Sistema Solar (ex planetas), apuntan para la misma conclusión: orbes, como la Tierra, son probablemente, abundantes, a pesar del violento Universo de estrellas explosivas, buracos negros abrumadores y galaxias en colisión.
El hecho es que estamos en la Tierra, en uno de los nueve planetas del Sistema Solar. Sin embargo pese a más de 6 sextilhões de toneladas y presente una superficie de 510 millones de quilómetros cuadrados, ni por eso es el mayor de estos planetas que giran alrededor del Sol. Júpiter, por ejemplo, es 1300 veces mayor. Sobre este planeta, Kardec escribió que “muchos espíritus, que animaron a personas conocidas en la Tierra, dijeron estar reencarnados en Júpiter” (4)
James Jeans, uno de los mayores astrónomos de nuestro siglo, afirma, en el libro The Universe Around Us (Universo alrededor de nosotros) que: el número de sistemas planetarios , en todo el Espacio, es inimaginablemente grande. Billones de ellos pueden constituir replicas, casi exactas, de nuestro sistema Solar, y millones de planetas pueden constituir otras replicas casi exactas a la Tierra. Ahora, porque solo existiera vida aquí en el orbe, un planeta que tiene un volumen 1.300.000 veces menor que Júpiter; que dista de la luna aproximadamente 380… Km. “Marte, está distante de nosotros (en la Tierra) cerca de 56.000.000 de km, en la época de su mayor aproximación; Capela es 5.800 veces mayor que nuestro [planetilla]; Canopus tiene un brillo ochenta veces superior al Sol”. (5) Hay estrellas tan brillantes, cuya luz tiene una intensidad 1 millón de veces mayor que la luminosidad solar.
El Sistema Solar posee 9 planetas con 57 satélites. En total, son 68 cuerpos celestes. Y, para que tengamos noción de su insignificancia, ante el restante Universo, “nuestro Sistema compone un minúsculo espacio de pequeña Vía Láctea” (6), o sea, un aglomerado de, aproximadamente, 100 billones de estrellas, con, por lo menos, cien millones de planetas, que, según Carl Seagan, en lo mínimo, 100 mil de ellos con vida inteligente y mil con civilizaciones más evolucionadas que la nuestra. (7)
Las últimas observaciones del telescopio Hubble (en órbita), elevaron el número de galaxias conocidas. Se sabe, hoy en día, existen, por el Universo observable, por lo menos, 10 billones de galaxias. En 1991, en Greenwich, en Inglaterra, el observatorio localizó un quásar (posible nido de galaxias) con la luminosidad correspondiente a 1 cuatrillón de soles [eso mismo, 1 cuatrillón]. Creer que solamente la Tierra tiene vida es suponer que todo ese inmensurable Universo haya sido creado sin utilidad alguna, y sería una imposibilidad matemática que, en un Universo tan inimaginable, no se hubiese desenvuelto vida inteligente, sino en este pequeño planeta. Más allá de eso, sería un incomprensible desperdicio de espacio.
Concretamente, la Tierra es, sin duda, el “único” local habitado que sabemos con certeza tener vida, pues, al final, estamos aquí. No en tanto, las pruebas materiales, da la posibilidad fuertísima de haber vida en muchos otros lugares, están en todo lugar: Astrónomos descubrieron señales de materia orgánica en otro planeta; meteoros caen, a los montes, con variados compuestos orgánicos esenciales para la vida, siendo, tal vez, el más famoso de ellos el meteorito de Murchison; y, ni precisando ir tan lejos, la Tierra, mismo, nos muestra que la vida existe, también, en los locales más inhóspitos y sorprendentes y bajo las condiciones más hostiles, como se ve en el caso de las formas de vida extremofilas, presentes en ambientes extremos, como geiseres, mares polares fríos y lagos altamente salinos.
Según Allan Kardec, “repugna la razón creer que esos innumerables globos que circulan en el espacio no son sino masas inertes e improductivas.” (8) La Ciencia viene descubriendo, incesantemente, planetas situados en otros sistemas solares. En el campo de investigaciones científicas “el Espiritismo jamás será ultrapasado, porque, si nuevos descubrimientos le demostraran que está en el error, acerca de un punto cualquiera, el se modificaría en ese punto. Si una nueva verdad se revelara, él la aceptaría.”(9)
La proposición de Kardec, de la pluralidad de los mundos habitados, continua tan actual como en la fecha de su publicación. Por tanto, el Espiritismo corrobora con la tesis de la existencia de vida fuera de la Tierra. Se destaca que, antes que la ciencia humana y las religiones tradicionales admitiesen esa posibilidad, los Espíritus revelaron, en la cuestión 55, de Él l Libro de los Espíritus, “que son habitados los mundos que giran en el espacio y que la Tierra está muy lejos de ser el único planeta que asila vida inteligente”. (10)
A propósito, el Espíritu Emmanuel confirma que, “en los mapas zodiacales, se observa, diseñada, una gran estrella en la Constelación de Cochero, que recibió, en la Tierra, el nombre de Cabra o Capela. Magnifico sol entre los astros que nos son más vecinos, ella, en su trayectoria por el infinito, se hace acompañar, igualmente, de su familia de mundos, cantando las glorias divinas de lo ilimitado. Su luz gasta cerca de 42 años para llegar a la faz de la Tierra, considerándose, de ese modo, la regular distancia existente entre Capela y nuestro planeta. Hace muchos milenios, uno de los orbes de Capela, que guarda muchas afinidades con el globo terrestre, habían llegado a la culminación de uno de sus extraordinarios ciclos evolutivos.” (11)
Reafirma, aun, Emmanuel que “algunos millones de Espíritus rebeldes existían allá, en el camino de la evolución general, dificultando la consolidación de las penosas conquistas de aquellos pueblos llenos de piedad y virtudes, más una acción de saneamiento general los alejaría de aquella humanidad, que hiciera justicia a la perpetua concordia, para edificaciones de sus elevados trabajos. Las grandes comunidades espirituales, directoras del Cosmos, deliberaron, entonces, localizar aquellas entidades, que se tornaron pertinaces en el crimen, aquí en la Tierra distante, donde aprenderían a realizar, con el dolor y con el trabajo penoso de su ambiente, las grandes conquistas del corazón e impulsando, simultáneamente, al progreso de sus hermanos inferiores.” (12)
Aquellos seres, explica el mentor de Chico Xavier: “angustiados y afligidos, porque dejaban tras de sí, todo un mundo de afectos, no obstante sus corazones empedernidos en la práctica del mal, serian exiliados de la faz oscura del planeta terrestre; andarían despreciados en la noche de los milenios del pesar y de la amargura; reencarnarían en el seno de las razas ignorantes y primitivas, recordando el paraíso perdido en los firmamentos distantes. Por muchos siglos, no verían la suave luz de Capela, más trabajarían en la Tierra acariciados por Jesús y confortados en su inmensa misericordia.” (13) Sobre eso Agustino afirmo en el siglo XIX que “no avanzar es retroceder, y, si el espíritu no se hubiera reafirmado bastante en la senda del bien, puede recaer en los mundos de expiación, donde, entonces, nuevas y más terribles pruebas lo aguardan”. (14)
Jorge Hessen
E-Mail: jorgehessen@gmail.com
Site: http://jorgehessen.net
Blog: http://jorgehessenestudandoespiritismo.blogspot.com
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FUENTES:
(1) Véase Juan 14:2
(2) La sede del Observatorio Vaticano se encuentra en Castel Gandolfo, una ciudad cerca de Roma, donde se encuentra el palacio de verano del Papa desde 1935. El interés de los papas en la astronomía comenzó con el Papa Gregorio el día 13, que promovió la reforma del calendario en 1582, dividiendo el año en 365 días y 12 meses y la introducción de los años bisiestos.
(3) Disponible en http://g1.globo.com/Noticias/Ciencia/0, MUL468362-5603 ,00-ACEPTA VATICANO + + + QUE PUEDE TENER LA VIDA + + + OUT + de + TERRA.html, visitado el 18-01-10
(4) Kardec, Allan. El Libro de los Espíritus, Río de Janeiro: Ed. FEB, 2001, Capítulo IV - La pluralidad de las poblaciones de Punto III - (Encarnación en diferentes mundos)
(5) XAVIER, Francisco Cândido. Guión, dictado por el Emmanuel Santo. Río de Janeiro: FEB, 1994, capítulo 1.
(6) Las últimas observaciones del telescopio Hubble (en órbita), muestra el número de galaxias conocidas a 50 millones de dólares.
(7) En 1991, en Greenwich, Inglaterra, el Centro ha encontrado un cuásar (nido posible de las galaxias), con la luminosidad que corresponde a un billones de soles.
(8) Allan Kardec, abrazó la misma idea. En 1858, escribió en La Revista Espírita
(9) Kardec, Allan. Génesis, de Río de Janeiro: Ed. FEB, 2001, cap. I
(10) Kardec, Allan. El Libro de los Espíritus, Río de Janeiro: Ed. FEB, 2001, perg. 55
(11) XAVIER, Francisco Cândido. El Camino de la Luz, dictada por el Emmanuel Santo. De Río de Janeiro: febrero de 1994
(12) Idem
(13) Idem
(14) Kardec, Allan. El Evangelio según el Espiritismo, Río de Janeiro: Ed. FEB, 2001, cap. III
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