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quarta-feira, 9 de junho de 2010

¿LA TRISTEZA NO ES ENFERMEDAD PSIQUIATRICA, TRANQUILIZANTES PARA QUÉ?


Traducido por: Merchita

La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que la depresión será la dolencia más común del mundo de aquí a 20 años. Actualmente 121 millón de personas sufren de esa enfermedad. Sin embargo, para el médico Miguel Chalub, hay una cierta exageración en esos números. El defiende que tanto los pacientes como los médicos están confundiendo tristeza con depresión.

Chalub, psiquiatra es una de las mayores autoridades brasileñas en depresión, afirma que, actualmente, que cualquier tristeza es tratada como enfermedad psiquiátrica. Los pacientes prefieren recurrir a los remedios a encarar el sufrimiento.” (1) Muchos médicos se rinden a los laboratorios farmacéuticos e indican antidepresivos sin necesidad, excepto en los psiquiatras que son los que menos recetan antidepresivos, porque están más preparados para reconocer las diferencias entre la “tristeza normal y la patología, según Chalub.

Muchos profesionales se dejan llevar por el lobby de la industria farmacéutica. No se puede quedar más angustiado, aborrecido, chateado, porque eso es inmediatamente transformado en depresión, afirma Chalub. Es la medicación de una condición humana, la tristeza. Es transformar un sentimiento normal, que todos nosotros debemos tener, dependiendo de las situaciones, en una entidad patológica. Hay situaciones en que, si no quedamos tristes, es un problema – como cuando se “pierde” a un ser querido. Más el hombre no necesita sentir cosas que son humanas, como la tristeza, explica Miguel,

Para Chalub lo que diferencia la tristeza normal de la patología es la intensidad. La tristeza patológica es mucho más intensa. La normal es un estado del espíritu. Más allá de eso, la patología es larga. Es la presión en el pecho, la dificultad de moverse, la persona solo quiere quedar dormida, puede acontecer por uno o dos días más, después, pasa. En patológica, se encuentra en las entrañas, informa Chalub.

Quien más receta antidepresivos no son los psiquiatras, son los demás médicos. Los psiquiatras tiene una formación para percibir que primero es preciso ayudar a la persona a entender lo que esta pasando con ella y después, si es una depresión, medicar. Ahora, los no psiquiatras, no quieren oír. El paciente dice: “Estoy triste.” El médico responde: “Pues no”, y receta el ansiolítico. ¡Es el problema!

Muchos afligidos acostumbran a recurrir a los tranquilizantes y se debaten aflictivamente para que la aflicción no los alcance en la vida cotidiana. ¿Es común extasiarnos ante la belleza de las estrellas del firmamento, en pedidos al Creador, a fin de que la angustia no nos abata y ni nos alcance en el camino, o, aun para que los sufrimientos se desvíen por otros rumbos? Con todo, la realidad de las pruebas y expiaciones ante los estatutos de Dios llega inexorable.

Ante los eventos impetuosos de los azotes emocionales, nos sentimos vencidos y solitarios. Más , en realidad, lo que parece infelicidad o derrota puede significar intercesión providencial de Dios, sin necesidad, por tanto, del uso de tranquilizantes para aliviar el dolor. En muchos momentos de la existencia, cuando lloramos lagrimas de angustia, los Benefactores se animan “allá”, de la misma forma en que los horticultores “acá” descansan, serenos, después de la labor del campo bien podado. ¡La vida es así!

Esas lágrimas asfixiantes, muchas veces representan para nosotros alegrías en las dimensiones superiores de la vida espiritual. Evidentemente nuestros protectores del más allá no gozan porque estemos con padecimientos atroces, más ellos saben exactamente qué tal situación señaliza posibilidades renovadoras en el buril de nuestro crecimiento espiritual.

Considerando la imagen figurada del campo, recordemos que para toda area de cultivo debe haber tiempo de remoción de la tierra, limpieza y de la poda necesarios. Cuando nos encontramos en estado de profunda tristeza, resultante de los deslices que cometemos impensadamente, ante la Ley de Acción y Reacción, es natural que suframos los resabios amargos de la angustia que amontonamos sobre el corazón y el cerebro; todavía cuando los grandes obstáculos y dolores en la lucha diaria nos sorprenden el espíritu, en situaciones que impiden de nuestra responsabilidad directa, en esta hora de angustia intima que nos llega nos proyecta para escalas superiores de evolución, si es soportada con coraje y determinación, alegrando a nuestros amigos espirituales que se esmeran en ampararnos las 24 horas del día, pues ellos ven nuestro esfuerzo en superar con buen ánimo a estos momentos angustiantes.

Jorge Hessen

Um comentário:

  1. "Considerando la imagen figurada del campo, recordemos que para toda area de cultivo debe haber tiempo de remoción de la tierra, limpieza y de la poda necesarios..."

    MIL GRACIAS :)

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