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quinta-feira, 1 de outubro de 2009

ESPIRITUALIDAD, FE Y ORACIÓN COMO RECURSOS TERAPEUTICOS DE LOS HOSPITALES MODERNOS (28.09.08)



Traducido por: Merchita

Las implicaciones de la espiritualidad en la salud vienen siendo, científicamente, avaladas y documentadas en centenares de artículos académicos, demostrando su relación con varios aspectos de la salud física y mental, probablemente positivos y posiblemente casuales. A rigor, asociaciones entre espirituales (religiosidad) y actividades inmunológicas, salud mental, neoplasias, dolencias cardiovasculares y mortalidad, más allá de aspectos de intervención con el uso de oración intercesora, han sido consubstanciadas en los ambientes de los hospitales.

Hay creciente acumulación de evidencias sobre la relación entre la espiritualidad (religiosidad) y la salud física. Con todo, por esas evidencias aun no ser adecuadamente robustas, esto apenas se constituye en provisor campo de investigación. Y, sin duda, un campo de pesquisa con enorme potencial. Hasta porque, investigaciones sistemáticas demuestran que enfermos espiritualizados lindan mejor con los estrés de la vida, se recuperan más rápidamente de la depresión, y presentan menos ansiedad de aquellos que lindan con emociones negativas, des creyentes y materialistas.

Se identifica, en esta modalidad de asistencia, que hay un concepto de la salud como algo, fruto del equilibrio entre el hombre y el mundo, entre lo inmanente y lo trascendente, que se aproxima a lo que se denomina holismo y visión sistémica de la vida. La prensa a noticiado que médicos e instituciones hospitalarias del mundo contemporáneo ya incluyen en sus rutinas, de manera sistemática y definitiva, la practica de estimular a los pacientes a como fortalecer la esperanza , el optimismo, el buen humor y la espiritualidad (religiosidad), como recursos imprescindibles en el combate de las dolencias. Esos procedimientos funcionan como remedios para el alma, obviamente, con repercusiones benéficas para el cuerpo físico. Eso ha sido observado, sobretodo, en centros de tratamiento de dolencias graves, como cáncer y patologías que exigen del enfermo una fuerza sobrehumana.

Actualmente, muchos médicos perciben que los enfermos, apoyados en algún tipo de fe mantienen la esperanza en la recuperación de hecho, presentan mejores pronósticos. Esa práctica aparece asociada a la reducción de la ansiedad, de la depresión y a la disminución del dolor, entre otras repercusiones. Esté probado que la manutención de un estado de espíritu más seguro y esperanzado desencadena, en el organismo, una capilaridad de reacciones que solo trazan el bien.

Investigadores de la Universidad de Alabama, en los Estados Unidos, han aplicado un tratamiento nominado de "terapia de la esperanza". El proceso consiste en ayudar a los pacientes a construir y a mantener la esperanza ante la dolencia, causando la máxima de fuerza que se precisa para dar fuerza al espíritu para que el cuerpo se recupere. El Instituto del Cáncer, americano, creó una especie de guía para orientar a los médicos, enfermeros y psicólogos sobre como usar la espiritualidad (religiosidad) del paciente en beneficio propio. Su aplicabilidad se extiende, también a pacientes sicóticos, adultos y niños; portadores de otras deficiencias, así como a suicidas y drogadictos (persona viciada en drogas).

A la medida en que el paciente hace una introspección para potenciar la fe, se posibilita el reconocimiento de su identidad y la reconstrucción de su auto estima, que lo lleva a recuperar la esperanza y la confianza en sus propios recursos adaptativos. Se construye, así, una intervención que enfatiza la importancia de la elaboración de un nuevo proyecto de vida para si mismo. Los estímulos de la espiritualidad (religiosidad) curan al paciente al imponer orden sobre la experiencia que en el se desenvolvió.

El Espiritismo explica que es a través de un proceso de desenvolvimiento personal que el enfermo gana fuerzas para neutralizar la dolencia. El Espiritismo busca persuadir al enfermo a reorientar su comportamiento mental por la fe inteligente, raciocinada, sugiriendo una ética de caridad, de la cual debe resultar un modo particular de sobreponerse a los apelos del mundo físico. La espiritualidad (religiosidad) en consonancia con la salud son metas a ser conquistadas por aquellos que desean, realmente, auto vencerse.

La dolencia permanece como entidad de amplio impacto sobre aspecto de abordaje, psíquico y económico. Es fundamental reconocer que esos diversos aspectos están correlacionados en múltiple interacción. En la medida en que los estudios, en el área de la espiritualidad y de la salud, se intensifican, una vez observados los beneficiosos resultados en la restauración de la energía de los pacientes debilitados, comenzaron a surgir las primeras tesis (aunque heterodoxas), para perfeccionar conclusiones y obtener resultados más sólidos sobre el tema.

Independientemente de los agentes causadores de la dolencia, la estimulación de los valores espirituales se coloca en una posición bastante conveniente: no apenas demuestra dividir responsabilidades con la medicina moderna, además señaliza intervenir donde esta se revela impotente. En ese sentido, reflexionemos sobre la importancia del estimulo de la oración en los hospitales.

La oración es una práctica milenaria de diversas y distintas religiones, tradicionalmente asociada al bienestar, promoción de la salud, introspección y espiritualidad. A propósito, por la religiosidad, se practica mejor el ejercicio de la oración. Es obvio que "la espiritualidad no viene a suplantar la medicina y los médicos, viene simplemente a probar que hay cosas que ellos no saben y a invitarlos para estudiarlas; que la naturaleza tiene recursos que ellos ignoran; que el elemento espiritual que ellos desconocen, no es una quimera, y que, cuando lo tomen en cuenta, abrirán nuevos horizontes a la ciencia y tendrán más éxito que ahora". (1)

La oración actúa sobre los individuos, influenciando el sistema inmunológico, según un estudio pionero realizado en el año 1988, en el Hospital General de San Francisco, en California. En ese hospital "fue posible comprobar que los pacientes que recibieron oraciones presentaron significativa mejoras, necesitando inclusive de menos cantidad de medicamentos". (2) Para nosotros, espiritas, ella se reviste de características especiales, pues "a la par que la medicación ordinaria, elaborada por la Ciencia, el magnetismo nos da a conocer el poder de la acción fluidita y el Espiritismo nos revela otra fuerza poderosa en la mediúmnidad curadora y la influencia de la oración". (3) Allan Kardec, al emitir sus cometarios en la Cuestión 662, en El Libro de los Espíritus, afirma que "el Pensamiento y la voluntad representan en nosotros un poder de acción que alcanza mucho más allá de los limites de nuestra esfera corporal". (4) A titulo de rigor "la electricidad es energía dinámica; el magnetismo es energía estática; el pensamiento es fuerza electromagnética". (5)

Más, una cosa es bien clara, la oración puede cambiar la naturaleza de las pruebas por las cuales el hombre tiene que pasar, o, hasta aun mismo, desviar su curso, y esto, porque ellas están en las manos de Dios. Hay pruebas que el Hombre debe soportar hasta el fin de sus días, más Dios lleva siempre en cuenta la resignación. Sin embargo las oraciones que hacemos no nos desviaran de nuestros problemas y desilusiones, ellas son un bálsamo reconfortante para nuestra alma enfermiza, pues nos hace penetrar en estados de suave sosiego y gozos que solamente aquel que ora es capaz de descifrar.

Así, tiene la oración, el inefable don de darnos fuerzas para soportar las luchas y problemas, internos y externos, la de colocarnos en posición de vencer obstáculos que, antes, parecían in transponibles.

El pensamiento es la dinamo conductor de la vida física para la vida espiritual, que nos permite establecer unas relaciones positivas con los espíritus que participan de actividades curadoras. Al mismo tiempo que nos permite todo eso, el también podrá ligarnos a espíritus cuya presencia será perjudicial al acto de curar. Toda moneda tiene dos lados y las leyes de la naturaleza son caminos de doble mano. La mente es fuente de energía curativa o de energía destructora.


FONTES:
1- Kardec, Allan. Revista Espírita, novembro de 1866 2- Fonte disponível no site<>acesso em 18/09/08
3- Kardec, Allan. Evangelho Segundo o Espiritismo, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2004, Cap28, item77
4- Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, Rio de Janeiro: Ed FEB, 2000, questão 662
5- Xavier, Francisco Cândido. Pensamento e Vida, 9ª ed. Rio de Janeiro: FEB, 1991. P.16

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