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Traducido por: Mercedes Cruz Reyes
Madri/Espanha
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Pablo escribió a los Gálatas: "No os engañéis; Dios no se burla; por lo que el hombre siembre, eso también segará”. [1 ] Algunos humoristas impiedosos, armados de repertorios controvertidos, acostumbran a burlarse de las desgracias de otras personas (borrachos, homosexuales, gamberros analfabetos, personas mayores, etc.) cojos con el fin de reírse de sus espectáculos estúpidos. Hace dos mil años Jesús fue ridiculizado. Notemos: en aquellos tiempos los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron en torno a Él toda la corte. Y, desvistiéndolo, le colocaron un manto escarlata; y tejiendo una corona de espinos, se la pusieron en la cabeza, y en la mano derecha una vara, y arrodillándose delante de él, lo escarnecían, diciendo: ¡Salve, rey de los judíos! Y, escupiendo en él, le quitaron la caña y le golpeaban en la cabeza. Después de haberlo escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y llevaron para ser crucificado. [2]
Ridiculizar, según el diccionarista, es aquel que se "ríe" burla; que vive coaccionando, causando risas con la intención de mofarse de algo o de alguien; haciendo burla con palabras, exponiendo al ridículo. Que trata alguien con escarnio. Que imprime, demuestra y utiliza sarcasmo. Procurar tornar ridículo por medio de gestos, actitudes o palabras irónicas.
Los motivos pueden ser muchos, de entre ellos: Por diferencias raciales, deformaciones, forma de ser (personalidad), características regionales. En verdad muchas personas son ridiculizadas por el hecho de no estar encuadradas en el actual perfil psicosocial, que parece elegir a las personas "normales" y las "extrañas" que son blanco de crueles burlas.
Científicos de la Universidad de Leiden (Holanda) concluyeron que reírse de los problemas de los otros – un hábito muy común entre los seres humanos – es señal de baja autoestima. Eso significa que, cada vez que alguien se burla al ver alguna persona en desventura está mostrando que tiene serios problemas de auto aceptación.
Los estudios fueron liderados por el profesor Wilco W van Djik y analizaron a 70 personas. La gran mayoría de ellas confesó sentirse dichosa cuando sabe que otra persona comete algunos deslices o se lesionó. Van Djik afirmó para la revista LiveScience que las “personas con menor autoestima se sienten mejor cuando observan la desgracia ajena”. Y ese sentimiento (de alegrarse al ver a los otros sofriendo) tiene un nombre: Schadenfreude. [3]
Raciocinando, dialogando o trabajando, “la fuerza de nuestras ideas, palabras y actos alcanza, de momento, un potencial tantas veces mayor como sean las personas encarnadas o no que concuerden con nosotros, potencial ese que tiende a aumentar indefinidamente, imponiéndonos, de retorno, las consecuencias de nuestras propias iniciativas”. [4]
En los años 1940, Chico comenzaba a ser conocido nacionalmente, y también era procesado por la familia del periodista Humberto de Campos, que exigía en justicia el pagamiento de los derechos de autor por la venta de los libros psicografiados. En esa misma época, desembarcó en Pedro Leopoldo, David Nasser [5] y Jean Manzon, respectivamente, reportero y fotógrafo de la revista El Cruzeiro, la revista de mayor circulación en Brasil en esa época. El objetivo era entrevistar y ridiculizar a Chico Xavier.
Los dos expusieron al extremo ridículo la vida de Chico, justamente en el momento más crítico de su vida, faltaban apenas algunos días para que el juez profiriese la sentencia en el caso Humberto de Campos. Con el título de “Chico Xavier, detective del más allá” y diez páginas, el reportaje fue publicado en la revista el día 12 de agosto de 1944. En medio de elogios, David aprovechaba también para poner en contradicción los dones mediúmnicos de Chico, su ingenuidad en algunos momentos y su presteza en otros.
Chico quedó indignado al leer el reportaje. Al ver su vida y su imagen (dentro de una bañera) siendo manipulada de aquella manera, tuvo la certeza de que sería condenado. Chico lloraba desesperadamente, no acreditaba que había sido engañado, y se preguntaba porque Emmanuel no lo alertó, si así lo hubiese hecho toda aquella humillación no estaría aconteciendo.
En medio de la crisis de lloro Emmanuel surgió en el cuarto y preguntó:
- ¿Por qué llora usted?
- ¿Por qué? Es mucha humillación, una vergüenza, una vejación.
Y Emmanuel respondió:
- Chico usted tiene que agradecer. Jesus fue para la cruz, usted fue solo para “El Cruzeiro”. [6]
Toda la brecha de sombra en nuestra personalidad retrata una sombra mayor. Cual pequeño foco infeccioso que, abandonado a sí mismo, puede convertirse dentro de algunas horas en bolo pestífero de inmensas proporciones, la burla, la mofa, “la maledicencia puede precipitarnos en el vicio, tanto como la cólera sistemática nos arrastra, muchas veces, a los laberintos de la locura o las tinieblas del crimen”. [7]
En suma, si se burlan de nosotros, sigamos el sabio consejo de Emmanuel – hagamos del limón una limonada y prosigamos en paz.
Referências bibliográficas:
[1]Gálatas 6:7
[2] Mateus, 27: 27-31
[3] A palavra deriva do alemão Schaden “dano, prejuízo” e Freude “alegria, prazer”.é um empréstimo linguístico da língua alemã também usado em outras línguas do Ocidente para designar o sentimento de alegria ou satisfação perante o dano ou infortúnio de um terceiro.
[4] Xavier, Francisco Cândido. Pensamento e Vida, cap. 8, ditado pelo Espírito Emmanuel, RJ: Ed. FEB, 1977
[5] Na década de 1970, David Nasser, em uma reportagem publicada no jornal carioca O Dia, se mostrou arrependido ao definir Chico Xavier como “o maior remorso da minha vida”.
[6] http://www.acaminhodaluz.net.br/v2/momentos-com-chico-xavier/103-chico-na-revista-o-cruzeiro.html
[7] Idem
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