A LUZ NA MENTE

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sexta-feira, 14 de junho de 2013

REVISTA LUZ EN LA MENTE ENTREVISTA A JORGE HESSEN


Traducido por Merchita
Madri/Espanha
merchitacruz@gmail.com

LA LUZ EN LA MENTE: ¿Cómo explica el Espiritismo explica el movimiento hippie de la década de 60/70?

Jorge Hessen en ese contexto, no debemos olvidar que la acción social alternativa del movimiento hippie, a pesar de abrir diálogos con ciertos deseos (de la  participación democracia contra el capitalismo), propuso como mote efectivo un estilo de vida libertina, sexo libre, drogas,  descompromiso familiar. En aquella coyuntura, el hogar fue colocado  en un plano secundario. Por tanto, el fenómeno hippie fue maléfico en líneas generales.

Fué peculiar formato de vida de los diogenes actuales, que se esfuerzan por romper las amarras de la sociedad “vitoriana”. En  los pasados años  70 encontramos una generación  con acerbas características. En los años 80 y 90, hay una invasión mundial de ideologías extrañas, caracterizando la eclosión de seres repletos de atavismos incultos, momento en el que surgen las bandas neonazis, chicos malos, punks. Entonces sucede la reencarnación colectiva de  silvícolas que se apartan de sus hábitats y alcanzan la ciudad, en la condición de cobradores de los amplios atrasos generados por la siniestra colonización apadrinada por los europeos en esos 600 años. Aun hoy notamos adolecentes pillados,  andando en bandas “alegres”, con el celular en mano y perforaciones en el cuerpo; góticos, emos, skaters, darks, neo-hippies, todas las tribus metropolitanas que se hacen representar, ruidosamente.

Un estudioso citó las cuatro frases de abajo:

1ª “Nuestra juventud adora el lujo, es mal educada, se ríe de la autoridad y no tiene el menor respeto por los mayores,  nuestros hijos, hoy en día, son verdaderos tramos. Ellos   no se levantan cuando una persona mayor entra, contestan a sus padres y son simplemente malos”.

2ª) No tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy tomara el poder mañana; porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.”

3º) Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos no escuchan a sus padres. ¡El final del mundo no puede estar muy lejos!

4º) Esa juventud está estragada hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores  y prejuiciosos. Ellos jamás serán como la juventud  de  antiguamente. La juventud de  hoy no será capaz de mantener nuestra cultura.” Después de citar los cuatro ítems, quedo muy satisfecho con la aprobación que los espectadores daban a las frases. Entonces, reveló el origen de ellas: La primera frase es de Sócrates (470-399 a.C.); la segunda es de Hesiodo (720 a.C.); la tercera es de un sacerdote del año 2000 a C, y la cuarta  estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia y tiene más de 4000 años de existencia.

El palestrante concluyó que el conflicto es normal  y la generación que está siendo substituida  siempre trata disminuir  la capacidad de la que está ascendiendo. Sin embargo, toda juventud tiene el poder de transformación y debe usarlo para crear sociedades más justas.

A propósito de todo eso, creemos que, después los procesos de aferición y selección de los valores morales en la Tierra, en un determinado momento – quizá no muy lejano – la sociedad será contemplada con una generación de espíritus que, en el transcurso de la adolescencia, por el plantío de la paz, experimentaran su esencia. Sabrán conservar esa paz, con Jesús, en su más lidimo ideal.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿Cómo   explica el Espiritismo las encarnaciones de las brujas y la caza de ellas en la Edad Media? 

Jorge Hessen.  El concepto de bruja es generalmente retratado en lo imaginario popular como una mujer vieja,  sentada sobre una escoba voladora, nariguda y arrugada, eximia y contumaz manipuladora de la magia negra  y dotada de una carcajada horripilante. Son también  bastante públicas en la literatura de ficción, como en las obras y filmes de la popular serie Harry Potter.

Los brujos (médiums), a rigor, eran personas dotadas de facultades mediúmnicas y no ignoramos que la mediúmnidad es atributo peculiar al psiquismo de todas  las criaturas. Mediums existieron en todos los tiempos. En la antigüedad remota, eran adivinos y pitonisas que, frecuentemente, pagaban con la vida el conocimiento inhabitual de que se hacían portadores.

En la Edad Media, eran santos y santas, cuando se afinaban a la cartilla religiosa de la época, o entonces, feticheros y brujas, recomendados  a la hoguera o a la  fuerza, cuando no se ajustaban a los preconceptos del tiempo en que nacieron. El Papa Juan XXII, en 1326, autorizó la persecución a las brujas bajo el disfraz de herejía. El Concilio de Basilea (1431-1449) apelaba a la supresión de todos los males que parecían arruinar a la Iglesia. En 1484 el Papa Inocencio VIII promulgó la bula Summis desiderantes affectibus, confirmando la existencia de la brujería. En el mismo año fue lanzado el Libro Malleus Maleficarum, por los inquisidores Heinrich Kraemer e James Sprenger. Con 28 ediciones, ese voluminoso manual se torno una especie de biblia de la caza de brujas. Con todo, Benedict Capzov, un fanático luterano, fue responsable por la muerte de aproximadamente 20.000 brujas, apoyándose en la “ley” del Éxodo (22,18); “No dejarás vivir a la feticheria”.

Hoy hay médiums de todos los matices, en largas expresiones, a saber: psicografos, clarividentes, clariaudiente, curadores, poliglotas, psicofónicas, materializadores, intuitivos etc. Paulo de Tarso fue admirable médium de clarividencia  y clariaudiencia, a las puertas de Damasco, con motivo de su encuentro personal con Jesús. Todavía, no podemos olvidar que los subyugados – los enfermos mentales y los obsesados de todos los grados – que enjambran el camino de los tiempos apostólicos, eran también médiums.

LA LUZ EN LA MENTE  ¿Cómo se da el “prolongamiento” o “disminución” de las encarnaciones? (ejemplo: una persona que tiene que morir a los 30 y muere a los 40)

Jorge Hessen De entre otros aspectos, podemos decir que (re) nacemos bajo una previa programación para vivir un periodo presumible de tiempo  la vida física en la Tierra.  Ante esos planos reencarnatorios, muchas veces acortamos el tiempo mínimo previsto a través del mal comportamiento (vicios, suicidio, directo o indirecto) en el que agotamos parte del contenido de fluido vital, responsable por el mantenimiento del marco biológico. Hay casos de modificación del planeamiento en el que podemos ampliar  nuestra estancia en la carne, cara a los meritos adquiridos, sea en la acción del bien, en la buena gestión de la salud física y mental, lo que causara la interferencia de un espíritu especialista para que tal fenómenos ocurra.

LA LUZ EN LA MENTE.  ¿Qué informaciones tenemos acerca de la prehistoria de acuerdo con el Espiritismo?

Jorge Hessen Tenemos excelentes datos sobre la formación de la Tierra en las obras de A Camino de la Luz y Evolución en Dos Mundos. Investigadores de la Universidad de York descubrieron que el hombre de Neanderthal nutria un gran sentimiento  de piedad. Para los arqueólogos  hay cerca de 1,8 millón de años atrás, el  Homo erectus integro sentimiento de compasión con el pensamiento racional a través de acciones como cuidar de los enfermos y dedicar atención especial a los muertos, demostrando luto y deseo de suavizar el sufrimiento ajeno.

Creemos que las sepulturas datadas  en la era paleolítica comprueban ya haber en aquel periodo una creencia en la vida después de la muerte y en el poder o influencia  ascentral sobre la vida cotidiana del clan familiar.

Es instigante cuestión como el primate se tornó hominideo. La respuesta es aun una incógnita. Nunca fue encontrado el “hilo perdido” , la especie biológica que represente esa transición. “Se puede decir que, bajo la influencia y por efecto de la actividad intelectual de espíritus más adelantados [que los antropoides], el envoltorio se modifico, se embelleció en las particularidades, conservando la forma general  del conjunto. Mejorados los cuerpos, por la procreación, se dio origen a una especie nueva, que poco a poco se aparto del tipo primitivo, a la proporción  que el Espíritu progreso.

Allan Kardec explica que desconocemos el origen y el modo de la creación de los Espíritus; apenas sabemos que ellos son creados simples e ignorantes, esto es, sin ciencia y sin conocimiento, sin embargo perfectibles y con igual aptitud para todo adquirir y todo conocer.  El espíritu André Luiz argumenta que, para alcanzar la edad de la razón, con el titulo de hombre, dotado de raciocinio y discernimiento, el ser automatizado en sus impulsos, en el camino para el reino angélico, transcurrió nada menos que  un billón y medio de años.

Muchas de las transformaciones que se verificaron en el “homo” fueron promovidas en sus estructuras periespirituales, entre una existencia y otra (o sea, en el plano espiritual).  Los Espíritus constructores, bajo supervisión de Cristo, retocaban, en veces sucesivas, las formas periespiritico, y esas alteraciones crearon el campo magnético para las futuras mutaciones. Múltiples experiencias en el patrimonio genético  de nuestros antepasados, coordenados  por genéticistas siderales, fueron modelando aquellas formas que deberían persistir hasta los tiempos actuales. La selección natural incumbiría de hacer desaparecer las formas inaptas primitivas.



Conforme afirma Emmanuel, actualmente la ciencia procura los legítimos antepasados de las criaturas humanas en esa inmensa extensión de la arena  de la evolución anímica. En el periodo terciario, bajo la orientación de las esferas espirituales, se notaban algunas razas de antropoides, en el Plioceno inferior [de 5,3 millones a 1,6 millones de años]. Esos antropoides, antepasados del hombre terrestre, y los ascendentes de los simios que aun existen en el mundo, tuvieron su evolución entre el organismo del hombre moderno y el del chimpancés de la actualidad.

Para el autor de “Renuncia”, no hubo propiamente una “descendida del árbol” en el inicio de la evolución humana. “Las fuerzas  espirituales que dirigen los fenómenos terrestres, bajo la orientación de Cristo, establecieron, en la época de la gran maleabilidad de los elementos materiales, un linaje definitivo para todas las especies, dentro de las cuales el principio espiritual encontraría el proceso de su acrisolamiento, en marcha para la racionalidad.  Los antropoides de las cavernas  se difundieron entonces a los grupos por la superficie del globo, en el curso vigoroso de los siglos, sufriendo las influencias del medio y formando los patrones  de las razas futuras en sus versificados tipos; la realidad sin embargo, es que las entidades espirituales auxiliaran al hombre de sílex, imprimiéndole nuevas expresiones biológicas.

Corrieron los milenios su toldo de experiencias drásticas sobre el frente de esos seres de brazos alargados y de pies densos, hasta que un día las huestes de lo invisible operaron una definitiva transición en el cuerpo periespiritual preexistente de los hombres; surgen los primeros salvajes de tez mejorada, tendiendo a la elegancia de los tiempos del porvenir.

Elucida el espíritu Emmanuel que hace muchos milenios  uno de los orbes de Capela, que guarda muchas afinidades con el globo terrestre, llegó a la culminación de uno de sus extraordinarios ciclos evolutivos. Algunos millones de Espíritus rebeldes allá existían, en el camino de la evolución general, dificultando la consolidación de las penosas conquistas de aquellos pueblos lleno de piedad y de virtudes, más una acción de saneamiento general los alejaría de aquella humanidad,  que hiciera justicia a la concordia perpetua, para la edificación de  sus elevados trabajos.

Las grandes comunidades espirituales directoras del Cosmos deliberan entonces localizar aquellas entidades, que se tornaron pertinaces en el crimen, aquí en la Tierra  distante, donde aprendieron a realizar, en el dolor y en los trabajos penosos de su ambiente, las grandes conquistas del corazón  e impulsando, simultáneamente, el progreso de sus hermanos inferiores. Aquellos seres angustiados y afligidos serian degradados en la faz oscura del planeta terrestre; andarían despreciados en la noche de los milenios de  la nostalgia y de la amargura; reencarnarían  en el seno de las razas ignorantes y primitivas, recordando el paraíso perdido en los firmamentos distantes.

La Naturaleza aun era, para los trabajadores de la espiritualidad, un vasto campo de experiencias infinitas; tanto es así que, si las observaciones del modelismo fuesen transferidas a aquellos milenios distantes, no se encontraría ninguna ecuación definitiva en sus estudios de biología. La moderna genética no podría fijar, como hoy, las expresiones de los “genes”, por cuanto, en el laboratorio de las fuerzas invisibles, las células aun sufrían largos procesos de acrisolamiento, imprimiéndoseles las expresiones definitivas, con vistas a las organizaciones del porvenir.

Los arqueólogos apuestan que en el interregno de 500 mil y 40 mil años, el sentimiento evolucionó  y los primeros seres humanos, como el Homo heidelbergensis e o Neanderthal,  ya demostraban compromiso con el bienestar de los otros, lo que puede ser comprobado  a través de una adolescencia larga y la dependencia en cazar juntos. Creemos  que no somos creaciones milagrosas, destinadas al adorno de un paraíso de papel. Somos hijos de Dios y herederos de los siglos, conquistando valores, de experiencia en experiencia, de milenio a milenio. “Con la conquista de la razón aparecen el raciocinio, la lucidez, el libre albedrio y el pensamiento continuo. Hasta entonces, el progreso tenía una orientación  centrípeta  [de fuera para dentro]; el ser crecía por la fuerza de las cosas, ya que no tenía conciencia de su realidad, ni tampoco libertad de acción. Al entrar en el reino hominal, el  principio inteligente – ahora sí, Espíritu – está apto para dirigir su vida, para conquistar sus valores por el esfuerzo propio, para iniciar una evolución de orientación, centrifuga [de dentro para fuera]

Más la conquista de la inteligencia es  apenas el primer  paso que el espíritu va a dar en su estado en el reino animal.  El inicio en la valerosa lucha para conquistar los valores superiores del alma: la responsabilidad, la sensibilidad la sublimación de las emociones, en fin, todas las condiciones que permitirán al Espíritu alcanzar a la comunidad de los Seres Angélicos. Los sueños premonitorios, las visiones de Espíritus, la audición de la voz de los  muertos – inclusive en los fenómenos  de voz directa -   y la materialización  de Espíritus fueron hechos concretos, que llevaron al hombre primitivo a la creencia en la continuación de la vida después de la muerte. Directamente de los médiums neandertales surgiría los feticheros, ascentrales de los sacerdotes de todas las religiones.

Hay un principio sofista atribuida a Protagoras: “El hombre  es la medida de todas las cosas,” Más una medida, por así decir, afectiva, sin control de la razón. Por eso, Herculano Pires afirma que “es por el sentimiento, y no por el raciocinio que el hombre primitivo humaniza el mundo.” Por lo tanto, quedan rectificadas las tesis científicas sobre   el hombre pre-histórico que integró el sentimiento de compasión en la síntesis del pensamiento racional a través de  acciones efectivas para el otro semejante.

LA LUZ EN LA MENTE  ¿Hay alguna mención u explicación sobre los “seres elementales” en el Espiritismo?

Jorge Hessen. La cuestión es complicada. Esa terminología no está presente  en la codificación. Más el concepto existe, aunque no tenga cuño místico  u oculto. Elemental viene de  espíritus de los elementos  de la naturaleza – son los seres  inferiores comenzando a trillar el reino hominal, subordinados a espíritus más experimentados. Estos hacen  el servicio más pesado-  ejecutan parte de los fenómenos de la naturaleza.

No localizamos la palabra “Elemental” en el diccionario  Aurelio, y tampoco consta en las obras codificadas por Allan Kardec. Más allá de eso, el espíritu de San Luis, en la Revista Espirita del mes de marzo de 1860, empleó el término “elemental”. El profesor Rivail cita la palabra “duende! Refiriéndose a los espíritus perturbadores, en dos oportunidades. La primera cuando hace alusión al duende Bayonne, que apareció para su hermana, provocando travesuras. En la segunda, describe la experiencia del Sr. J. con algunos espíritus perturbadores en su residencia. Más en ambas las oportunidades el Codificador describió como espíritus perturbadores, sin no en tanto conferirles las propiedades  que la creencia popular da a los duendes  y elementales.

En ese abordaje teórico,  no podemos  pasar por la puerta larga de las concepciones místicas, hasta porque la nomenclatura espirita es concisa y clara,  y precisa estar por encima de la imaginación  popular, que concibe, generalmente, la  mediúmnidad de manera mística, y casi siempre denominando esos seres de Silfos (elementales del aire), Salamandras (elementales de fuego), Ondinas (elementales de agua)   y Gnomos (elementales de la tierra).

Sabemos que en las huestes espiritas existen muchas terminologías nuevas, que no están inscritas en las Obras Básicas. Todavía, en el transcurrir del siglo XX, están siendo incorporadas en el diccionario kardeciano, a ejemplo de los términos “colonias espirituales”, “bioenergía” “monodeismo”, “ovoides” , “umbral”, “vampirismo”, “aura” etc. expresiones esas que, si no fueron utilizadas por el Codificador, estaban de alguna forma implícitas en las ideas, a través de otras terminologías del siglo XIX.

El término “Elemental”  es comúnmente empleado de forma esotérica, sobretodo en la cultura teosófica. Sin embargo, André Luiz hace alusión a la palabra refiriéndose a entes servidores comunes del reino vegetal, o sea, espíritus de la Naturaleza totalmente extraños a su comprensión.

Algunas obras espiritas complementarias confirman que los seres ifra-humanos son los “entes servidores de la naturaleza”, ejecutores de los fenómenos  naturales. Según el ilustre lionés, los Espíritus constituyen una fuerza inteligente de la Naturaleza y concurren para la ejecución de los designios del Creador, que no creó seres intelectuales perpetuamente destinados a la inferioridad, una vez que todo en la naturaleza se encadena  por ellos que aun  no podemos comprender.

Los Instructores Espirituales intervienen en la mayoría de las formas evolutivas inferiores, en las cuales el principio inteligente actúa. En verdad, todos los campos de la Naturaleza cuentan con agentes de la sabiduría Divina para la formación y expansión de los valores evolutivos.  A rigor, el espíritu no llega a la fase de la razón sin haber pasado por la serie divinamente necesaria de los  seres  inferiores, entre los cuales se elabora lentamente la obra de su individualización. Mientras tanto, el principio inteligente, distinto del principio material, se individualiza y se elabora, pasando por diversos grados de animalidad. Es ahí que el alma se ensaya para la vida y desenvuelve por el ejercicio, sus primeras facultades.

Cierta vez, conociendo una colonia purgatorial  de vasta expresión, André Luiz fue informado  sobre  las millares de criaturas “utilizadas en los servicios más rudos de la naturaleza, que se desarrollan en aquellas regiones en posición infra terrestre. Tal vez esas entidades no habiten el interior de la Tierra, sin embargo “presidan los fenómenos geológicos  y los dirigen de acuerdo con las atribuciones  que tienen. Día vendrá en que recibiremos la explicación de todos esos fenómenos y los comprenderemos mejor.

En la escala de la evolución, ellos están entre la fase animal y hominal. Muchos esotéricos acreditan que esas entidades son superiores al hombre, esa creencia contraría  los conceptos y conocimientos espiritas. Para nosotros, esos seres se sitúan entre el raciocinio fragmentario del macocoide y la idea simple del hombre primitivo de la floresta.

En el capitulo IX de el Libro de los Espíritus, cuestión 536 a 540, el maestro lionés hizo preguntas pertinentes sobre la acción de los espíritus en los fenómenos de la naturaleza.

Comprendemos así, sobre existencias de “principios inteligentes” que auxilian en el control de los fenómenos de la naturaleza, bajo la supervisión de espíritus más elevados, operando en nombre de Dios, que “ no ejerce acción directa sobre la materia”.

No sería justo  decir que los elementales no existen. La experiencia, la tradición y la propia Doctrina Espirita acogen tales seres como realidad y no como mera fantasía. Todavía, no podemos olvidar que el espiritismo tiene en su vocabulario los términos adecuados para designar precisamente esos entes espirituales. 

Es razonable entonces no adoptar palabras  inadecuadas  y destorcidas por las creencias mitológicas.

LA LUZ EN LA MENTE.  ¿Influencian los Espíritus los fenómenos de la Naturaleza? (lluvias, tornados, tsunamis  etc.)

Jorge Hessen.  ¡Sí! Las cuestiones 536 y 539 de el Libro de los Espíritus esclarecen el tema.  Los Espíritus interfieren en los fenómenos  materiales y ejercen cierta influencia sobre los elementos para agilitarlos, para calmar o dirigir la naturaleza. Y  no podría ser de otro modo. Dios no ejerce acción directa sobre la materia. El encuentra agentes dedicados en todos los grados de la escala de los mundos. La producción de ciertos fenómenos, de las tempestades, por ejemplo, es  obra de varios Espíritus que se reúnen, formando  grandes masas para producirlos. Es  obvio que el asunto es  mucho más amplio en el Libro de los Espíritus.

 LA LUZ EN LA MENTE.  ¿Existe deporte en el plano espiritual? ¿Los espíritus que encarnan como grandes atletas “entrenan “antes de reencarnar?

Jorge Hessen No hay entrenamiento para la competición deportiva en las colonias espirituales; allí las actividades están volcadas para otros intereses. No tenemos informes sobre las regiones más densas (umbral). Hay silencio de mayores noticias sobre esos parajes, por tanto no podemos comentar mucho sin fuentes seguras.

Considerando la cuestión genética (hereditaria) físicamente hablando, los entrenamientos  y empeño, muchas veces insanos, forman los grandes atletas que son espíritus disciplinados. Muchos de ellos traen largas experiencias de vidas pasadas en uno u otro deporte y desenvuelven naturalmente  los reflejos, la fuerza, y otras habilidades en la vida corporal y esos automatismos (entrenamiento) son archivados  y pueden permanecer  como patrimonio individual para las próximas existencias, sobre todo si el espíritu optara en continuar en el deporte en las vidas ulteriores, por tanto todo es herencia, fruto de la conquista en el campo  de la disciplina y eso vales para la cultura, el saber,  la inteligencia, la destreza musical etc.

Recordemos que los materialistas fomentaran la práctica de deporte en todas sus modalidades, visando  los peligros posibles en la excesiva acumulación de fuerzas nerviosas [como son llamadas las secreciones eléctricas de la pineal], y han aconsejado a los jóvenes  el uso del remo, de la bola, del salto, de la barra, de las corridas a pie etc. dicen que de ese modo se preservan los valores orgánicos,  legítimos y normales para las funciones de la hereditariedad. Emmanuel  explica que la medida, aunque satisfaga en parte, es con todo incompleta y defectuosa. Incuestionablemente, la gimnástica y el ejercicio controlados son factores valiosos de para la salud; la competición deportiva honesta es fundamento precioso de socialización; sin embargo, pueden  circunscribirse a meras providencias en beneficio de los huesos y, algunas veces, se degenera en elástico de las pasiones menos dignas.

Son muy raros aun, en la Tierra, los que reconocen la necesidad de preservación de las energías psíquicas para el engrandecimiento del Espíritu eterno. El hombre vive olvidado de que Jesús enseñó la virtud como deporte del alma,  y no siempre recuerda  que, en el problema del mejoramiento interior, no se trata de rectificar la sombra de la substancia, y si la substancia  en sí misma.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿Existe idioma en el plano espiritual? ¿Cuándo estamos en el plano espiritual hablamos todos la misma lengua?

Jorge Hessen. En el capítulo 24 del Libro Nuestro Hogar leemos que, tal como en la Tierra, los que se afinan perfectamente entre si pueden permutar pensamientos sin las barreras idiomáticas; más de  forma general, no se puede prescindir de la forma. La humanidad terrestre, constituida  de millones de seres, se une a la humanidad invisible del planeta, que integra muchos billones de criaturas. No sería, por tanto, posible llegar a las zonas perfeccionadas después de la muerte del cuerpo físico. Los patrimonios  nacionales y lingüísticos permanecen en el más allá, condicionados a fronteras psíquicas. Esto es, los desencarnados encuentran en el más allá la habitación, el utensilio y el lenguaje terrestre. Se resalta sin embargo que hablar todas las lenguas no es necesario, pues el lenguaje universal es el pensamiento. Más para atender ese  patamar es preciso crecer mucho  aquí y en el Más Allá.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿El  cuerpo de Cristo, que no fue encontrado por Maria de Magdalena en el sepulcro, cual es su opinión sobre ese asunto?  ¿Ocurrió la “desmaterialización del cuerpo? Cristo pudo haber sido un “agênere” (Espíritu apenas materializado) o será que el cuerpo de Cristo era fluídico? ¿No tenia como nosotros el cuerpo físico y espiritual?

Jorge Hessen. Kardec analiza la cuestión de los agéneros en el capitulo XIV y XV del libro La Génesis y obviamente  acompañó el pensamiento del maestro lionés. Aprendemos con el Codificador que Jesús  no era un agênere.  El tenía un molde (periespiritu) del cuerpo físico  el más inmaculado que admitimos.  Su psicosoma jamás podría ser igual al del hombre común, entretanto en cuanto al cuerpo físico era material en una etapa  y fluídico en otra, veamos:

Para Kardec la desaparición del cuerpo de Jesús después de su muerte ha sido  objeto de innumerables  comentarios. Nos informan, los cuatro evangelistas, basados en las narrativas de las mujeres que fueron al sepulcro  el tercer día después de la crucifixión y allá no lo encontraron. Vieron algunos, en ese desaparecimiento, un hecho milagroso, atribuyéndolo  otros a una substracción clandestina. Según otra opinión, Jesús no habría tenido un cuerpo carnal, más si apenas un cuerpo fluídico; no habría sido, en todo su vida, más que una aparición tangible; en una palabra: una especie de agênere. Su nacimiento, su muerte y todos  sus actos materiales de su vida habrían sido apenas aparentes. Así fue que, dicen, su cuerpo vuelto al estado fluídico, pudo desaparecer del sepulcro y con ese mismo cuerpo es que el se habría mostrado después   de su muerte.

Está fuera de duda que semejante hecho no se puede considerar radicalmente imposible, dentro de lo que hoy se sabe a cerca de las propiedades de los fluidos; más seria, por lo menos, enteramente excepcional  y en formal oposición al carácter de los agênere, conforme señala el ítem 36 del Cap. XIV.  Se trata, pues de saber si tal hipótesis es admisible si los hechos  la confirman o contradicen.

Kardec explica aun que el estado de Jesús en la Tierra presenta dos periodos:  el que procedió  y el que siguió a su muerte. En el primero, desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, todo, en sus actos,  en su lenguaje y en las diversas circunstancias de su vida revela los caracteres inequívocos de la corporeidad. Son accidentales los fenómenos de orden psíquico que en el se producen y nada tienen de anómalos, pues se explican por las propiedades del periespiritu y se dan, en grados diferentes, en otros individuos.

Después de su crucifixión, al contrario, todo en el revela al ser fluídico.  Es tan marcada la diferencia entre los dos estados, que no pueden ser asimilados.

El cuerpo carnal tiene las propiedades inherentes a la materia propiamente dicha, propiedades que difieren esencialmente de la de los fluidos etéreos; en aquella, la desorganización se opera por la ruptura de la cohesión molecular. Al penetrar en el cuerpo material, un instrumento cortante le divide  los tejidos; si los órganos esenciales de la vida son tocados, cesa el  funcionamiento y sobreviene la muerte, esto es, la del cuerpo. No existiendo en los cuerpos fluidicos esa cohesión, la vida ahí ya no reposa en el juego de los órganos especiales y no se pueden producir desordenes análogas a aquellas. Un instrumento cortante u otro cualquiera penetra en un cuerpo fluídico como si penetrase en una masa de vapor, sin el  ocasionar cualquier lesión. Tal  es la razón  por la que no pueden morir los cuerpos de esa especie y por la que los seres fluidicos, designados por el nombre de agênere, no pueden ser muertos.

Después del suplico de Jesús, su cuerpo se conservó inerte y sin vida; fue sepultado como lo son de ordinario los cuerpos  y todos lo pudieron ver y tocar. Después de su resurrección, cuando quiso dejar la Tierra, no murió de nuevo; su cuerpo se elevó, desvaneció y desapareció, sin dejar cualquier vestigio, prueba evidente  de que aquel cuerpo era de naturaleza diversa dado que pereció en la cruz; donde es forzoso concluir que, si fue posible que Jesús muriese, es porque carnal era su cuerpo.

Jesús, pues, tuvo como todo hombre, un cuerpo carnal y un cuerpo fluídico, que es atestado por los fenómenos materiales y por los fenómenos psíquicos que señalaron  su existencia.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿Cómo se da la materialización en las colonias que se encuentran en regiones umbralinas?

Jorge Hessen. Asunto muy  largo. Por “allá”, todo es plasmado por la fuerza magnética de la irradiación mental de los Benefactores  y por el conjunto de sus virtudes espirituales.

LA LUZ EN LAMENTE. ¿Cómo los espíritus menos evolucionados poseen “fuerzas” y permiso para construir colonias que tienen la intención de hacer el mal?

Jorge Hessen Tales seres no tienen  fuerza ni permiso  para construir “colonias”. Ellos viven sumergidos en los tormentos de su psicosfera densa. Lo que cometen son meros resultantes de la Ley de los fluidos. Ellos viven sumergidos en las fajas vibratorias de sus propias emanaciones psíquicas deletéreas, y los ambientes que perpetran  no pueden ser considerados “colonias”, más si simplemente guetos brumosos de sus emanaciones psíquicas.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿Hay referencias espiritas sobre las civilizaciones mesoamericanas y sudamericanas (aztecas, mayas,  incas)?

Jorge Hessen La obra A Camino de la Luz hace referencia  que permiten conexiones. Emmanuel recuerda en el capítulo 9 que los varios pueblos y las grandes colectividades que florecieron en América del Sur, entonces casi ligada a China por las extensiones de la Lemuria, América  del Norte que se ligaba a la Atlántida. Las grandes civilizaciones prehistóricas, que florecieron   y desaparecieron en el continente americano, de cuyos cataclismos  y arrasamientos quedaron aun las expresiones interesantes de los incas y de los aztecas que, como todos los otros agrupamientos del mundo, recibieron la palabra indirecta del Señor, en su marcha colectiva a través de augustos caminos.

LA LUZ EN LA MENTE.  ¿El ángel de la guarda para el espiritismo es el “mentor  espiritual”?

Jorge Hessen.  Ángel de la Guarda – expresión  de fondo alegórico  - es el espíritu protector que tenemos. Protector u orientador son expresiones más adecuadas. Mentor pasa  una idea de espíritu excesivamente  más elevado que el asistido –en la mayoría de las veces no es el caso.

LA LUZ EN LA MENTE. ¿Ismael es el guía espiritual del Brasil? ¿Cómo son elegidos los guías de cada país?

Jorge Hessen. Si, es el gobernador espiritual del Brasil bajo el ideal más  puro del lema Dios. Cristo y caridad. Obviamente, los mentores de cada nación son elegidos por la calidad moral e intelectual, por el compromiso con los objetivos nacionales, por la vinculación cultural e histórica, por el potencial de trabajo y de amor – cuanto más importante es la nación, más evolucionado  el espíritu que la gobierna.

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