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quinta-feira, 1 de outubro de 2009

SUICIDIO - UN HUNDIMIENTO EN LA OSCURIDAD SOBRE UN PRECIPICIO DE BRASAS (27.11.08)


Traducido por: Merchita

Bajo el punto de vista sociológico, el suicidio es un acto que se produce en el marco de situaciones anémicas, en que los individuos se ven forzados a quitar la propia vida para evitar conflictos o tensiones inter-humanas, para ellos insoportables. Émile Durkheim registra que la causa del suicidio es casi siempre es de matriz social, absorbido por los valores (sin valor), como el consumismo, a la búsqueda del placer inmediato, la competitividad, la necesidad de no ser un perdedor, de ser el mejor, de no hablar, el hombre se aparta de si mismo y de su naturaleza. Sobrevive de "apariencias", para representar un "papel social" como protagonista del medio. En esa vivencia neurotizante, el deja de desenvolver sus potencialidades, no se abre, ni expone sus emociones y se restringe en su intimidad solitaria (1)

La simple idea, y cuando se hace continuada, lleva al individuo a la fascinación, a la subyugación, y, por fin, Al suicidio. Emmanuel enseña que el suicidio es como alguien que vela en la oscuridad sobre un precipicio de brasas. Después del hecho, le sobrevienen al infeliz la sed, el hambre, el frió, el cansancio, el insomnio, los irresistibles deseos carnales, la promiscuidad y las tempestades con las constantes inundaciones de llamas fétidas.

Reflexionando sobre la cuestión 945 de "El Libro de los Espíritus", ¿que pensar del suicidio que tiene por causa el hastió de la vida? Los Espíritus respondieron: "¡Insensatos! ¿Por qué no trabajan? ¡La existencia no les seria una carga!" (2)

Sabemos que el suicida, más allá de sufrir en el mundo espiritual las dolorosas consecuencias de su gesto impensado, en rebeldía frente a las leyes de la vida, aun renacerá con todas las secuelas físicas de ahí resultantes, y tendrá que arrastrar, nuevamente, la misma situación de pruebas que su flácida fe y distanciamiento de Dios no le permitieron el éxito existencial.

Es preciso tener calma para vivir, hasta porque, no hay tormentos y problemas que duren para siempre. Recordemos que Jesús nos aseguro que "El Padre no da fardos más pesados que los hombros".

El suicidio es la más desastrosa manera de huir de las pruebas o expiaciones por las cuales debemos pasar. Es una puerta falsa en que el individuo, juzgando liberarse de sus males, se precipita en una situación mucho peor. Arrojado violentamente para más allá del túmulo, en plena vitalidad física, revive, intermitentemente, por mucho tiempo, los acicates de conciencia y sensaciones de los postreros instantes, más allá de quedar inmerso en regiones de penumbras, donde sus tormentos serán importantes para el sacrosanto aprendizaje, flexibilizándole y asegurándolo a respetar la vida con más empeño.

La religión, la moral, todas las filosofías, condenan el suicidio como contrario a las leyes de la Naturaleza. Todas aseveran, de primero, que nadie tiene el derecho de abreviar, voluntariamente, la vida. ¿Entretanto, por qué no se tiene ese derecho? ¿Porque no es libre el hombre de poner termino a sus sufrimientos? Al Espiritismo le estaba reservada demostrar, por el ejemplo de los que sucumbieron, que el suicidio no es una falta solamente por constituir una infracción de una ley moral, consideración de poco peso para ciertos individuaos, más, también, un acto estúpido, puesto que nada gana quien lo practica, antes al contrario, es lo que se da, como nos lo enseñan, en la teoría, sin embargo los hechos que el nos pone bajo la vista.

No hay como hablar del asunto sin equivocarnos el sociólogo Emile Durkheim, que afirma que existen hombres capaces de resistir las desgracias horribles mientras que otros se suicidan después de aborrecimientos ligeros. Seria importante investigar la causa de esta resistencia diversa y que contribuye para esa estructura mayor o menor. Interesante, anotar que es en las épocas en que la vida es menos dura cuando las personas la abandonan con más facilidad. (3)

Considerada la dolencia del siglo, responsable por muchos suicidios, la depresión tiene muy preocupado a los especialistas. Los psiquiatras estiman que de cada grupo de 100 personas, 15 tienen la probabilidad de desenvolverla depresión, y que es un disturbio que ocurre por causa de la alteración de substancias como la serotonina y la noradrenalina. El cuadro depresivo es generado por cambios en la producción y utilización de los neurotransmisores cerebrales (noradrelanina, interferona, serotonina dopamina - actualmente, ya son conocidas 64 substancias del cerebro). Cuando su producción o forma de producción se altera, puede generar la depresión y, de ahí. Para el suicidio es una puerta abierta.

El suicida es, antes que nada, un deprimido, y la depresión es la dolencia de la modernidad. El suicida no quiere matar a si mismo, mas si alguna cosa que carga dentro de si y que sintéticamente puede ser nominado de sentimiento de culpa y voluntad de querer matar a alguien con quien se identifica. Como las restricciones morales lo impiden, el acaba autodestruyéndose. Así, "el suicida mata a otra persona que vive dentro de el y que lo incomoda profundamente. La obsesión podría ser definida como un constreñimiento que un individuo, suicida en potencial o no, siente, gracias a la presencia perturbadora de un ser espiritual. Vale la pena leer la descripción hecha por Allan Kardec. (4)

Diversas son las obras que comentan el asunto. Tenemos por ejemplo: "El Martirio de los Suicidas", de Almerindo Martins de Castro, y "Memorias de un Suicida" de Ivonne. A. Pereira. Por otro lado, no podemos olvidar que Allan Kardec, en el libro el "Cielo y el Infierno" o "La Justicia Divina según el Espiritismo", deja enorme contribución en examen comparado de las doctrinas sobre el paso de la vida corporal a la vida espiritual y, específicamente, en el capitulo V, de la Segunda parte, donde aborda la cuestión de los suicidas.

Es verdad que después de la desencarnación no hay tribunal ni Jueces para condenar al espíritu, aunque sea el más culpable. El queda simplemente, ante la propia conciencia, ante si mismo y todos los demás, pues nada puede ser escondido en el mundo espiritual, teniendo que enfrentar sus propias creaciones mentales.


FONTES:
1-Durkheim, Emile. Título : El suicidio. P.imprenta : Tlahuapan, Puebla. Premiá. 1987. 343 p. Edición ; 2a ed. Descriptores: Suicidio. Sociología. Aspectos psicológicos
2-Kardec , Allan, O Livro dos Espíritos, RJ: Ed FEB, 2001, perg. 945
3-_______, Emile. Título : El suicidio. P.imprenta : Tlahuapan, Puebla. Premiá. 1987. 343 p. Edición ; 2a ed. Descriptores: Suicidio. Sociología. Aspectos psicológicos
4-Kardec , Allan, O Livro dos Médiuns, RJ: 44º ed. Ed FEB, 1981, cap. 23

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