Traducido por: Merchita
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Al hacer esta oportuna reflexión a respecto de los planos de la salud, nos viene a la mente, obviamente, la cuestión de la enfermedad humana y su tratamiento. Muchos gobiernos se esfuerzan para que haya el acceso universal y gratuito a la salud, por ser un derecho inscrito en la Carta Magna de diversos países. Sin embargo el avance tecnológico tenga reducido los costos intrínsecos a la existencia humana en diversas áreas, y a pesar de las personas, actualmente, gastar menos en la morada, en la locomoción, en el vestuario y comunicación, gastan demasiadamente, con medicamentos en el trato de las dolencias, cara a la inexistencia de concurrencia entre los fabricantes, lo que imposibilita el consumo, por la clase popular, a precios más accesibles. En esa dirección, los tratamientos médicos quedan más caros cara a la aplicación tecnológica.
En Brasil, la Constitución de 1988 tornó, en tesis, el acceso a la salud gratuita un derecho universal de todo ciudadano brasileño. Para atender ese objetivo, fue creado, hace dos décadas, el Sistema Único de Salud (SUS). En la práctica, no en tanto, ocurrió con la salud algo semejante a lo observado en la educación. La precaria calidad del atendimiento público empeoró la clase media para el sistema privado.
El Ministerio de la Salud posee el mayor presupuesto del gobierno. Brasil gasta, en la salud, más de los otros países en desarrollo, y ni por eso posee indicadores más favorables, o sea, el País no ofrece un nivel mínimo de atendimiento eficaz. Observamos la incompetencia del sector público de la salud de Brasil, razón por la que los Centros de salud no atienden, satisfactoriamente, la demanda de la población, por el número excesivo de pacientes a ser socorridos, sea por la falta de equipamientos básicos necesarios en casos de emergencia, sea por el número reducido de los profesionales de que pueden disponer o sea por los bajos salarios que esos profesionales reciben, de entre otros factores. Todo eso ha provocado una reacción de abandono del servicio al público a esos profesionales.
Las personas tienden a buscar medios alternativos para tratar sus males, y de entre ellos están los espacios religiosos, que posibilitan el acogimiento fraterno, dando importancia y atención a lo que la persona está sintiendo, y que, en muchas ocasiones, se aproxima a la real condición de la enferma. Otras radicalizan más, prefiriendo el auxilio de las "rezadoras" o de los "curanderos", disponibles par atender, gratuitamente, a través del rezo y de los curaciones hechas con hiervas, por ejemplo, creyendo en la cura de las personas, apenas por el hecho de haber recibido el "don de Dios".
Todavía, muchos procuran las casas de orientación espirita, pues, en ellas, se encuentran tratamientos para el bienestar de los individuos, teniendo el centro un papel positivo en la prevención y en la manutención de la salud. Ya que el gobierno tiene sus dificultades en el área, las áreas religiosas procuran ofrecer alivio a esos males y sufrimientos, como también confort, solidaridad y acogimiento. De ahí la representación de la relevancia de las prácticas espiritas en la salud de la población. El Centro Espirita percibe la prevención de la salud de forma ampliada y continua, a través de la difusión (sin prosélitos) de sus actividades. Por tanto, el papel desempeñado por las estructuras religiosas, de forma general, puede ser de hecho, entendido como apoyo a la salud en la sociedad.
La temática de practicas espiritas relacionadas a la salud publica es poco discutida, razón por la cual no encontramos muchas publicaciones referentes a la percepción de ese fenómeno social por los grupos espiritas. Los hechos han confirmado el papel del apoyo social del centro Espirita en la percepción del bienestar y su relación con la concepción del amor y de la caridad como fundamentos de la conducta humana, explicados como saludables y capaces de mantener la salud de la población.
Por tanto, no podemos desconocer, en ese debate, esas, formas de medicina alternativa (o salud alternativa), actualmente, con gran penetración en los centros urbanos, tanto en las camadas medias, como en las camadas medias, como en las camadas más pobres de la sociedad. Son conocidas como "alternativas", "paralelas" o "complementarias" a la biomedicina. Aun mismo en los pacientes que se tratan por la medicina convencional, frecuentemente buscan los recursos de esas casas espiritas. Sabemos que grupos espiritas pequeños, de personas amigas, conocidas, producen soluciones más eficaces para los problemas cotidianos, o sea, se percibe el proceso terapéutico del contacto fraterno en el equilibrio de las dolencias.
La fe razonada, que el espiritismo propone, da sentido a la vida, ofreciendo consuelo, renovando energías y dando orientaciones eficaces a las situaciones de angustia, a la incertidumbre en las ideas y, consecuentemente, a la inseguridad personal. Esa fe está ligada a la vida concreta de los que en ella depositan su creencia. En todo tipo de religión, está implícito un problema central: liberar al hombre de la incertidumbre de su trascendencia a dar sentido a su vida en el mundo y más allá de el. En una palabra: "concienciación" del mundo espiritual.
Las propuestas terapéuticas espiritas se caracterizan en actividades desenvueltas por los centros a través de oraciones, pases magnéticos, atendimientos fraternos, desobsesión y aguas magnetizadas (fluidificadas). Esas son las formas de tratamiento alternativo, paralelo al tratamiento médico. Las personas, que participan de esos procesos, se sienten con menos miedo, son menos ansiosas, más estables emocionalmente, menos aisladas y más preocupadas unas con las otras. El Espiritismo procura explicar los aspectos psicológicos u su relación con las dolencias.
Evocamos al moderno uso del término "psicosomático", que nos emite a la antigua concepciones: la importancia de los factores psicológicos en la causa de las dolencias y una visión integral del ser humano. Las patologías de la modernidad denominadas "dolencias de la civilización", están relacionadas al estrés, a las dietas ricas en gordura y azúcar, al humo, al alcohol, a la vida sedentaria y a la población ambiental, características de la vida moderna.
Reflexionemos, pues, que el cuerpo físico en la tierra es el filtro vivo de nuestra alma. Nuestros pensamientos al expresarse, según lo que sentimos, tanto como nuestros actos serán exteriorizados, conforme pensamos. Todos los procesos emocionales del corazón atienden al cerebro, desde donde se irradian para el campo de las manifestaciones y de las formas. Para que no quedemos en el eterno conflicto entre planos de salud particulares y políticas públicas sobre la salud de la población, recordemos que la situación ideal será siempre la del equilibrio con la vigilancia concentrada en la mente, pues las influencias del mundo espiritual sobre el mundo material son mucho más intensas de lo que se imagina, conforme dice la respuesta dada a la pregunta de Kardec a los espíritus: ¿Los espíritus influyen sobre nuestros pensamientos y nuestras acciones? - A ese respecto su influencia es mayor de lo que creéis porque, frecuentemente, son ellos los que os dirigen." (1) Particularmente, el conocimiento de la influencia de los espíritus sobre la salud del ser humano es un tópico de gran importancia para la Ciencia y de especial relevancia para nuestro mejoramiento moral.
"La salud integral se encuentra, pues, al alcance de cuantos deseen sinceramente auto vencerse, siguiendo los procedimientos morales y espirituales que la vida ofrece, y toda vez que se engañe y se perturbe, recurriendo a los métodos de las Ciencias correspondientes, que son recursos ofrecidos por el Creador, , que no desea la muerte del pecador, más sí la del pecado, y , que siempre ampara a aquel que yerra, trabajando en el para la corrección del factor de perturbación y de insania de que se haga instrumento."(2)
Jorge Hessen
E-Mail: jorgehessen@gmail.com
Site: http://jorgehessen.net
FONTES:
1. Kardec, em "O Livro dos Espíritos", 1995, 96ª Ed., Questão 459,p.208
2. Franco, Divaldo P. "Triunfo Pessoal", Salvador, BA:Leal, 2002, p.192
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