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quinta-feira, 1 de outubro de 2009

NO SOMOS JUGUETES DE LA CASUALIDAD BIOGENETICA (25.05.08)


Traducido por: Merchita

El reportaje publicado en la revista científica New Scientist consigna que el "gene" causador del mal comportamiento fue identificado. Según el resultado de la pesquisa, los adolescentes pueden ser más propensos a cometer crímenes violentos si tuvieran una versión menos activa de un "gene" que controla la agresión. El estudio fue realizado por el Instituto de Psiquiatría de Londres, donde investigadores analizaron y registraron la presencia de la enzima MAO-A, que regula, en el cerero, la cantidad de serotonina, molécula que tiene un papel importante en el control de la agresividad. El mal comportamiento según se acredita, es apenas un reflejo de la forma poco activa de la MAO-A.

Sobre el asunto, no desconocemos que la genética, a través de sus principios, tuvo gran importancia en el esclarecimiento de los mecanismos de aparecimiento y desenvolvimiento de las especies, más, hechos que no estaban tan claros en la obra revolucionaria de Charles Darwin de 1859, con el desenvolvimiento posterior de la teoría darvinista, dinamizada por la genética, dio origen a diversas especulaciones en torno de la teoría naturaleza del hombre. En ese sentido, nació la idea de que los genes serian responsables no solo por los caracteres morfológicos de un ser vivo, sin embargo también de todo su bagaje comportamental.

Es importante resaltar de inmediato, que hay diferencias fundamentales entre la génesis orgánica y la génesis espiritual. La primera, en el sentido puramente material, pues se trata exclusivamente del punto de vista corpóreo. La segunda es una verdadera axiomática: si no hay efecto no hay causa, no hay efecto inteligente sin causa inteligente. No podemos atribuir pensamiento a la materia, más concluir que ella se mueve mediante un comando inteligente, y que de ella se sirve para manifestarse y evolucionar.

Es bien verdad que es el propio Espíritu el que modela su envoltorio, moldearlo de acuerdo con su inteligencia y necesidades, más de ahí a decir que los genes serian responsables por todo un bagaje comportamental, va una gran distancia, pues así no estaríamos estableciendo distinción entre habitación y habitante.

Aplicada al hombre, esa forma radical de interpretación biogenética adquirió enorme fuerza en la forma del "darwinismo social". A rigor, el escapó de la proposición seria a la ley de perpetuación de cierto gene como delimitador de una determinada característica, cuando representase ventajas nítidamente deseables a toda especie. El mantenimiento del gene favorecería directamente la permanencia de la propia especie.

Como resultante de ese principio, que es consubstanciado para los caracteres morfológicos, seria posible modificar el comportamiento de los individuos por la manipulación genética. Esa tesis admite que los genes contienen todo el código que describe al individuo, en su más intima psicología, a saber sobre como el se posiciona delante de determinadas circunstancias, de sus tendencias innatas, en la inteligencia, en la afectividad, en el relacionamiento social. Es obvio que ese principio está en total desacuerdo con los preceptos de la Doctrina Espirita.

¿Será apenas somos un repositorio para la sobrevivencia de los genes que cargan para la eternidad nuestros sentimientos y modos de ser? Ilustremos el asunto evocando la doctrina de la eugenia. Según ella, seria posible al estado generar una elite genética por el control riguroso de la reproducción humana, favoreciendo la perpetuación de los individuos con caracteres de comportamiento deseables y prescribiendo los indeseables. La historiografía registra que algunos estados totalitarios del siglo pasado llegaron a enamorar con la eugenia como programa de desenvolvimiento social con trágicas consecuencias.

Nuestro objetivo aquí es llamar la atención para los fundamentos que diferencian la posición espirita de las especulaciones advenidas principalmente de la genética. El principal punto que agrede directamente con esas recientes propuestas es la concepción del libre albedrío. Algunas tesis expuestas por encima, principalmente la del reportaje de la New Scientist, como razón del darwinismo social, aplicada a la naturaleza humana, parecen fuertemente limitar una de las más misteriosas propiedades del hombre: el libre albedrío.(1)

A pesar de muchas interpretaciones filosóficas del libre albedrío, en que la teología alega que la doctrina de la onniscencia divina está en conflicto, pues si Dios sabe exactamente lo que ocurrirá, incluyendo cada elección hecha por la persona, el status de las escogidas como libres está en cuestión. Muchos cristianos no calvinistas intentan una reconciliación de los conceptos dobles de predestinación y libre albedrío. Estudiosos de vieses vaticanistas aceptan la idea de libre albedrío universalmente, más generalmente no ven el libre albedrío como existiendo separadamente o en contradicción con la gracia divina.

San Agustín y Santo Tomás de Aquino escribieron bastante sobre el libre albedrío. Agustino fuerza en el libre albedrío en sus respuestas a los maniqueos, y en las limitaciones de un concepto de libre albedrío como negación de la gracia divina. A rigor, el énfasis de la Iglesia de Roma en el libre albedrío y en la gracia divina, frecuentemente es contrastada con la predestinación en el cristianismo protestante, especialmente después a la contra reforma.

Para el espiritismo el libre albedrío, significa libertad moral del hombre, facultad que el tiene de guiarse por su voluntad en la realización de sus actos. Los Espíritus enseñan que la alteración de las facultades mentales, por una causa accidental o natural, es el único caso en que el hombre queda privado de su libre albedrío. Fuera de eso, es siempre señor de hacer o no hacer.

No estamos desconsiderando la importancia de la genética como ciencia bien establecida, más discordamos de las interpretaciones absurdas nacidas de extrapolaciones con base profundamente materialistas. La genética ha sido responsable por una enorme variedad de contribuciones practicas en varios campos de la ciencia, tornando posible la cura de muchas dolencias y la producción de substancias que mejoran considerablemente el desempeño fisiológico de muchos seres vivos.

No desconocemos que la Ciencia ha contribuido, en el límite de su recurso, para la síntesis de sustancias que ejercen funciones neurotransmisoras - a fin de asegurar el control y equilibrio neuro psicofísico de los portadores de algunos síndromes psicopatológicos. Sin embargo, en lo que dice al respecto de las tendencias de la individualidad humana, es obvio que ellas no pueden ser fijadas, inexorablemente, o pre-programadas, genéticamente, desde la hora de nuestro nacimiento. Esto equivale a afirmar que la decisión de que camino tomar ante las influencias externas (incluyendo a que el proceso de producción de la enzima MAO-A; que regula, en el cerebro, la cantidad de serotonina) pertenece solamente al espíritu, durante su jornada evolutiva, una vez que las cualidades morales que caracterizan la índole del ser humano tiene inexorablemente origen en su Espíritu.

Kardec indagó a los Espíritus: ¿Por qué es que algunos Espíritus siguieron el camino del bien y otros el del mal? ¿No tienen ellos el libre albedrío? Los Benefactores respondieron: "Dios no los creo malos; los creó simples e ignorantes, esto es, teniendo tanta opción para el bien como para el mal. Los que son malos, así se tornan por su propia voluntad," 2 (grifamos)

Sin libre albedrío los Espíritus no pasarían de meros androides previamente programados. El ínclito maestro e Lyon replico a los Mensajeros mayores: ¿Cómo pueden los espíritus, en su origen cuando aun no tienen conciencia de si mismos, gozar de la libertad de escoger entre el bien y el mal? Hay en ellos algun proincipio, cualquier tendencia que los encamine para una senda de preferencia u otra? La respuesta fue simple: "El libre albedrío se desenvuelve a la medida que el espíritu adquiere la conciencia d si mismo. Ya no habria libertad, desde que la escojida fuera determinada por una causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no esta en el, está fuera de el, en las influencias a las que cede en virtud de su libre voluntad. Es lo que contiene la gran figura emblemática de la caída del hombre y del pecado original; unos cedieron a la tentación, otros la resistieron." (3)

Por eso mismo, no seria posible que las predisposiciones instintivas fuesen determinadas genéticamente. La doctrina Espirita, abiertamente, hace aserción de que las predisposiciones instintivas, el bagaje u herencia espiritual creada y cargada por el mismo a través de los siglos son patrimonios del Espíritu. Esa conclusión, magistralmente integrada al contenido de principios de la Tercera Revelación, es la única capaz de explicar al ser humano o de, al menos, trazar la sensación consoladora de que no somos juguetes de la casualidad biogenética.


FONTES:
1 capacidad del ser de decidir entre dos alternativas o entre un conjunto de opciones por una introspección interna. El libre albedrío se prende lógicamente a la razón de ser de la personalidad humana , se dice que la criatura humana actúa de acuerdo con su pendencias personales, y toma la decisión según sus intereses e inclinaciones cuando el libre albedrío tiene papel preponderante.
2 Kardec, Allan, Libro de los espíritus, Rió de Janeiro: Ed. Feb 2001, parte 2 del capitulo 1 cuestión 121.
3 Ídem pregunta 122.

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